Terminar con el hambre en el mundo es uno de los retos más grandes que hoy enfrenta la humanidad. Y eliminar el enorme desperdicio de comida que se hace cada día en todos los países es un paso clave para lograr este objetivo.
En los países más ricos se producen 900 kilos per cápita de alimentos cada año, casi el doble de los 460 kilos que se producen en las regiones más pobres del mundo. Unas 810 millones de personas, es decir, uno de cada nueve habitantes del planeta pasa hambre.
Y un tercio de los alimentos producidos en el mundo para consumo humano, es decir más de 1300 millones de toneladas de comida se pierden o se desperdician cada año. Esto implica pérdidas por 680 mil millones de dólares en los países industrializados y 310 mil millones de dólares en los países en desarrollo.
En la Argentina eso significa un desperdicio de alimentos de 16 millones de toneladas al año. Con esa cantidad se podría llenar 100 estadios de fútbol por semana con comida en perfectas condiciones que al final termina siendo desechada, es decir, un kilogramo por persona por día.
No es comida que se venció o que está podrida. Es comida apta para consumo. Además, al hacerlo se arrojan 3,3 gigatones de gases contaminantes a la atmósfera. Una combinación explosiva: hambre + contaminación ambiental.
Después de la grave crisis política y económica que atravesó Argentina a fines de 2001, durante el año siguiente surgió la idea de crear un gran banco de alimentos. En 2003 nació así la Red Argentina de Bancos de Alimentos (REDBdA), que acaba de cumplir 15 años de una exitosa y cada vez más grande tarea: recolectar y distribuir alimentos aptos para el consumo humano antes de que sean desechados, a fin de almacenarlos, clasificarlos y distribuirlos, de manera trazable y segura, entre entidades de ayuda comunitaria.
De esta manera, le dan un valor social a aquellos alimentos que perdieron su valor comercial, evitando su desperdicio y haciendo que lleguen a las personas que más lo necesitan. Los Bancos de Alimentos, como organizaciones sin fines de lucro, son un modelo exitoso de recupero y rescate de alimentos, que trabajan para hacer frente a las 16 millones de toneladas de alimentos que anualmente se desperdician en nuestro país.
Actualmente, la Asociación Civil está integrada por 15 Bancos de Alimentos, 3 Bancos en formación, 2 Organizaciones adherentes y 2 Iniciativas de Banco. Fue creada en 2003 para potenciar el trabajo conjunto de los BdA y fortalecer las herramientas que cada uno posee, desarrollando alianzas estratégicas que favorezcan la reducción del hambre y promuevan la educación nutricional, contribuyendo a la promoción de la dignidad de cada ser humano.
La semana última, Infobae asistió a un encuentro que organizó la REDBdA organizó en el auditorio de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) llamado "15 Años en Red: + Innovación + Alimentos" para dialogar sobre el rol de la innovación al afrontar los desafíos actuales y futuros de los Bancos de Alimentos como herramientas efectivas, que contribuyen a garantizar la seguridad alimentaria.
Los Bancos de Alimentos en nuestro país han rescatado más de 86 millones de kilos de alimentos beneficiando a cientos de miles de personas que lo necesitan y evitando la contaminación ambiental.
El encuentro – que contó con el apoyo de varias empresas alimenticias, reunió a autoridades de gobierno y destacadas personalidades para dialogar sobre el abordaje a los problemas del hambre, la malnutrición y el desperdicio de alimentos en nuestro país y el mundo.
Gustavo Fernández Casares, presidente saliente de la REDBdA celebró los logros alcanzados por el trabajo conjunto de los Bancos de Alimentos en nuestro país y destacó que los principios fundacionales siguen vigentes. "No se ha perdido el rumbo de recuperar alimentos para entregarlos a los que más los necesitan", remarcó.
"El modelo de los BdA continúa siendo altamente eficaz y eficiente para enfrentar algunas de las lecciones aprendidas en estos años: el hambre no tiene vacaciones y las pérdidas y desperdicios de alimentos lejos están de disminuir y siguen existiendo personas en riesgo alimentario y con necesidades nutricionales insatisfechas", puntualizó Casares.
Los presidentes de CAME y de la REDBdA, firmaron un convenio de cooperación y asistencia que tiene por objetivo potenciar la solidaridad de las pequeñas y medianas empresas con los Bancos de Alimentos. Luego, a través de distintos paneles, expertos locales e internacionales expusieron sobre el trabajo que se viene haciendo para abordar los problemas del hambre, la malnutrición y el desperdicio de alimentos en nuestro país y el mundo.
Casares destacó el trabajo de la REDBdA para avanzar en un marco normativo que incentive las donaciones de alimentos y la importancia de que se apruebe cuanto antes el proyecto de Ley para reincorporar el Art. 9 a la Ley 25.989, a fin de dar resguardo legal a los donantes de alimentos.
A continuación, Christopher Rebstock, Director de servicios de campo, de la Global Foodbanking Network expuso sobre cómo la organización internacional articula acciones en más de 30 países – incluido Argentina, considerado un caso de éxito – para la creación, el sostenimiento, y el fortalecimiento de bancos de alimentos.
La tecnología aliada en la misión contra el hambre
Ignacio Peña, fundador de Surfing Tsunamis que promueve startups de alto impacto transformador, invitó a la organización quinceañera, a preguntarse "qué quieren ser cuando sean grandes", compartiendo con la audiencia algunos conceptos inspiradores para que el trabajo futuro no sólo permita erradicar el hambre, sino también mejorar la nutrición.
Como ejemplo de un caso de innovación en el marco de los Bancos de Alimentos, Peña presentó el proyecto piloto que se está llevando a cabo en el Banco de Alimentos de Rosario a partir de la alianza con Nilus, organización que provee soluciones tecnológicas para potenciar el rescate de alimentos.
"Nilus creó una plataforma de crowdsourcing – así se conoce a la colaboración masiva en Internet para resolver un problema – que funciona a través de geolocalización. En ella, las empresas o supermercados avisan que están por desechar alimentos y Nilus le ofrece estos alimentos a los comedores de su red", explicó a Infobae Karina Campos, coordinadora de operaciones de Nilus.
Según indican sus creadores, se llama Nilus en referencia al Río Nilo, en cuya cuenca nació el primer modelo de agricultura colaborativa de gran escala. Y están de festejo, ya que la aplicación ganó el Google Impact Challenge en Argentina.
"Luego, al igual que como funciona en Uber, se indica donde hay conductores disponibles y habilitados que estén dispuestos a llevar esa comida al nuevo destino. De esta forma el comedor recibe los alimentos y, la comida que iba a ser desechada y generar contaminación, se utiliza para quienes más lo necesitan", agregó la experta.
Como cierre del encuentro, Matías Galíndez, el presidente entrante de la REDBdA, convocó a los diferentes actores de la sociedad a impulsar juntos soluciones de alto impacto que contribuyan a brindar la oportunidad de una alimentación saludable a poblaciones vulnerables en Argentina y en el mundo entero.
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