En las interacciones cotidianas, existe un contrato implícito, una especie de entendimiento social no escrito, que regula las expectativas sobre la ayuda mutua. Al momento de ofrecer un favor, las personas no suelen esperar nada a cambio. Esto no fue lo que le ocurrió a Índigo que compartió su historia en la red social X y su experiencia se difundió rápidamente.
El tuit publicado por @MasterIndigoCat, que alcanzó más de 3,6 millones de visualizaciones en un solo día, narró una escena insólita que vivió después de haber sido invitada para terminar un trabajo práctico: “Ayer fui a la casa de una compañera de la facu a terminar un tp, terminamos tarde y el papá me ofreció llevarme en auto y me cobró”, escribió, junto a una imagen de un gato con cara de shock, que ilustró perfectamente su desconcierto ante lo sucedido.
Un nuevo paradigma en los favores cotidianos
Las reacciones no tardaron en llegar, con cientos de usuarios compartiendo experiencias similares. Una persona relató que le ocurrió algo parecido el fin de semana pasado, cuando un chico, luego de llevarla a su casa, le pidió dinero para la nafta. Otra escribió: “Como mi cuñada, que nos invitó al cumpleaños del hijo y nos cobró la gaseosa”. “Mi papá vive repartiendo gente gratis, ya le voy a decir que se avive”, sumó un usuario al debate.
Otro comentario se centró en el comportamiento de algunas personas que constantemente buscan aprovecharse de los demás: “Hay un montón de personas que son así, que constantemente buscan sacarle ventaja a la gente a su alrededor. No me asombraría que la hija sea parecida”. Los usuarios continuaron mostrando incredulidad, con mensajes como: “¿Cuáles eran las chances de que pasara eso?”, a lo que el tuitero respondió: “La chance que había me pasó a mí”.
Cómo fue la interacción: “No es mala persona, pero maneja códigos raros”
El diálogo continuó con otros usuarios cuestionando cómo se había llegado a esa situación. “¿Y cómo lo calculó? ¿Tenía taxímetro?”, preguntó una seguidora. Índigo, todavía asombrado, explicó que no le quedó otra opción que aceptar la “propuesta” : “Fue así, me dijo: ‘¿Cómo te volvés? —Creo que me tomo un Uber, aparte no tengo colectivo que me deje cerca—. Bueno, fíjate cuánto te sale y te llevo’”. A lo que agregó: “Igual no es mala persona, pero maneja códigos raros, no sé”.