Dieta “globalizada” provoca que mexicanos sean más propensos a estas enfermedades crónicas

La mayor parte de la población reemplazó la dieta tradicional y eso tiene graves consecuencias para la salud

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(Imagen Ilustrativa Infobae)
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Un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) destacó que México ha dejado atrás su dieta tradicional, basada en maíz y frijol, y actualmente el 94% de la población ha reemplazado estos alimentos por trigo y carne, situación que tiene consecuencias para la salud e impide la sustentabilidad.

“La transición nutricional contribuye a que las personas se enfermen con más frecuencia de padecimientos relacionados con la alimentación como diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares”, destaca el estudio ‘Determinantes socioeconómicos y demográficos del consumo de alimentos en México’, publicado en la revista PLOS ONE.

En nuestro país, esa “transición nutricional” va de la mano con otra modificación que es epidemiológica, la cual “se refiere a cambios en la prevalencia de enfermedades y causas de muerte”, explicó la especialista de la Facultad de Medicina y coautora de la investigación, Ana Gabriela Ortega.

“Por ejemplo, antes había más infecciones y ahora se incrementan las enfermedades crónicas”, señaló Ortega.

Millones de mexicanos padecen enfermedades derivadas de los hábitos de alimentación.
FOTO: DIEGO SIMÓN SÁNCHEZ /CUARTOSCURO.COM
Millones de mexicanos padecen enfermedades derivadas de los hábitos de alimentación. FOTO: DIEGO SIMÓN SÁNCHEZ /CUARTOSCURO.COM

El consumo de alimentos en México tiene determinantes socioeconómicos, demográficos y geográficos, y actualmente el 94% de la población dejó atrás la dieta tradicional. Por ejemplo, en zonas rurales del sur se conserva la alimentación a base de maíz y frijol, mientras que en el norte y en las ciudades prevalece una alta ingesta de carnes rojas.

“La dieta tradicional mexicana, que antes era predominante en el país, ahora es la principal de una proporción pequeña de la población que apenas llega al 6%”, explicó la investigadora del Instituto de Geografía de la UNAM, Louise Guibrunet.

“El 94% restante, el frijol y el maíz son reemplazados por trigo y carne. Este aumento de la dieta ‘globalizada’ tiene graves consecuencias para la salud y la sustentabilidad”, abundó la especialista.

El estudio reveló clasificó a la población en cuatro grupos y el resultado fue muy claro.

En México predomina el grupo ‘Alto en carne’, que reúne al 60% de los habitantes, quienes consumen más la proteína animal y cereales. Además el segmento ‘Bajo en frutas’ concentra a 8% de la población, y en este caso se caracteriza por un mayor consumo de huevos, aceites, grasas y azúcar, pero menor proporción fruta, carne y verduras.

Detrás de ellos se encuentra el ‘Grupo prudente’, que come relativamente más frutas, verduras y lácteos, e incorpora comestibles de manera equilibrada, pero concentra apenas al 26% de los mexicanos.

El pozole es uno de los platillos típicos basados en maíz-Credito:cuartoscuro
El pozole es uno de los platillos típicos basados en maíz-Credito:cuartoscuro

Finalmente, el grupo de ‘Alimentos básicos’ mantiene sólo al 6% de los mexicanos, los cuales tienen una proporción relativamente mayor de consumo de maíz y legumbres (frijol).

Nuevos hábitos de alimentación afectan al medio ambiente

Sobre los problemas de sustentabilidad que derivan de los nuevos hábitos de consumo, Guibrunet advirtió que “es preocupante la alta deglución de carne que sustituye a proteínas vegetales como el frijol. La de res, en particular, tiene un impacto ambiental mayor”.

Explicó que en comparación con el cultivo de un kilo de frijol, “para producir un kilo de carne se emiten de 30 a 100 veces más gases de efecto invernadero; se requiere de seis a 40 veces más área agrícola; de cuatro a siete veces más agua y se eutrofiza (es decir, se aporta en exceso nutrientes inorgánicos procedentes de actividades humanas) y de 40 a 50 veces más agua”.

Los expertos señalaron que es importante “recuperar la dieta tradicional mexicana para mejorar la salud, disminuir los impactos ambientales y conservar el patrimonio biocultural nacional”.

Señalaron que en materia de salud, “las cercanas a la dieta tradicional protegen contra la obesidad y el sobrepeso, pues sus consumidores presentan menor grasa corporal, circunferencia de cintura e índice de masa corporal”.

Además, la adherencia a la dieta representativa mexicana se asocia con niveles bajos de colesterol en sangre y de insulina.

“En cuanto a sustentabilidad es crucial comer la mayoría de proteína vegetal, como frijol, y que los cultivos sean producidos de manera amigable con el medio ambiente”, apuntaron.