La relación entre los microbios intestinales y la respuesta al estrés ha sido el centro de una investigación que revela un papel clave de la microbiota en la regulación de los ritmos circadianos del cuerpo.
El estudio del University College Cork y APC Microbiome Ireland mostró cómo la microbiota influye en los ritmos diurnos de las hormonas del estrés y cómo su disminución puede alterar el sistema circadiano del cerebro y las áreas cerebrales responsables de la respuesta al estrés.
Es que los resultados de esta investigación indican que la microbiota intestinal regula el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal (HPA), que es fundamental para la respuesta a eventos estresantes, según los científicos. Ellos encontraron que la carencia de microbiota provoca una hiperactivación del eje HPA en momentos específicos del día, lo que altera la respuesta al estrés.
Dentro de los hallazgos, los investigadores identificaron cepas bacterianas específicas, entre ellas Limosilactobacillus reuteri, que desempeñan un papel importante: esta cepa en particular demostró la capacidad de influir en la secreción de glucocorticoides, las hormonas relacionadas con el estrés, vinculando las oscilaciones diurnas de la microbiota con la respuesta hormonal. El trabajo fue publicado en la revista Cell Metabolism.
El profesor John Cryan, líder del equipo de investigación, señaló: “Nuestra investigación ha revelado un vínculo importante entre la microbiota intestinal y la forma en que el cerebro responde al estrés de una manera específica en el tiempo. El microbioma intestinal no solo regula la digestión y el metabolismo; desempeña un papel fundamental en la forma en que reaccionamos al estrés, y esta regulación sigue un ritmo circadiano preciso. Estos hallazgos subrayan la importancia de mantener un microbioma saludable, en particular para quienes viven en el entorno estresante y de ritmo acelerado de hoy en día”.
El doctor Gabriel Tofani, otro de los autores, explicó: “Nuestros hallazgos resaltan la importancia no solo de la composición de la microbiota intestinal, sino también de cómo cambian los microbios intestinales a lo largo del día”.
“Al demostrar que las bacterias intestinales influyen en la forma en que el cuerpo maneja el estrés a lo largo del día, estamos ayudando a comprender los mecanismos a través de los cuales la microbiota moldea nuestras respuestas al entorno que nos rodea. Nuestro trabajo también demuestra que explorar esta relación entre la microbiota intestinal y los ritmos circadianos será clave en el desarrollo de terapias basadas en la microbiota para los trastornos relacionados con el estrés en el futuro”, sumó Tofani.
Los autores del estudio enfatizaron el potencial de estas conclusiones para desarrollar terapias psicobióticas que mejoren la salud mental, al enfocarse en el control de las bacterias intestinales que participan en la regulación del estrés. Este enfoque podría ayudar a tratar problemas como la ansiedad y la depresión, que suelen estar asociados con alteraciones en los ciclos de sueño y el estrés.
El profesor Paul Ross, director de APC Microbiome Ireland, destacó la relevancia del descubrimiento: “Este estudio supone un gran avance en nuestra comprensión de cómo el microbioma influye en nuestra salud mental. Estamos comprometidos con desentrañar las múltiples formas en que nuestro microbioma intestinal afecta a la salud humana, y esta investigación proporciona información crucial sobre cómo la focalización de bacterias específicas puede ayudar a controlar o incluso prevenir afecciones relacionadas con el estrés. El potencial de mejorar la salud mental a través de intervenciones basadas en el microbioma es muy real, y este estudio nos acerca un paso más a ese objetivo”.
El método de trasplante de microbios utilizado por los investigadores permitió confirmar que las oscilaciones diurnas de la microbiota son fundamentales en la regulación de la secreción de glucocorticoides. Esta observación refuerza la idea de que las variaciones en la microbiota a lo largo del día tienen un impacto directo en la respuesta al estrés.
Con estos hallazgos, se destaca la importancia de mantener un microbioma saludable para preservar el bienestar emocional y mental, especialmente en un contexto de vida moderno caracterizado por altos niveles de estrés, patrones de sueño desordenados y dietas deficientes, según los expertos.