Cuando se piensa en la extensión de la longevidad, la imaginación vuela a creer que los seres humanos van a estar conservados en cámaras de frío por mucho tiempo. Sin embargo, un estudio que fue publicado ayer en la revista Nature Communications señala que el aumento de la longevidad hasta los 150 años o más sería posible.
El estudio combina datos de análisis de sangre e información sobre el ejercicio físico para identificar una nueva medida de “edad biológica”. Los resultados sugieren que hay un aspecto de la longevidad humana que puede ser crucial si se quiere alcanzar el máximo potencial, y no tiene que ver con la enfermedad o con la elección de un estilo de vida.
“Lo que decimos aquí es que la estrategia de reducir la fragilidad, es decir, reducir la carga de la enfermedad, sólo tiene una capacidad incremental para mejorar la vida”, explicó Peter Fedichev, el autor principal del estudio e investigador del Instituto de Física y Tecnología de Moscú. El científico es cofundador de la empresa de longevidad Gero.
De acuerdo con Fedichev y su equipo, la humanidad podría ir más allá del tratamiento de las enfermedades. Sostiene que si sus resultados se validan por otras investigaciones, hay chances de que los seres humanos puedan llegar a vivir durante décadas más que el máximo de vida que determinaron: 150 años.
El estudio identifica patrones de envejecimiento y morbilidad para extraer la máxima “edad biológica” posible de los humanos. Reunieron los datos de los análisis de las muestras de sangre de 544.398 participantes y los combinaron con los datos provistos por el uso de relojes inteligentes de otro subconjunto más pequeño de personas.
Luego, los investigadores utilizaron los datos para predecir la aparición de diversas enfermedades y para determinar patrones sobre cómo la “edad biológica” de las personas parecía cambiar con el tiempo. La “edad biológica” es esencialmente la edad de las células de su cuerpo, en lugar de su edad cronológica. Para aumentar la esperanza de vida, es necesario disminuir la edad biológica en comparación con la edad cronológica.
¿Cuáles son las opciones de estilo de vida que pueden marcar la diferencia? Si se empieza a fumar tabaco, se inicia un nuevo régimen de ejercicio o incluso si se mudas a una zona más rural, la edad biológica puede disminuir y aumentar con el tiempo. No se mantiene constante. En el nuevo estudio, los investigadores descubrieron que un factor parecía impulsar las fluctuaciones individuales de la edad biológica. Es un valor que los investigadores denominan “indicador cuantitativo dinámico del estado del organismo”.
Explicaron que, a medida que se envejece, el ritmo de recuperación del estrés (ya sea una enfermedad, la falta de sueño o incluso un duro entrenamiento) se ralentiza. Es decir, cada vez se tarda más en recuperar el nivel básico de resiliencia. Así, la resiliencia de los individuos al estrés es la clave para determinar su longevidad. “Si no se ataca la pérdida de resiliencia, cualquier intervención médica fracasará”, escriben los investigadores en el estudio.
El estudio podría tener un impacto sobre el abordaje de las enfermedades. Si la medicina avanza hasta el punto de poder curar las enfermedades del envejecimiento, los investigadores calculan que los seres humanos podrían envejecer hasta incluso más de la vida máxima que determinaron sin abordar la resiliencia, entre los 120 y los 150 años.
Más allá de ese rango, la capacidad de recuperación se deteriora más allá del punto de no retorno. Incluso, los individuos más sanos que viven más tiempo y resisten la aparición de enfermedades crónicas no pueden esperar vivir más allá de esta edad porque su resiliencia se habría agotado por completo.
El enfoque que proponen los investigadores es encontrar una manera de abordar la resiliencia. Hay problemas que vienen con la edad y que afectan a los seres humanos como organismos. En otras palabras, a nivel individual, los factores relacionados con el estilo de vida no siempre explican por qué una persona vive o no hasta una edad avanzada. Pero la resiliencia sí puede hacerlo.
Fedichev y sus coautores no quieren conformarse con los aumentos incrementales de la vida media que puedan surgir de las mejoras en la salud. Remarcó que está confirmado que la gente vive más tiempo si sigue una buena alimentación, hace ejercicio con regularidad, es capaz de evitar las enfermedades y si tiene un estatus socioeconómico alto. Pero subrayó que hay personas que viven hasta edades extraordinarias y también pueden ser portadoras de ciertos genes que las predisponen a la longevidad. Tal vez esos genes afecten a la resiliencia. Para los investigadores, si se puede aumentar la resiliencia, se podría prolongar la vida más allá del máximo.
El equipo de investigadores desarrollaron una aplicación, llamada GeroSense, que puede calcular la edad biológica utilizando los datos proporcionados por los usuarios. Esperan utilizar la información recopilada para medir la resistencia y, en última instancia, encontrar una solución para detener el envejecimiento. Entre los factores que quieren analizar más detenidamente están las elecciones de estilo de vida en cuanto a suplementos, dietas, y marcadores genéticos.
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