La expectativa de vida y la longevidad generan gran interés tanto en la sociedad como en el ámbito científico. De esto no hay dudas. Y en este contexto, el término “health span”, definido como el periodo de vida en buenas condiciones de salud, toma cada vez más fuerza. Ya lo dijo Tim Peterson, director ejecutivo de una empresa emergente enfocada en el envejecimiento saludable: “Es maravilloso alcanzar los 100 años, pero no si los últimos 30 se viven en mal estado de salud”.
El incremento de la esperanza de vida es una de las mayores conquistas de la medicina contemporánea, lograda a través de avances como las vacunas y los antibióticos, una alimentación de mayor calidad y ciudades más limpias y seguras. Ahora, el reto que enfrentamos es promover un envejecimiento activo y saludable, especialmente ante el incremento inevitable de enfermedades asociadas a la edad avanzada, incluyendo el Alzheimer y el cáncer, en sociedades cada vez más longevas.
El ayuno intermitente se ha convertido en plan de alimentación muy popular en los últimos años, aunque por el momento la evidencia que respalda sus beneficios es limitada. Un estudio publicado en la revista Science de la Universidad de Michigan, EEUU, mostró -por citar un ejemplo- que el simple hecho de sentir hambre podría ralentizar el envejecimiento.
En el último tiempo, casi como si fueran los nuevos superhéroes de la longevidad, han tomado relevancia en el mundo científico varios nombres como es el caso de David Sinclair, el genetista que asegura que puede detener el envejecimiento; o el de Valter Longo, un biólogo y profesor italiano que lleva adelante un plan de alimentación con el que dice, se puede vivir más de 100 años de manera saludable.
En medio de estos nombres propios, las llamadas zonas azules, los lugares del mundo de donde la gente vive más años, no dejan de generar fascinación tanto para la sociedad como para quienes investigan.
Son los científicos quienes, entre otras cosas, miran de cerca estos casos para entender cuáles son los factores que promueven el alargamiento y la calidad de la vida.
En este contexto, la científica americana Coleen Murphy, aparece como otra referente en la materia. La experta desarrolló un profundo interés por los gusanos tras conocer la investigación de Cynthia Kenyon, quien identificó que una mutación genética específica, en el gen daf-2, podía duplicar la esperanza de vida de los C. elegans.
La medicina genómica es sin dudas una arista que gana terreno. Se basa en el uso de la información genómica de una persona como parte de su atención clínica. Es por eso que, dicen los expertos, acceder a un mapeo genético puede ser una inversión para toda la vida, ya que permite a las personas conocer su información genética y tomar decisiones informadas para una longevidad saludable.
La mujer que más sabe de longevidad
Inicialmente, como postdoctoranda bajo la tutela de Kenyon y más tarde como líder del Instituto de Genómica LSI en Princeton (EE.UU.), Murphy ha utilizado los mencionados gusanos como herramienta para explorar cómo el envejecimiento repercute en funciones como el aprendizaje, la memoria y la reproducción.
Recientemente, publicó el libro “How we age: The science of longevity” (Cómo envejecemos: la ciencia de la longevidad), donde examina en profundidad los avances más recientes en la ciencia de la longevidad y reflexiona sobre cómo estos podrían contribuir a extender la vida saludable en seres humanos.
“Los investigadores en el campo del envejecimiento y la longevidad se están centrando principalmente en aumentar la esperanza de vida y abordar las enfermedades relacionadas con la edad”, comienza diciendo a Infobae Murphy, quien ha sido distinguida con el premio WICB Mid-Career Award for Excellence in Research, un reconocimiento se otorga a mujeres que han aportado contribuciones científicas notables al campo de la biología celular o han aplicado de manera efectiva la biología celular en diversas disciplinas, demostrando un elevado compromiso y liderazgo en la ciencia.
—¿La gente quiere vivir más años entonces? ¿O también está interesada vivir mejor en la última etapa de su vida?
—Estoy segura de que la mayoría de las personas quieren mejorar su salud y calidad de vida, no alargar su esperanza de vida.
—¿Qué opina de la metformina, el medicamento que podría retardar el envejecimiento y que está de moda en Estados Unidos?
