Probióticos, omega 3, proteínas, péptidos, vitaminas, minarales, hierbas, tés medicinales, fibras, bebidas para deportistas, bebidas energizantes… El espectro de los suplementos dietarios ha aumentado sin pausa a pesar de la advertencia en sus envases, debajo de la descripción de sus presuntos beneficios: "Estas afirmaciones no han sido evaluadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). Este producto no tiene el objetivo de diagnosticar, tratar o curar ninguna enfermedad".
Y ahora, según un nuevo estudio, se ha extendido a una población más vulnerable que la adulta: "La tasa de niños que consumen suplementos vegetales y de otro tipo casi se ha duplicado en los Estados Unidos, a un 6,3%", alertó The Wall Street Journal (WSJ). Entre 2003 y 20014 la tasa había sido de 3,7%; su crecimiento se ha debido principalmente a "la melatonina, una hormona que se emplea para ayudar a dormir, y los ácidos grasos omega-3, o suplementos de aceite de pescado, que con frecuencia se dan a niñon con desorden de déficit de atención e hiperatividad, y con autismo, a pesar de la escasa evidencia de su efectividad".
El trabajo "Prevalence of Dietary Supplement Use in US Children and Adolescents, 2003-2014″ (Predominio del uso de suplementos nutricionales en niños y adolescentes de los Estados Unidos, 2003-2014), advirtió que estos neutracéuticos, como también se los llama, "suelen estar implicados en casos adversos por el uso de drogas en niños y adolescentes".
En razón de que "más y más menores toman suplementos alternativos que tienen escasos beneficios probados y podrían presentar riesgos para la salud", los investigadores de las universidades de Illinois en Chicago y Johns Hopkins analizaron datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (NHANES) para evaluar el uso de neutracéuticos y medicinas alternativas entre los niños.
Los multivitamínicos eran ya un consumo establecido: un tercio de los niños y los adolescentes en los Estados Unidos los toman. "Esa tasa se mantuvo estable durante una década, mientras que el uso de suplementos alternativos ha dado un salto", explicó la investigación, realizada sobre 4.400 familias y publicada en JAMA Pediatrics.
"Lo que este estudio subraya es la manera común en que se usan estos suplementos", dijo a WSJ el co director de Centro sobre Seguridad de Fármacos de Johns Hopkins, Caleb Alexander, también coautor del trabajo. "Estos tratamientos agregan complicación y costo a los regímenes de los pacientes, a cambio de un beneficio escaso o nulo. ¿Por qué los niños y los adolescentes tendrían que tomar cosas cuando no hay un beneficio comprobado para su salud?", agregó.
Si bien se cree que los ácidos grasos de omega-3 y la melatonina, por ejemplo, no hacen daño a los niños, se teme que los suplementos para aumentar la musculación, que usan el 3% de los muchachos y el 1,3% de las chicas, son problemáticos pues se los ha vinculado a problemas cardíacos, dijo Alexander al periódico financiero.
El informe cayó mal entre los representantes del enorme mercado de los neutracécuticos, que fue de USD 64.800 millones en 2015 y se estima que llegará a USD 102.600 millones hacia fines de 2024, sólo en los Estados Unidos. Steve Mister, presidente del Consejo para una Nutrición Responsable, dijo a WSJ que el análisis relacionaba de manera injusta los suplementos con los efectos negativos en la salud. "Nos preocupa el modo en que trataron de convertir estos resultados en algo siniestro", dijo.
La Academia Nacional de Pedriatría (AAP) no recomienda el uso rutinario de suplementos dietarios excepto en bebés a los que se amamanta, dijo Steven Abrams, titular del comité de nutrición de la AAP, porque no equilibran la mala alimentación. "No queremos que la gente piense que darle un multivitamínico a un chico compensa una dieta de salchichas y papas fritas".
Y tampoco sustituyen los tratamientos médicos: no hay datos suficientes, dijo, por ejemplo, que prueben los beneficios del omega-3 en el déficit de atención. "Sería preocupante que se lo usara para reemplazar el tratamiento médico adecuado", dijo Abrahams.
La pediatra Natalie Muth, de Carlsbad, California, desaconseja el uso de suplementos entre sus pacientes. Sugiere, en cambio, que los padres les den pescado a los niños desde una edad temprana y que les organicen una rutina de horario para ir a dormir, junto con una limitación del tiempo frente a las pantallas y del consumo de bebidas con azúcar o cafeína.
Prefiere la solución natural porque, si bien la melatonina, por ejemplo, se puede usar en ocasiones, "es el último recurso y tiene un montón de advertencias". La más importante de las cuales es que los neutracéuticos no están regulados por la FDA: "No se puede estar seguro de que lo que dice el envase es lo que uno consume, así que hay que tener mucho cuidado".
MÁS SOBRE ESTE TEMA: