Llevar adelante la vida en base a nuestros deseos no es tarea fácil, y menos aún con la presión y las expectativas depositadas de nuestros padres, colegas, amigos y pareja. Animarse a ser la persona que siempre quisimos ser conlleva un trayecto de descubrimientos, de repreguntas y principalmente de una apuesta personal a encontrar qué nos hace felices.
Muchas veces sentimos que no estamos aprovechando al máximo nuestras capacidades. Otras veces, percibimos que aún alcanzando el éxito en nuestras actividades y trabajo, no encontramos una satisfacción que nos conforte. ¿Qué podemos hacer entonces para descubrir lo que realmente nos apasiona y que eso vaya de la mano al éxito?
Según Silvia Justo, fundadora y directora del Centro de Salud Mental de Devoto (CE.SA.MEN.DE.), para saber qué es lo que verdaderamente nos apasiona es necesario ubicar nuestro deseo: "El deseo nace de aquellas cosas que nos faltan y eso que nos falta nos permite ir en esa búsqueda". Sin embargo, para poder vislumbrar este deseo es necesario que no nos pese tanto el punto de vista de los demás sobre lo que deberíamos ser o hacer: "Sería interesante cuestionar a los demás y ubicar en ellos los puntos de contradicción, de inconsistencia entre lo que dicen y lo que hacen. Esa es la forma para que no nos pese su punto de vista", agregó.
Dejarnos guiar por nuestras propias metas es indispensable para no someternos más al conformismo y a la inseguridad. Si bien es en la adolescencia cuando comenzamos a preguntarnos "qué queremos ser", es común que la vida nos vaya llevando por caminos que no eran los deseados.
Como afirma la psicóloga Gabriela Fernández, del Centro de Estudio del Estrés y la Ansiedad Hémera, este intento rápidamente se hace agua ya que es imposible sostener una postura de manera perdurable en el tiempo si no es auténtica. "La personalidad se desarrolla empezando por una buena autobservación. Saber acerca de nuestras áreas de fortaleza y de debilidades para pararnos sobre las primeras y trabajar para mejorar las segundas, es indispensable", sostiene.
Para la especialista, tener un buen conocimiento de uno mismo (lo que nos gusta, lo que no, con qué estamos dispuestos a negociar, hasta dónde llegaremos para lograr nuestras metas) ayuda a proveernos de "consistencia interna", algo que nos aporta una sensación de confianza en nosotros mismos. El desafío es en todo caso, lograr la mejor versión de uno mismo.
Aprender a querernos
"La autoestima es la visión honesta, precisa y de aprecio que tenemos sobre nosotros mismos", explica Fernández y advierte que más allá de eventuales fluctuaciones, debe ser consistente de tal manera que pueda cohabitar con miradas diferentes pero seguir siendo auténtica y posibilitadora. La opinión de los otros es totalmente respetable, pero no debe opacar ni solapar la propia.
“Dejarnos guiar por nuestras propias metas es indispensable para no someternos más al conformismo y a la inseguridad”.
Nadie nos conoce como nosotros mismos: desde los anhelos y sueños hasta los temores, miedos y limitaciones. Para poder desarrollar nuestra personalidad de manera honesta debemos recorrer nuestras emociones y sentimientos, y así acercarlos a nuestras acciones cotidianas sin copiar modelos externos. Pero si este camino parece dificultoso, hoy en día la terapia cognitiva tiene herramientas muy eficaces para poder aprender de nosotros mismos lo que necesitamos.
Cómo empezar
Primer paso: La tarea consiste en saber qué es lo que nos apasiona. Para esto es fundamental conectarnos con nuestros sentimientos ya que son ellos los que nos van a dar la respuesta: hacer algo y que no pese el cansancio, entusiasmarse tan solo ante la idea de hacerlo, descubrirse pensando en ese tema.
Segundo paso: Realizar un análisis realista de la aplicabilidad de ese quehacer en nuestras vidas y en la sociedad a la que pertenecemos.
Tercer paso: Sopesar la implicancia de nuestras decisiones, evaluar honestamente si estamos dispuestos a aceptar el costo de hacer determinada elección, y cuánto y en qué áreas vamos a poder percibir los beneficios. Este proceso implica, de nuevo, el autoanálisis y una alta estima para sentirnos sostenidos y afirmados en nuestras posturas ante la vida.
Encontrarnos a nosotros mismos no es un camino fácil pero sí el único hacia la felicidad. Si tenemos dudas acerca de estar actuando a partir de nuestros propios deseos o estar viviendo en pos de ser lo que otros quieren de nosotros, es tiempo de poner un stop y reflexionar. El autoconocimiento y el enriquecimiento personal son indispensables para pasar del "querer" al "ser" y accionar, de una vez por todas, siendo fieles a nosotros mismos.
10 claves que no fallan
-Preguntarse sobre qué te hace feliz.
-Dejar de prestarle tanta atención a las opiniones ajenas sobre qué hacer o dejar de hacer. Encontrar tu voz interna y escucharla.
-Fomentar las áreas más importantes de tu personalidad.
-No todo en lo que te va bien te hace bien. Aprender a entender esa diferencia.
-No te compares permanentemente con tus pares.
-Hacerle caso a tu intuición, tus ganas y tu creatividad.
–Arriésgate al cambio: sólo aquellas personas que tienen como meta sus propios deseos son las realmente exitosas.
-No te paralices ante la primera piedra que aparezca en tu camino. Atravesá los obstáculos con cautela y perseverancia.
-Pensá que nunca es tarde para empezar.
-Date la oportunidad de fantasear cómo y dónde te gustaría encontrarte en 10 años y proyectá tus acciones en base a ese deseo.
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