Para Frank Watkinson la idea de convertirse en una estrella de YouTube parecía tan lejana como inesperada. Cuando, hace algunos años, decidió tomar su guitarra y grabar versiones de canciones conocidas, lo hizo por una sencilla razón: compartir su pasión por la música sin pretensiones. Sin embargo, este británico jubilado de 70 años se convirtió en un fenómeno en las redes sociales, con más de un millón de suscriptores en YouTube y una creciente comunidad en Instagram. Con una mezcla de sinceridad, vulnerabilidad y su voz profunda, Frank encontró un lugar especial en el corazón de quienes buscan una conexión auténtica en la música.
Watkinson comenzó su canal con un enfoque simple: versionar canciones que resuenan en su interior, interpretándolas de una manera única y desgarradora. Sus versiones van desde temas icónicos como “Creep” de Radiohead, “Snuff” de Slipknot, hasta canciones de artistas contemporáneos como Taylor Swift, Lana del Rey y Billie Eilish. Sin grandes producciones ni arreglos sofisticados, Frank toca con una guitarra acústica y su voz cargada de años y experiencias.
“Como no puedo cantar ni tocar la guitarra bien, trato de dar lo mejor de mí. Pongo todos mis sentimientos en ello y de esa manera se me perdona el no ser perfecto”, dice Watkinson, reflejando su humildad y el compromiso con su estilo introspectivo.
Para Frank, la meta no es la fama o el éxito comercial. Su música no busca ser perfecta, sino sincera. “No soy nadie especial. Lo siento por los verdaderos músicos profesionales que probablemente odien el hecho de que un hombre que no sabe tocar tenga más seguidores que ellos”, comenta con humildad y sin pretensiones.
El éxito en las redes sociales y la conexión con su audiencia
El éxito de Frank en YouTube y Instagram parece responder a una creciente búsqueda de autenticidad en las redes sociales. Su estilo no pulido y su capacidad de transmitir emoción han logrado que millones de personas conecten profundamente con su música.
Watkinson dedica tiempo a leer y responder a los comentarios de sus seguidores, muchos de los cuales comparten historias personales vinculadas a las canciones que él versiona. “Si las personas se toman la molestia de comentar, yo debo tomarme la molestia de contestar”, dice Frank, quien se toma en serio cada interacción.
Recientemente, en un video de agradecimiento, Watkinson celebró su logro de alcanzar el millón de suscriptores con su característico sentido del humor: “¡1 millón! Wow! ¿Quién hubiera pensado que un hombre mayor que ni siquiera sabe tocar la guitarra llegaría a esto? Le dije a mi esposa: ‘¡Mira, ya tengo un millón de suscriptores!’. Y ella salió, miró y dijo ‘¡Wow!’. Me puso una mano en el hombro y agregó: ‘Imagínate cuántos más tendrías si pudieras cantar’”, bromea. Además, agregó: “Muchos dicen que ahora obtendré una placa genial, pero eso depende de YouTube, no de mí. Así que ya veremos. Nunca hay que dar estas cosas por sentado”.
Con su humor sencillo y sin grandes aspiraciones de fama, Frank confiesa que su ambición es “ser la persona menos famosa de YouTube. Me gustaría llegar a tres o cuatro millones de suscriptores y aún poder caminar por la calle sin que nadie me reconozca, porque así es hasta ahora”.