Alberto Cormillot en primera persona, 60 años con la ciencia: “Me hacen falta muchos años más para seguir aprendiendo, enseñando y criando a mi hijo”

A esta altura, Alberto Cormillot podría ser el médico decano de los argentinos. Pionero, educador, capacitador de profesionales y comunicador, el médico especialista en obesidad es una verdadera institución, una leyenda viviente que tiene mucho para celebrar: hoy cumple 60 años con la medicina.

“60 años y activos... son unos cuantos, ¿no?”, dice a Infobae este verdadero libro abierto no solo de la medicina, sino de la calidad de vida. Para empezar hablar de él, nada mejor que su propio ejemplo: vencedor de un cáncer de colon que le fue extirpado quirúrgicamente sin dejar consecuencias, Cormillot es un auténtico gozador de la vida. Dedicado profesional, ama la vida y quiere vivirla -ya lo dijo- todo lo que pueda. Bailador inalcanzable de tap y danza aérea, su página última, la creación que por estos días lo tiene embobado de amor y felicidad, se llama Emilio, el hijo que tuvo a los 83 años con su esposa, Estefanía Pasquini, de 35 años.

“Me enamoré desde el día que la ví entrar a la clínica; mujeres hermosas hay muchas, pero ella me encandiló”, recordó Alberto a Infobae en una nota reciente en relación a la madre de su hijo. La flamante pareja entre el “Doc de los argentinos” y la nutricionista cumplirá dos años de casados -obtuvieron la libreta roja el 8 de diciembre de 2019- y ahora existe una razón de peso para darle eternidad al vínculo: la llegada de Emilio.

Infobae convocó al médico para repasar estos 60 años de trabajo ininterrumpido. Además, Cormillot hizo su propio ranking de los que considera son, los 5 hitos de la medicina en todo este tiempo.

“Me hacen falta muchos años más para seguir aprendiendo, enseñando y criando a Emilio”, dirá Cormillot ante todo y para comenzar el recorrido de la charla. Tal vez esta frase represente la foto actual, esa que lo ve vital, trabajando y criando nuevamente a un hijo. Así como Alberto contó que le deja mensajes de audio de Whatsapp para que Emilio los escuche de más grande, él ya dejó expresado que quiere pasar los 100 años de vida.

Cormillot nació un 31 de agosto de 1938. Su madre, Esther, era de descendencia alemana y su padre, Emilio, francesa. Ambos tuvieron una marcada diferencia política en la argentina: la madre de Alberto era peronista y su padre, profundamente antiperonista.

“Tuve una niñez atravesada por esa discusión”, rememora este doctor que se graduó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires en 1961. Se ha dedicado al tratamiento de las personas con obesidad y sus familiares, y a la capacitación de profesionales en dicha especialidad.

Es el mentor de distinguidas instituciones como Clínica de Nutrición y Salud, Dieta Club (grupos profesionales para adelgazar) y Fundación ALCO (grupos de autoayuda). Dirige los sitios web www.drcormillot.com y DietasCormillot.

Cormillot fundó el Instituto Argentino de Alimentos y Nutrición (IAAN) y la carrera oficial de Instructor en Salud, Alimentación y Actividad Física, de nivel universitario. Es director y profesor de dicha carrera y también de la Licenciatura en Nutrición, ambas dictadas por Universidad Isalud.

La niñez

De niño, siempre fue inquieto Alberto. Los primeros juguetes, recuerda el médico, fueron remedios. Sí: Alberto jugaba con la naftalina y todo aquello que hubiera en la farmacia que tenía su abuelo, fue fundada en 1918, en Floresta.

“Atrás de la farmacia se encontraba la casa de la familia. Yo nací ahí donde estaban todos mi tíos que vivían ahí”, rememora Cormillot. Y agrega: “Gracias a la farmacia de mi abuelo aprendí qué era una dosis, una hierba, una prescripción, una pomada... Allí jugué con la naftalina, robé confites y tuve que hacer los mandados con envíos de remedio a domicilio”.

El médico considera que fue un hijo muy querido y mimado. “Tuve una madre increíble y profundamente inspiradora para mí. Mi mamá era una enfermera maravillosa y peronista. Ella se ocupó de cuidar a la gente, ayudó a otros vivir mejor. Y mi papá un antiperonista confeso. En esa antítesis estimulante, crecí yo. Sé que mucha gente tomó cosas para su vida de lo que yo digo. Llevo 57 años en la tele, la gente de 60 para abajo nació y ya me vio en la tele, así que me siguieron todos estos años. Eso me hace muy feliz”, rememoró en una nota reciente con Infobae.

