Altamente criticados durante varios años por ser los culpables de quitarnos los puestos de trabajo, hoy los robots autónomos son una pieza clave aliada en la guerra que el hombre le declaró al nuevo coronavirus SARS-CoV-2 que produce la enfermedad COVID-19, catalogada como nueva pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace ya más de dos meses.
Los robots en sus más diversas aplicaciones y funciones juegan un rol importante al lado del hombre. Son quienes ayudan a minimizar el contacto de los pacientes que transitan la enfermedad frente al personal médico que los debe atender; nos ayudan a marcar y señalar cuánta distancia debemos respertar en la calle o en lugares cerrados como aeropuertos o supermercados, toman la temperatura de los transeúntes y logran desinfectar habitaciones en forma total en solo pocos minutos, entre otras muchas funciones.
“Los robots siempre han servido mejor para trabajos sucios y peligrosos, y la pandemia de COVID-19 les está ofreciendo nuevas oportunidades”, afirmó Jeff Burnstein, presidente del grupo empresarial Association for Advancing Automation de EEUU, quien apuesta que un momento en que el contacto humano está considerado como un riesgo de salud, los robots pueden ser más útiles que nunca.
Estos aparatos ya venían ayudando a las personas en diversos sectores, más allá del automotriz, por ejemplo. Muchos años antes de la pandemia, se empleaban robots para ayudar en la búsqueda de personas durante los terremotos, al igual que los drones autónomos que localizaban las que quedaban atrapadas en distintos desastres naturales como inundaciones o incendios, ayudados por la implementación de imágenes satelitales para ampliar su rango de rastreo, aumentando exponencialmente las posibilidades de cualquier esfuerzo de rescate. También los robots colaboran con las fuerzas armadas y de policía como desarmadores de bombas o minas explosivas.
En una mirada local y estadounidense Burnstein se quejó porque los robots todavía no están siendo aprovechados en su máxima capacidad. "Aunque este panorama luce como un momento oportuno para el despegue, las entregas automatizadas no están repuntando. Actualmente hay muchos usos para la robótica, pero no he visto un aumento tremendo en esa aplicación en particular”, aseguró Burnstein. Esto es debido a que las entregas por robots están solo disponibles en algunas áreas pequeñas donde las calles y avenidas no tienen muchos baches y desniveles.
Y si nos referimos a otros medios de transporte, el uso del drone para la entrega de mercaderías también es limitado, según la aprobación de cada jurisdicción respecto al uso del espacio aéreo. Pero en varias ciudades los drones sirven para observar las violaciones de las restricciones de quedarse en casa y también están proporcionando imágenes térmicas para ayudar a identificar a los ciudadanos infectados y hacer cumplir el distanciamiento social.
Robots que enfrentan al COVID-19
Si hay un lugar central de esta pandemia por COVID-19 es Wuhan en China, ciudad donde comenzó a gestarse este virus, según informes preeliminares que apuntan al mercado de animales local. Y es que en el Hospital Central de Wuhan, numerosos robots autónomos conviven a diario con enfermos de coronavirus, suministrándoles sus medicamentos paliativos, mientras los científicos buscan un tratamiento y/o vacuna eficaz. También se ocupan de desinfectar grandes ambientes o quirófanos y ayudan al personal médico y del cuerpo de enfermería a tomar la temperatura de cada paciente internado.
Tommy es uno de seis nuevos robots que ayudan a médicos y enfermeras humanos a atender a pacientes contagiados en el Hospital Circolo en Varese, ciudad en la región de Lombardía que es el epicentro del brote en Italia. “Es como tener otra enfermera, sin problemas relacionados con la infección”, dijo el doctor Francesco Dentali, director de cuidados intensivos del hospital.
Los robots, del tamaño de un niño y con grandes ojos parpadeantes, permanecen junto a la cama del paciente para que los médicos puedan cuidar a otros que se encuentran en condiciones más graves. Allí, monitorean el equipamiento médico en la habitación y lo transmiten al personal del hospital. Los robots tienen caras con pantalla táctil que permiten a los pacientes grabar mensajes y enviarlos a los médicos.
