Ya sea en la sartén, en el horno, en una máquina de aire caliente para hacer palomitas de maíz o en una tostadora de café profesional que tenemos en casa: tostar por nuestra cuenta los granos verdes de café está de moda. En todas las variantes, los granos verdes son calentados a unos 200 grados. En ese proceso, se evapora la humedad que contienen, los granos aumentan de tamaño, cambian de color y surge el típico aroma. Pero tostar el café en casa conlleva un riesgo. Sabine Hülsmann, de la Central de Consumidores de Baviera, advierte que hay que tener en cuenta que al tostar café se genera acrilamida. La acrilamida puede aumentar el riesgo de cáncer y por eso debe ser consumida en la menor cantidad posible. En el caso del café que ya compramos tostado, hay valores de referencia establecidos, que los fabricantes deben respetar. Pero en el caso de café tostado en casa no se puede controlar el contenido de acrilamida, señala la experta en nutrición. Por eso, quienes beban mucho café deben analizar seriamente qué tanto café tostado por ellos mismos desean consumir. dpa