Su madre quiso que vaya al Liceo Naval para hacer el segundario. “Aprendí muchísimo”, recuerda sin remordimientos. “El Liceo estaba en una Isla. Los viernes salíamos y volvíamos a entrar el domingo a la noche”, rememora el médico.

Todavía hoy Cormillot recuerda las palabras de su madre: “Tenés que hacerte hombre”. Fueron cuatro años, según señala, de excelente preparación. “Mucha disciplina y compañerismo”, rememora Cormillot, quien luego ingresó a la UBA para estudiar medicina. Llegó a rendir 24 materias en 14 meses, y se recibió a poco de cumplir 23 años.

Estudios y primeros trabajos

Cormillot transitó varios hospitales en sus comienzos, entre ellos el Piñero y el Alemán, el lugar donde conoció a Mónica, la madre de sus hijos, y con la que creó varias de las instituciones que lleva hoy adelante. Pasó por el hospital Militar, el Santa Lucía y el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.

Hay muchos datos de la vida de Cormillot que no se conocen, entre ellos que durante algunos años, antes de estudiar medicina, se dedicó a moler aserrín y hasta supo ser extra en algunas películas del cine argentino.

Una vez recibido, habiendo pasado por varios hospitales, en 1967 fundó ALCO, sin dudas una ONG que cambió para siempre la forma de trabajar con pacientes con obesidad. Trabajó de manera ininterrumpida para crear grupos de autoayuda con el objetivo de que las personas puedan bajar de peso. “La creé inspirada en Alcohólicos Anónimos. A partir de ahí fue creciendo. Han pasado más de 4 millones de personas por ALCO”, cuenta Cormillot.

Cormillot viajó, recorrió el mundo y tuvo una gran formación en las adicciones al alcohol, el juego y el cigarrillo. “Fuimos los primeros en el país en armar los grupos”, rememora este médico a que a su vez supo codearse con grandes referentes en materia de obesidad, entre ellos Teodoro Van Itallie, Mickey Stunkard y Kelly Brownell, entre otros.

Medios e instituciones

Cormillot es un reconocido médico ante todo, pero además supo convertirse en un gran comunicador. Ha escrito más de 50 libros.

Director de la revista Vivir Mejor, llevó con ese nombre el programa de TV que condujo durante muchos años. Condujo el panel de profesionales del ciclo Cuestión de Peso, emitido por Canal 13, que ha tenido protagonismo en la sanción de la ley que reconoce a la obesidad como una enfermedad. Hoy, Cormillot se encuentra preparando el nuevo ciclo de Cuestión de peso en el canal Net TV.

Dieta Club fue sin dudas otra de sus grandes creaciones. “La primera idea era hacerlo en un colectivo, pero los militares no me dejaron”, recuerda. Luego creó El Club del caminante, otra de las disciplinas con las que motivaba a la gente a tener el hábito del ejercicio.

En 1981 fue el año en que Cormillot empezó a realizar exposiciones. Y no se anduvo con pequeñeces: una de sus grandes creaciones fue Alicia, la famosa muñeca gigante de 30 metros, por donde pasaron 400 mil personas. Fue en el marco de Expovida, que incluía aquella muñeca gigante tan visitada.

La gente podía recorrer por su interior, ver el cuerpo y aprender a cómo cuidarlo. También realizó Expodiet y Vida sana, en la que obtuvo el récord Guiness por el sándwich más largo del mundo: tenía 20 metros.

Cormillot fue ministro de Acción Social en la provincia de Buenos Aires y secretario de Calidad de Vida de la Ciudad de Buenos Aires. “La política me permitió, entre otras cosas, organizar el aspecto social de la mudanza del Warnes”, expresó.

Sin dudas uno de los orgullos del doctor es el Centro Municipal de Obesidad que inauguró Jesús Cariglino en 2010. “Es el único centro municipal donde se trata obesidad”, apunta.

Luego llegó más tarde el turno de dietascormillot.com con toda una serie de tratamientos a distancia con los que hizo llegar a todas partes del país la conciencia y los hábitos saludables de alimentación. Acto seguido aparecieron las famosas viandas congeladas y las frescas, ricas en alimentos nutritivos y saludables.

Con su propia historia Cormillot encarna y es protagonista de un hito científico en desarrollo: la longevidad de las personas que según la ciencia se encamina a vivir 100 años. Quiere y se propuso vivir 103. Para ese entonces, Emilio habrá llegado a sus 20.