Esta medida reduce el contacto entre humanos y minimiza así el riesgo de aumentar el número de personas infectadas. Los expertos alertan que hay que tener en cuenta que el virus puede transmitirse si una persona infectada toca una superficie que luego será tocada por otra persona. Esto significa que estos robots también puedan transportar el virus en su superficie y llevarlos a otras salas donde aguardan otros pacientes y personal sanitario.
Frente a este riesgo, los hospitales chinos hallaron la manera de mitigar este potencial riesgo en el que un robot salvador se convierte en un posible portador del virus. Concretamente, utilizan máquinas que son capaces de desinfectarse a sí mismos antes de tratar a los pacientes.
Fuera del ámbito sanitario, las soluciones tecnológicas van más allá, ya que muchos civiles, especialmente gente anciana que no se puede movilizar o bien que no lo hace por formar parte del grupo de mayor riesgo, están en cuarentena en sus hogares. Como respuesta, el gobierno chino ha proporcionado robots logísticos automatizados para entregar suministros médicos y alimentos a los hogares en Wuhan.
Robots desinfectantes
La pandemia puso en evidencia la importancia de la limpieza de superficies comunes. Y lo robots juegan un rol clave en esto, ya que muchos de ellos fueron creados para desinfectar grandes espacios comunes en tan solo pocos minutos.
Son aparatos desinfectantes que combaten al COVID-19 por ejemplo en un hospital de Holanda o también rociando el metro de Hong Kong o Francia. Por ejemplo, en Italia, un robot con una cámara y una pantalla táctil se coloca junto a la cama de un paciente con COVID-19 para tomarle la temperatura y brindarle sus medicamentos, mientras los enfermeros se mantienen a distancia o directamente en otra habitación. Hay otros que se especializan en el transporte y entrega de muestras infecciosas a distintos laboratorios para su análisis.
"Si usted está en un hospital, una oficina o un almacén, probablemente le gustará tener un robot que desinfecte para que la gente no tenga que hacerlo. El robot lo deja todo limpio para cuando los empleados entran a trabajar”, señaló Burnstein.
En la actualidad, los robots médicos representan un mercado de robots de servicio estable con un considerable potencial de crecimiento. Antes de la pandemia, las ventas de robots médicos habían aumentado en un 50% hasta las 5100 unidades en 2018, según las estadísticas publicadas en World Robotics por Federación Internacional de Robótica (IFR).
El robot de desinfección UVD, por ejemplo, ha tenido una gran demanda desde el brote de la actual pandemia. Y los hospitales chinos han adquirido más de 2.000 robots UVD del fabricante danés Blue Ocean Robotics. Estos robots que comenzaron a operar en China, ahora trabajan en más de 40 países utilizando luz ultravioleta para matar microorganismos dañinos.
El aparato de origen danés que se mueve de forma autónoma por las habitaciones de los pacientes y los quirófanos, ha recibido el premio a la innovación IERA de IEEE y de la IFR. El aparato cubre todas las superficies críticas con la cantidad correcta de luz UV-C para matar virus y bacterias específicos. Mientras más luz exponga el robot a una superficie, más microorganismos dañinos se destruyen. En una habitación típica de pacientes, el 99,99% de todos los virus y bacterias se eliminan en 10 minutos.
"La demanda inmediata ha aumentado mucho con el brote de Covid-19. Los clientes habituales compran muchas más unidades que antes, y muchos clientes nuevos están adquiriendo robots UVD para que luchen contra el coronavirus y otros microorganismos dañinos. Ahora estamos ayudando a resolver uno de los mayores problemas de nuestro tiempo, evitando la propagación de virus y bacterias con un robot que salva vidas", explicó Claus Risager, CEO de Blue Ocean Robotics.
“Los robots tienen un gran potencial para apoyarnos en la grave pandemia de corona actual”, declara la doctora Susanne Bieller, Secretaria General de la IFR. “Pueden apoyarnos en entornos de atención médica, pero también en el desarrollo, prueba y producción de medicamentos, vacunas y otros dispositivos médicos y auxiliares. Tareas de desinfección realizadas, como por ejemplo las realizadas por los robots UVD; o la distribución segura de material hospitalario en zonas de cuarentena, sin contacto personal, como el caso del robot móvil Phollower de Photoneo, son solo dos de muchos ejemplos", agregó.
