Un profesor ofreció la posibilidad de estudiar durante seis horas un domingo por la mañana, el día menos esperado para una jornada académica. Pero de todos sus compañeros, fue el único que votó en contra. Este fue el caso de Jimmy Elektron, un creador de contenido que decidió emitir un voto negativo sobre una clase opcional.
La historia comenzó cuando el profesor de la academia en la que estudia Jimmy propuso una clase optativa de hasta seis horas. Lo particular de esta propuesta era el horario: un domingo por la mañana, una elección que suele generar resistencia entre los estudiantes. Para decidir si llevarla a cabo, el docente organizó una votación entre los 19 alumnos de la clase. Contra todo pronóstico, el joven creador de contenido fue el único que decidió votar en contra de la propuesta.
Jimmy relató su sorpresa y malestar al descubrir que era el único alumno que se negaba a romper con lo que él llamó el “Día del Señor”. Para él, la votación fue un recordatorio de lo aislado que puede sentirse alguien que decide ir en contra de la corriente. “Me ha sentado bastante mal quedarme solo de nuevo en una encuesta”, expresó en su video.
La decepción de Jimmy no solo se limitó a la clase optativa, sino que también se extendió a sus compañeros, a quienes criticó duramente por su decisión. En una mezcla de humor y reproche, dijo: “Os habéis convertido oficialmente en lo que un día jurasteis destruir”, sugiriendo que sus compañeros habían abandonado los principios que antes defendían.
En su video, llegó incluso a llamarlos “frikis” por haber roto con lo que él consideraba un día sagrado, mostrando su descontento con la decisión colectiva y el cambio de mentalidad que percibió en ellos.
A pesar de ser el único que votó en contra, Jimmy finalmente decidió asistir a la clase optativa. Lo curioso fue que, al llegar, su profesor estaba al tanto de la situación y no pudo evitar reírse. En lugar de una reprimenda o un comentario negativo, lo felicitó por su “personalidad de piedra”, una manera de destacar su firmeza y decisión de mantenerse fiel a sus creencias, a pesar de la presión del grupo.
El relato de Jimmy concluye con una reflexión humorística pero profunda: “No siempre sigáis a las masas, porque a veces las masas solo sirven para hacer pizza”.