En el mundo de la gastronomía, las reservas de mesas pueden ser un arma de doble filo para los restaurantes. Si bien garantizan la llegada de clientes, el problema surge cuando estos no se presentan o llegan menos comensales de lo acordado, provocando pérdidas para el establecimiento. Esto fue lo que ocurrió con lo que parecía ser una simple reserva en un restaurante español y terminó convertido en un debate en la red social X.
La polémica surgió después de que el usuario @soycamarero publicara una imagen de una reseña de Google que decía: “Nos hicieron pagar el menú de tres personas que no vinieron. Éramos diecisiete y al final fallaron tres y tuvimos que pagar esos menús porque ya lo tenían preparado. No lo había visto nunca”. El tuitero le preguntó a sus seguidores si estaban de acuerdo con esta lógica y la publicación acumula más de 117 mil visualizaciones y cientos de comentarios.
¿Está justificado cobrar los “no shows”?
La reacción del restaurante dividió opiniones. Muchos usuarios apoyaron la decisión del dueño, argumentando que si los platos ya estaban preparados, es razonable que los clientes tengan que pagarlos. “Si son menús preparados, sí. A la carta igual no, pero en menús cerrados, rotundamente sí”, comentaron. Otro usó de ejemplo la contratación de un servicio gastronómico en una fiesta: “si vos contratás un catering de boda para 200 personas a 50 euros el cubierto, y después van 150, vos pagás el precio cerrado, ¿no?”.
Algunos, sin embargo, plantearon alternativas más flexibles, como repartir la comida entre los comensales presentes o empaquetarla para llevar. “Si se cierra un menú para X personas y a última hora fallan, se debe pagar, claro, pero el cliente también debería poder exigir que lo dividan entre los presentes o les den un contenedor plástico con la comida”, señaló otro usuario. También marcaron la falta de consideración al no haber avisado previamente.
¿Una nueva tendencia en la gastronomía?
A medida que este debate crece, cada vez más restaurantes podrían optar por políticas similares para protegerse de las pérdidas que generan los “no shows”. Este término viene de la industria hotelera y se refiere a aquellos huéspedes que, habiendo realizado una reserva confirmada, no se presentan en el alojamiento sin haber avisado previamente ni haber cancelado. Este incidente abrió una discusión sobre las expectativas tanto de los clientes como de los locales, y podría marcar un precedente en cómo los establecimientos gastronómicos gestionan sus reservas.