Regresó a Argentina luego de vivir en Nueva Zelanda y el reencuentro con su familia emocionó en las redes

Un aspecto que tienen en cuenta quienes deciden abandonar su país es la lejanía de sus seres queridos. Esta separación con un contacto reducido solo a través de llamadas y redes sociales suele provocar nostalgia. El reencuentro, cuando finalmente sucede, es un momento cargado de emociones intensas, tanto para quien regresa, como para quienes esperan. Agustina Pallise, una influencer, que vive desde hace más de un año en Nueva Zelanda, volvió a Argentina y se reencontró con su familia, quienes no la esperaban, pero la recibieron con llanto y mucha emoción.

La joven plasmó toda la escena en un video en TikTok donde en el comienzo se puede ver como, al abrir la puerta, una joven se sorprende y corre su computadora para poder abrazarla. Agustina continúa con su recorrido por la casa, exaltada mientras salta y grita hasta que sus padres y hermanos finalmente la ven. Entre lágrimas y alegría, mientras en el clip se escucha la canción “Vuelvo a casa” de Casi Ángeles, la familia logró emocionar a la comunidad de redes sociales. El video ya tiene más de 150 mil reproducciones y 25 mil likes; también cuenta con más de 150 comentarios.

La experiencia de Agustina Pallise como inmigrante en Nueva Zelanda es un tema recurrente en sus redes, donde comparte detalles de su vida cotidiana en este país tan diferente a su Argentina natal. A través de videos y publicaciones, la joven muestra a sus seguidores cómo es adaptarse a una nueva cultura, destacando aspectos que para muchos pueden parecer sorprendentes, como el alto nivel de seguridad en Nueva Zelanda.

Además, también muestra los impresionantes paisajes naturales que forman parte de su día a día. Desde montañas y lagos cristalinos hasta playas de ensueño, Nueva Zelanda se presenta como un oasis de belleza natural incomparable. Estas imágenes muestran un aspecto clave de su vida como inmigrante: el proceso de descubrir y adaptarse a un lugar completamente nuevo.

Antes de mudarse a Nueva Zelanda, Agustina tenía un emprendimiento de pastelería en Argentina, donde se dedicaba a crear tortas y otras delicias. Este proyecto, que compartía en sus redes sociales a través de tutoriales y fotos de sus creaciones, reflejaba una de sus grandes pasiones: la cocina. Sin embargo, al tomar la decisión de emigrar, tuvo que poner en pausa su negocio, lo que representó un cambio importante en su vida tanto a nivel profesional como personal.