Con un costo de desarrollo de USD 80 millones, la hamburguesa libre de carne creada por Impossible Foods Inc -una firma de California que ofrece alimentos hechos sin proteína animal, elaborados con plantas y libres de lácteos- promete "engañar" al paladar del carnívoro más reacio a consumir productos vegetarianos, en base a un producto sabroso con los beneficios nutricionales de la carne; pero sin sus efectos negativos para la salud y el alto impacto medioambiental que genera la cría de ganado.
La compañía se destaca por investigar a los productos derivados de animales a un nivel molecular, para luego seleccionar las proteínas y nutrientes de las plantas para así recrear las experiencias gustativas de alimentos provenientes de animales o elaborados con lácteos.
Su fundador, el profesor de bioquímica de la Universidad de Stanford Patrick O. Brown, decidió tomarse 18 meses sabáticos en 2009 para encontrar una solución a la problemática de la agricultura industrial animal, algo que catalogó como "el principal problema medioambiental del mundo".
Luego de intentar generar conciencia sobre la problemática a nivel gubernamental en Washington junto a sus colegas desde el ámbito institucional -y ver como sus iniciativas generaban un bajo impacto a nivel legislativo- Brown decidió que la mejor forma de reducir la agricultura animal sería ofrecer productos que pudiesen competir a nivel de sabor y experiencia en el mercado, por lo que decidió lanzar Impossible Foods en 2011.
Para julio de 2016 llegaría la hoy cuestionada hamburguesa "imposible", la cual -según la compañía- "se ve, cocina, huele, chisporrotea, y sabe como una hecha con carne, pero elaborada enteramente con plantas". Gracias a no incluir productos derivados de animales, su creador asegura que la Impossible Burger demanda un 95 por ciento menos de tierra y 74 por ciento menos de agua que su equivalente animal, a la vez que emite alrededor de 87 por ciento menos gases de invernadero que el alimento elaborado con carne vacuna.
A nivel nutricional, ofrece más proteína, menos grasas totales y menor contenido calórico que una hamburguesa hecha con carne de tamaño similar. Además no tiene colesterol, contaminantes provenientes de mataderos, antibióticos u hormonas sintéticas.
El prestigioso restaurante Momofuku Nishi de Nueva York fue el primero en incluir a la novedosa hamburguesa e inmediatamente se le sumaron varios establecimientos en California como Jardinière & Cockscomb en San Francisco y Crossroads Kitchen en Los Ángeles. El restaurante reconocido con estrellas Michelin PUBLIC, comenzó a ofrecerla el pasado noviembre.
Los últimos locales en sumarse -luego de que la empresa comenzará a operar su primera planta para producción a gran escala en Oakland, Ca.- fueron los restaurantes con franquicias en gran parte del país; Bareburger de Nueva York, Umami Burguer de California y Hopdoddy en Texas.
Sin embargo, a pesar de la buena respuesta del mercado, la Administración de Medicamentos y Alimentos de los EEUU (FDA) ha hecho públicas sus reservas con respecto al revolucionario alimento libre de carne y hasta el momento no le ha dado el visto bueno oficial, al alegar inquietudes sobre la posibilidad de que algunos de sus ingredientes puedan provocar alergias.
Es particularmente la leghemoglobina de soja -una sustancia que se encuentra naturalmente en las raíces de las plantas de soja- la que está en la mira de la FDA al no haber precedentes de su consumo en humanos. La misma es utilizada para imitar la textura y sabor de la carne, pero es elaborada en base a una levadura genéticamente modificada dentro de un laboratorio.
Impossible Foods asegura que su consumo es seguro dado que es "estructural y funcionalmente equivalente a otras proteínas globinas de consumo masivo" y más allá de no haber recibido la aprobación de la FDA, la empresa está habilitada legalmente para continuar vendiendo su hamburguesa, independiente de que el sello del organismo gubernamental serviría para abrirle muchas más puertas y poder entrar finalmente a hogares de todo el país.
La firma ha recaudado a la fecha un total de USD 257 millones provenientes de inversores de la talla de Google Ventures, UBS, Bill Gates y Li Ka-shing, el hombre más rico de Hong Kong. Expertos en tecnología de los alimentos esperan que más opciones nacidas en laboratorios lleguen a los platos de hogares y restaurantes alrededor del mundo, en medio de un replanteo de lo que se considera saludable.
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