En tiempos donde todo puede volverse viral, los robos más insólitos se convirtieron en protagonistas de las redes sociales. Este fin de semana en la ciudad de Córdoba se llevó a cabo un hurto muy inusual que no tardó en difundirse rápidamente en Instagram y X. En este caso fueron los carteles de un local en el barrio de San Vicente.
Durante el pasado sábado, en plena tarde, una pareja de cartoneros se llevó los carteles de madera de una pescadería ubicada en la avenida Sargento Cabral al 1400, una zona conocida por sus pequeños comercios locales que, lamentablemente, ya fueron en otras ocasiones blanco de la delincuencia. Pero en este caso llamó la atención el tipo de robo que se realizó.
El curioso modus operandi
El robo fue capturado por las cámaras de seguridad del local, que grabaron toda la secuencia del delito. Según relató Nahuel Murúa, dueño de la pescadería, la pareja fingió estar dibujando en los anuncios mientras los desataban. “Nosotros llegamos al negocio para abrir y notamos que faltaban los carteles. Revisé las cámaras y vi cómo esta pareja se acercaba, miraba si había alguien en el local, y después cortaban las cadenas para llevarse los carteles”, relató Murúa al medio local Cadena 3.
Los afiches, esenciales para exhibir las promociones del día, fueron desatados sin que nadie interviniera en el momento. Para Murúa, la pérdida del cartel tiene un impacto directo en su negocio. “Tengo que reponerlo porque es fundamental para las ventas. El cartel influye mucho, la gente ve los precios desde la calle. Ahora tengo que mandarlo a hacer de nuevo”, agregó.
A pesar de lo absurdo de la situación, Murúa espera que la viralización del video ayude a crear conciencia sobre la inseguridad que viven los pequeños comerciantes en Córdoba. Las grabaciones del incidente no tardaron en difundirse, especialmente a través de la cuenta de Instagram @vivirensanvicente, lo que generó una ola de indignación y comentarios como “A dónde estamos llegando, ¿no?”, “¡Qué malas personas!”.
Un problema que no es nuevo
Este robo no es un hecho aislado. Otros negocios del área, como una panadería y una huevería cercanas, también sufrieron robos, lo que generó disconformidad entre los comerciantes de la zona. Según los dichos del dueño de la pescadería, este tipo de hechos se suma a una serie de delitos pequeños que afectan el entorno comercial local.
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