—Me entusiasma saber que actualmente se están llevando a cabo estudios clínicos para determinar si la metformina y la rapamicina son realmente útiles para retardar los fenotipos del envejecimiento.
—Muchas investigaciones en busca de retrasar el envejecimiento promocionan suplementos para prolongar su vida. ¿Qué opina de esto?
—Hay investigaciones sobre el retraso del envejecimiento mediante pruebas de medicamentos, y solo un pequeño número de laboratorios están “promoviendo suplementos”. Pero esos investigadores reciben mucha prensa. Se están realizando investigaciones para tratar de encontrar diferentes formas de retardar el envejecimiento, esa es la realidad.
—Hay un caso paradigmático, el del millonario e influencer Bryan Johnson, quien sigue toda una rutina de vida con grandes cantidades de suplementos y un estudio constante de su cuerpo para vivir más años. ¿Qué opina del caso de Bryan?
—Esto no es ciencia, es un proyecto de vanidad personal. No estoy segura de qué debería decir uno como científico sobre esto. Esto no es científico porque no hay controles, hay demasiadas variables y tratamientos. Ciertamente, espero que algún día podamos encontrar tratamientos efectivos para los trastornos relacionados con el envejecimiento que no requieran ninguno de estos extremos ni costos tan altos.
—Hace unas semanas conversamos con el biólogo italiano Valter Longo sobre el hecho de que cada vez más las personas están pasando la barrera de los 100 años. Me decía que esto depende de todo lo necesario que hay que hacer para llegar a ese objetivo, como alimentarse bien, hacer ejercicio y tener un sueño reparador. ¿Qué opina usted? ¿Será más común en el futuro vivir más de 100 años?
—Esto ya está sucediendo en varios países, por ejemplo en Japón. Y deberíamos esperar que sea más común mientras sigamos mejorando los tratamientos para las enfermedades de la mediana edad (enfermedades cardiovasculares, trastornos metabólicos, cánceres, etc.) Y sigamos manteniendo avances en la vida temprana, como las vacunas para enfermedades tempranas.
—¿Qué papel juega el ejercicio en la longevidad? ¿Es quizás tanto o más importante que la dieta?
—Creo que están relacionados, ya que el ejercicio puede activar algunas de las mismas vías o vías superpuestas, pero no conozco ningún estudio que pregunte cuál es mejor o más importante. No me sorprendería descubrir que el ejercicio, dependiendo de qué tipo y duración, podría ser más beneficioso, ya que los niveles de restricción calórica necesarios para obtener buenos resultados son bastante extremos.
—¿Qué otro consejo puede dar?
—Lo que estamos hablando, ¡el ejercicio!
—¿Cuál es su opinión sobre el ayuno intermitente?
—Los datos sobre IF, como todos los regímenes dietéticos, son buenos en organismos modelo, pero algo variables en humanos y podrían no importar tanto como simplemente llevar un registro de lo que uno come. Recomiendo ver el trabajo de Ethan Weiss en UCSF. Sugiere que IF o el tiempo -la alimentación restringida- no ayuda realmente.
—Otro medicamento que está de moda en Estados Unidos son los que se usan para la diabetes y también para bajar de peso. ¿Qué papel juegan los agonistas de GLP1, como Wegovy, Ozempic o Mounjaro, en la pérdida de peso? ¿Son realmente efectivos? ¿Pueden ser parte del camino hacia la longevidad?
—No hay duda de que los agonistas de GLP1 son muy exitosos para perder peso, y parece que muchos de los marcadores metabólicos de la obesidad se reducen en pacientes que toman agonistas de GLP1, y existen efectos positivos para el tratamiento de enfermedades cardiovasculares. Así que sí, estos medicamentos ayudarán. Personas que de otro modo podrían haber tenido problemas metabólicos y enfermedades cardiovasculares. Por lo que sí, podrían considerarse posibles medicamentos para la longevidad. Creo que el gran desafío será ver cuánto tiempo los pacientes pueden seguir tomando estos medicamentos y mantener el peso.
—¿Qué nuevo tema relacionado con la longevidad le gustaría abordar?
—Estoy muy entusiasmada con la posibilidad de frenar el deterioro cognitivo relacionado con la edad y mi laboratorio está muy ocupado trabajando de diversas maneras y con varios animales diferentes.