Fobias: cuáles son las más comunes y las claves para lidiar saludablemente con ellas

Los trastornos de ansiedad son muy comunes, y es un tema del que mucho se habla y poco se conoce. Pero no hay que paralizarse, sino aprender a pedir ayuda. Liberarte de tus temores y vivir con alegría depende de vos

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Las fobias pueden presentarse en muchísimas formas
Las fobias pueden presentarse en muchísimas formas

La fobia es un trastorno de salud emocional frecuente. Consiste en un miedo intenso y desproporcionado causado por objetos o situaciones de lo más variados: desde insectos y lugares cerrados hasta viajar en avión o dar discursos en público. También puede ser un sentimiento fuerte de odio o rechazo hacia algo que nos genera problemas emocionales y sociales. Puede presentarse en muchísimas formas. Conocé las más comunes, para empezar a lidiar saludablemente con la crisis de ansiedad:

Agorafobias: sufrir por encontrarse en lugares o situaciones de donde es difícil escapar. Los temores suelen relacionarse con estar solo fuera de casa, mezclarse con gente que no conocemos, entrar en un ascensor, hacer una fila, pasar por un puente o viajar en transporte público. Muchas veces el fóbico evita la situación temida, pero igualmente padece un intenso malestar por temor a que lo que le asusta suceda, le surja esa crisis de ansiedad y se haga indispensable que alguien lo socorra. Quedarse encerrados en casa nunca es la solución.

Fobias específicas: se trata de un temor persistente, excesivo o irracional, desencadenado por la presencia de un objeto o de una situación específicos, como volar, estar con animales, darse inyecciones o ver sangre. Cuando nos exponemos a ese estímulo fóbico, sufrimos una respuesta inmediata de ansiedad. En los niños, puede traducirse en llanto, berrinches o en la necesidad de ser abrazados por sus papás. Los adultos somos conscientes de que este miedo es excesivo o irracional, y sufrimos por no poder combatirlo. Los síntomas se vuelven tan notorios que llegan a interferir en nuestra rutina normal hasta el punto de paralizarnos.

En los niños, las fobias específicas puede traducirse en llantos, berrinches o en la necesidad de ser abrazados por sus papás (iStock)
En los niños, las fobias específicas puede traducirse en llantos, berrinches o en la necesidad de ser abrazados por sus papás (iStock)

Fobia social: es la más común en estos tiempos y se relaciona con el miedo recurrente a transitar situaciones sociales o actuaciones en público. Si nos vemos expuestos a personas que no conocemos, o sentimos que estamos siendo evaluados por extraños, tememos actuar de un modo que nos haga ver humillados. Los más chicos suelen demostrar inhibición o retraimiento en situaciones sociales donde haya gente que ven por primera vez. Los adultos tienden a evitar estas situaciones; si no, las experimentan con ansiedad y malestar, que hasta pueden expresarse físicamente.

Ataque de pánico: Es la manifestación concreta y sintomática de las fobias que sufrimos, durante un período de tiempo determinado. Sucede cuando se desencadena una potente reacción de miedo, seguida de palpitaciones, sudoración intensa, temblores, náuseas y descontrol, que se inician bruscamente y alcanzan su máxima expresión en los primeros 10 minutos. Es una situación de la que el fóbico cree que no va a poder salir, y eso aumenta aún más su desesperación.

“Valorar nuestros avances, ponernos metas posibles y saber que, si bien muchas fobias no se curan, podemos corregir lo que nos angustia, con ayuda y con ganas”.

Como los ataques afectan nuestra vida cotidiana, generándonos problemas en nuestras relaciones afectivas y en el entorno laboral, muchas personas realizan consultas en busca de un posible tratamiento de las fobias, ya sea para erradicarlas o para aprender a vivir con ellas. Es importante saber que estos ataques no suelen desaparecer por sí solos, por eso es muy importante que pidas ayuda.

Las claves para enfrentar los miedos

“Es importante plantear qué factores desencadenan el problema y qué soluciones nos hemos propuesto y no han funcionado”
“Es importante plantear qué factores desencadenan el problema y qué soluciones nos hemos propuesto y no han funcionado”

El psicólogo Eduardo Nicenboim asegura que el primer paso para salir de estas situaciones es asumir la necesidad de ayuda. Luego, es central consultar a un profesional que haga el diagnóstico correspondiente. "Es importante plantear qué factores desencadenan el problema y qué soluciones nos hemos propuesto y no han funcionado. Es bueno tener una relación fluida con el especialista para elaborar un tratamiento con objetivos concretos", subrayó el profesional.

Las fobias específicas suelen tratarse mediante psicoterapia, que le enseña al paciente cuáles son las causas de su padecimiento y le aporta técnicas para comenzar a dominarlas. Pueden ser útiles, también, los mecanismos para controlar la respiración y la tensión muscular, o bien, el tratamiento conocido como desensibilización sistemática. En esta metodología, en lugar de estímulos, se recurre a la imaginación del paciente, que va proyectando en su mente ese objeto tan temido. La sesión se detiene si la persona no puede controlar su ansiedad. De a poco, logra resistir períodos más largos y, así, va perdiendo el miedo.

Para superar las fobias, hay que estar decididos, no desilusionarnos si los cambios tardan en aparecer, valorar todos nuestros avances y ponernos metas claras y posibles
Para superar las fobias, hay que estar decididos, no desilusionarnos si los cambios tardan en aparecer, valorar todos nuestros avances y ponernos metas claras y posibles

Otros terapeutas usan métodos de choque, que son terapias donde se produce una exposición forzada al estímulo, hasta que el paciente logra controlar su ansiedad. En este caso, la terapia puede resultar más violenta, pero los resultados se pueden observar en plazos más cortos.

Para superar las fobias, hay que estar decididos, no desilusionarnos si los cambios tardan en aparecer, valorar todos nuestros avances, ponernos metas claras y posibles, y saber que, si bien muchas de estas complicaciones no se curan, siempre podemos corregir lo que nos angustia, con ayuda y, sobre todo, con ganas de vivir mejor.

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