Actualmente, los laboratorios de investigación de todo el mundo están creando nuevos robots, incluido uno diseñado para permitir a los trabajadores de la salud tomar muestras de sangre de forma remota y realizar hisopos bucales.
Vigilar las calles con distanciamiento
Existe un robot en Singapur, desarrollado por la compañía estadounidense Boston Dynamics, que es un fiel cumplidor del distanciamiento social. De cuatro patas y parecido a un perro guardián busca prevenir las chances de contagio guardando por lo menos dos metros entre cada persona en los parques, como el de Bishan-Ang Mo Kio, y calles de la capital.
Estos robots forman parte de un programa de prueba que lleva adelante la Junta de Parques Nacionales y el Grupo de Gobierno Digital y Nación Inteligente de Singapur. El objetivo es automatizar, en parte, los controles y evitar comprometer a los humanos que vienen realizado esta tarea.
En Argentina existen algunos ejemplos de robots automáticos que ayudan a luchar contra el COVID-19, como la Unidad Germicida EXO Andes UV-72 que se basa en la irradiación de UVGI (luz ultravioleta germicida).
Este sistema móvil y autónomo de fabricación nacional, por sus características de frecuencia y energía, es óptimo para inactivar bacterias, hongos y virus ya que desinfecta una habitación de 10 metros cuadrados en menos de 15 minutos hasta el 99% en el área irradiada. Además cuenta con autonomía propia, lo que permitirá seguir funcionando ante un corte de luz y posee detección de movimiento. En caso de que entre una persona a la habitación dejará de funcionar.
“Este tipo de desinfección resulta ser muy efectiva para un virus como el del COVID-19, ya que desinfecta grandes superficies de manera rápida, con un bajo costo de energía y alta eficiencia. Las bombillas, hechas de un vidrio especial, emiten energía de onda corta ultravioleta (UV-C) que penetra desactivando el ADN de virus, bacterias y hongos haciendo que sus células mueran o sean incapaces de reproducirse”, explicó a Infobae Maximiliano Miodowski, gerente de ingeniería de EXO.
Y puntualizó que la medida en que los sistemas de UVGI matan o desactivan las células depende de la intensidad de la luz UV, la distancia y duración de la irradiación, la humedad, el tipo de organismo, y otros factores, pero normalmente se produce un 99% de efectividad contra los microbios existentes. Además, países como China, Corea del Sur, Israel y algunos países de Europa que están abordando la problemática actual del coronavirus con buenos resultados implementan métodos de desinfección experimental por luz UVGI.
La desinfección UV de superficies es muy versátil para una correcta higienización en la mayoría de estancias y objetos, los espacios con una higiene insuficiente pueden contribuir potencialmente a transmisiones cruzadas de gérmenes cuando personas entran en contacto con éstas. “Esta solución es apta para cualquier tipo de ambientes y son muy funcionales para desinfectar hospitales, clínicas, laboratorios, consultorios médicos, salas de internación, residencias de ancianos y lugares con atención al público”, destacó Miodowski.
También se encuentra el robot UVR-bot, que escanea los ambientes con la más moderna tecnología de procesamiento de imágenes y mediante avanzados algoritmos de inteligencia artificial calcula el tiempo y la posición adecuada para una desinfección total, lo que permite aplicar la cantidad necesaria de luz ultravioleta de manera económica y efectiva.
En instituciones de salud pública, el riesgo de contraer una infección intrahospitalaria es de entre un 5% y un 10% para países desarrollados, según un informe de la OMS de este año y de entre 5% y 15% para aquellos en vía de desarrollo. Es por esto que muchos lo ven como imprescindible el contar con un sistema eficiente de desinfección.
En base a las estadísticas, los métodos de desinfección manual han demostrado ser ineficaces e insuficientes y se estima que sólo el 60% de las superficies contaminadas es tratada con éxito. La implementación de un sistema automatizado resultaría más efectivo para prevenir la transmisión de enfermedades.
Los robots que muchos países actualmente están desarrollando de cara al nuevo coronavirus podrían marcar una diferencia en futuros desastres si continúa el impulso para la investigación de la robótica. Si los gobiernos y la industria finalmente han aprendido las lecciones de desastres anteriores y actuales, más robots estarán listos para trabajar junto al hombre en la primera línea del frente ante futuros desastres, accidentes o pandemias.
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