El doctor visitó una de las zonas azueles del planeta, que son los lugares donde la gente vive más de 100 años. Se trata del valle de Vilcabamba, en el sur de Ecuador.

“El viejismo es una serie de actitudes, pensamientos y conductas que hay estereotipadas según las cuales un viejo es una persona descartable, no puede bailar, no puede tener novia, no puede tener sexo; y es una carga para la sociedad. No fue cierto casi nunca, pero en los últimos años se duplicó la expectativa de vida, que a principios del siglo XX era de 40 años”, analizó en una nota reciente.

El camino de estudio y sacrificio del doctor tienen un correlato y un lugar muy representativo: su biblioteca con más de 10 mil libros y una basta cantidad de documentación científica.

Entre otros de los momentos destacados, en encuentran los viajes que Cormillot hizo, en primera lugar a Israel para investigar el Cristo de Pie. Estuvo además como voluntario en la Guerra Irak en la última invasión americana, ayudando a un hospital.

Los 5 hitos de la medicina

No hay dudas: Alberto Cormillot ha realizado un camino extenso. En todos estos 60 años, han pasado muchas cosas en el terreno de la ciencia médica. Por eso, Infobae le propuso repasar cuáles fueron los 5 hitos de la medicina en todo este tiempo. “Fuera de lo que son los avances de los antibióticos y las vacunas, yo quiero mencionar otros. Uno de ellos es el descubrimiento de que si una persona cambia la alimentación, la actividad física, reduce el consumo de alcohol y no fuma, la diferencias que puede tener en años de vida son 9″, empieza diciendo el doctor.

“Eso es un verdadero descubrimiento, no hay ningún remedio que te pueda dar esa cantidad de años de vida, de vida útil sobre todo”, agrega.

“La segunda, es que con la prolongación de la vida, aparecieron las enfermedades crónicas y el reconocimiento por parte de muchos sectores de salud, de la existencia de enfermedades crónicas. Se trata de una cuestión totalmente distinta a una enfermedad aguda. En una enfermedad aguda uno da el remedio y, supuestamente, la gente lo toma. Pero la enfermedad crónica es mucho más complicado. El 50 por ciento de las enfermedades crónicas no se tratan o se tratan mal”, dice Cormillot.

“El otro tema es la aparición de las habilidades blandas. Están las habilidades blandas y las duras. Las duras son saber, por ejemplo, cómo se maneja una cámara o una luz en un estudio de televisión como este donde hacemos la nota ahora. Las habilidades blandas es cómo nos recibe el director en el estudio y nos hace sentir cómodos. Tiene que ver con la capacidad de empatía, y de escuchar que es lo más importante. Es la música. O sea, la letra importa, pero es más importante la música. En un trabajo te toman por tu conocimiento y te sacan por tu comportamiento. Te toman por tus aptitudes y te sacan por tus actitudes”, explica Cormillot.

“Después el tema que fue merecedor de un Premio Nobel de Economía, con el psicólogo isrraelí, Daniel Kahneman. El tema de los sesgos, los errores sistemáticos que los humanos cometemos. Hay una parte del cerebro que se utiliza para el pensamiento rápido, sirve por ejemplo para cruzar la calle. Pero no sirve para la vida cotidiana, donde tenés que aplicar el pensamiento lento. Hay una pregunta que yo suelo hacerla, y que hacen en ese libro: ¿cuántas parejas de animales puso Abraham en el Arca de Noe? La gente te contesta cuántas parejas... Entonces luego se le explica que el Arca no era de Abraham, sino de Noe. Esa es la respuesta rápida”, suma el doctor.

“Finalmente empezaron en la década del 50 y 60 aparecer las nuevas terapias, las no psicoanalíticas, que eran las que estaban destinadas al inconsciente y luego empezaron a aparecer las terapias conductuales cognitivas y ahora todo lo que se llama terapias de tercera generación. Apuntan al juicio, al razonamiento a modificar la estructura del pensamiento, eso fue otro gran avance”, dice Cormillot.

El cierre de la enumeración de hitos no es casual. Cormillot menciona los avances de la ciencia que tienen que ver con las partes blandas, aquellas que nos definen mejor como personas. Son, tal vez, un manual de supervivencia útil para atravesar la vida de un mejor modo, impartiendo esos principios que le inculcó su madre y que tanto añora.

“Aprender geometría o matemática, solamente le costará más o menos a cada uno. Pero aprender a escuchar, eso no se cultiva tan fácil”, finaliza.

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