En todo el mundo, 55 millones de personas viven con Alzheimer, la forma más común de demencia que afecta la memoria, el pensamiento y el comportamiento de aquellos que la padecen, limitando significativamente su capacidad para llevar a cabo las actividades diarias de manera independiente. La demencia no es una enfermedad específica, sino un término general que describe un grupo de síntomas.
En el marco de la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer que se lleva a cabo en Ámsterdam, Países Bajos, se difundieron los resultados de un estudio que marca un hito para quienes padecen esta patología neurodegenerativa: el fármaco donanemab mostró ralentizar de manera significativa la progresión clínica de la enfermedad de Alzheimer en su fase temprana, según los resultados de un ensayo clínico de Fase III.
Los datos del estudio señalaron que el tratamiento con donanemab retrasa la progresión de los problemas de memoria en aproximadamente un tercio, pero que esa tasa puede alcanzar el 60% si la administración del fármaco se inicia cuando los pacientes solo tienen un deterioro leve.
En mayo, la farmacéutica Eli Lilly, que desarrolla el medicamento, había anticipado los datos preliminares de la investigación y ahora, los representantes del laboratorio presentaron los resultados en el congreso internacional y publicaron los resultados en la revista científica JAMA, el medio especializado de la Asociación Médica Estadounidense.
El ensayo TRAILBLAZER-ALZ 2 incluyó a 1.736 participantes de entre 60 y 85 años. Al igual que el medicamento Leqembi, de Eisai y Biogen, donanemab es un anticuerpo monoclonal diseñado para eliminar los depósitos de la proteína llamada beta amiloide del cerebro de los pacientes con la enfermedad neurodegenerativa.
Leqembi fue recientemente aprobado por la FDA y en el caso de donanemab, la Asociación de Alzheimer anticipó que Eli Lilly ya completó su presentación a la agencia regulatoria de EEUU para su aprobación y espera obtener la autorización en el transcurso de este año.
Resultados alentadores
Los resultados del ensayo donanemab han sido prometedores. Según el estudio, el medicamento experimental logró ralentizar significativamente la progresión clínica de la enfermedad a las 76 semanas de tratamiento en los participantes que presentaban Alzheimer sintomático temprano y patología amiloide y tau.
“Los resultados ilustran que iniciar el tratamiento lo antes posible permite la posibilidad de un mayor efecto beneficioso, pero también que existe la posibilidad de ralentizar la progresión de la enfermedad incluso cuando el tratamiento se inicia más tarde en la progresión de la enfermedad”, dijo la doctora María Carrillo, directora científica de la Asociación de Alzheimer en un comunicado.
“Estos beneficios son reales y significativos, ya que brindan a las personas más tiempo para participar en la vida diaria, permanecer independientes y tomar decisiones futuras sobre el cuidado de la salud”, agregó la experta.
El estudio de Fase III reveló que donanemab redujo el deterioro cognitivo en un 35% en comparación con el placebo en pacientes con niveles de tau cerebrales bajos a intermedios. Además, se observó una disminución del 40% en el riesgo de progresar de deterioro cognitivo leve a demencia leve, o de demencia leve a moderada. Y la tasa ascendió hasta el 60% en los casos más leves.
Además de retrasar el empeoramiento de los síntomas entre 4,5 y 7,5 meses en promedio, el fármaco también significó que los pacientes pudieran seguir realizando sus actividades diarias durante más tiempo, dijeron los investigadores.
En un análisis publicado en la misma edición de JAMA, Gil Rabinovici, director del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer de la Universidad de California en San Francisco (UCSF), enfatizó que estos avances son esperanzadores para la comunidad científica y para aquellos afectados por la enfermedad. Rabinovici también señaló que estos fármacos muestran un mejor desempeño en las etapas tempranas de la enfermedad y que se necesitarán terapias adicionales para ayudar a los pacientes en etapas más avanzadas.
A pesar de los resultados alentadores, el científico advirtió que se requiere un análisis más profundo para comprender plenamente cómo estos hallazgos impactarán en los pacientes. Además, se observó que los participantes en etapas avanzadas de la enfermedad mostraron pocos o ningún beneficio en comparación con aquellos que recibieron el placebo.
Rabinovici dijo que estos fármacos experimentales pueden tener efectos secundarios graves, lo que debería motivar a los científicos a seguir profundizando las investigaciones.
Este nuevo medicamento no se trata de una cura ni restaura los recuerdos dañados por esta enfermedad neurodegenerativa. Pero los expertos coinciden en que disponer de un fármaco que ralentice el Alzheimer, aunque sea modestamente, es un hito tras años de ensayos e investigación.
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