Arqueólogos descubrieron rastros de tabaco en la estructura molecular de los huesos del siglo XVI

La investigación dirigida por la Universidad de Leicester halló sorprendente evidencia molecular podría abrir nuevas puertas para entender cómo afectó la salud de quienes vivieron en el pasado,

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Más del 50% de antiguos restos analizados presentan signos claros de uso de tabaco.. Imagen Ilustrativa Infobae
Más del 50% de antiguos restos analizados presentan signos claros de uso de tabaco.. Imagen Ilustrativa Infobae

En el Reino Unido de las épocas georgiana y victoriana, el tabaco formaba parte de la vida cotidiana, aunque su consumo dejara pocas huellas en los documentos históricos. Sin embargo, un nuevo enfoque arqueológico ha cambiado esta percepción, revelando que el tabaco no solo dejaba manchas en los dientes, sino también marcas permanentes en los huesos. Esta sorprendente evidencia molecular podría abrir nuevas puertas para entender cómo afectó la salud de quienes vivieron en el pasado, al mismo tiempo que aporta pistas que podrían ser clave en investigaciones criminales modernas.

Evidencia molecular de uso de tabaco en huesos antiguos

La investigación, liderada por la arqueóloga Sarah Inskip de la Universidad de Leicester y publicada en Science Advances, ha identificado que el consumo de tabaco deja biomarcadores específicos en la estructura molecular de los huesos. Estos biomarcadores se presentan como restos metabólicos que el organismo deja en el tejido cortical de los huesos, la capa más densa que aporta fuerza al esqueleto. Este tejido puede conservar compuestos de tabaco, incluso siglos después de la muerte de una persona, ofreciendo así un testimonio duradero del hábito de fumar.

Para confirmar esta hipótesis, el equipo de Inskip analizó los huesos de 323 individuos procedentes de cementerios en Londres y Lincolnshire, comparando restos de antes y después de la introducción del tabaco en Europa en el siglo XVI. Los huesos de los fumadores, detalla BBC Science Focus, una vez procesados mediante cromatografía líquida para separar sus componentes químicos, mostraron patrones claros que distinguían a fumadores de no fumadores. Además de ser fumado en pipas, el tabaco en esa época también se consumía como rapé (tabaco en polvo) y a veces se masticaba, lo que explicaría por qué algunos restos carecen de las habituales marcas dentales asociadas al consumo de tabaco.

Mediante cromatografía líquida se detectaron diferencias químicas entre restos de fumadores y no fumadores. Imagen Ilustrativa Infobae
Mediante cromatografía líquida se detectaron diferencias químicas entre restos de fumadores y no fumadores. Imagen Ilustrativa Infobae

El consumo de tabaco entre las mujeres en épocas georgiana y victoriana

Uno de los aspectos más reveladores de esta investigación fue el hallazgo de que una cantidad significativa de mujeres en la Inglaterra de los siglos XVIII y XIX también presentaban rastros de consumo de tabaco en sus huesos, en proporciones comparables a los hombres. Según Inskip, esta observación sorprende porque desafía las ideas tradicionales de que el tabaquismo era principalmente un hábito masculino durante la época georgiana y victoriana. Los registros históricos, limitados y fuertemente influenciados por las normas sociales de la época, suelen sugerir que pocas mujeres fumaban abiertamente, ya que el tabaquismo era percibido como un hábito poco decoroso para ellas.

Este descubrimiento cambia la perspectiva sobre la cultura del tabaco en aquellos tiempos y sugiere que muchas mujeres podrían haber consumido tabaco de formas menos visibles o aceptadas socialmente, como el rapé o el tabaco para masticar. Así, el análisis de los huesos proporciona una mirada más precisa sobre los hábitos de la época, revelando que el consumo de tabaco entre mujeres no solo existía, sino que era posiblemente mucho más común de lo que se había documentado. Estos nuevos datos permiten comprender mejor los riesgos de salud a los que también estaban expuestas las mujeres, un aspecto que probablemente pasó desapercibido en su momento.

Más allá de su impacto en la historia, esta metodología de análisis óseo promete revolucionar las investigaciones forenses actuales. Según Inskip, los biomarcadores de tabaco y otros patrones metabólicos detectados en huesos pueden ayudar a construir un perfil biológico detallado de una persona desconocida, lo cual es crucial en casos donde la identidad de los restos humanos es incierta. En investigaciones criminales o en escenarios de fatalidades masivas, esta técnica puede ofrecer detalles individuales que aporten pistas esenciales, como si la persona consumía tabaco, una característica que podría conectar con patrones de vida específicos y orientar la identificación.

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