Punta del Este, Uruguay (enviada especial).– Para el doctor Ilya Reznik pasar de la psiquiatría biológica convencional al cannabis medicinal fue un camino largo y complicado que comenzó a partir de su designación como jefe de la unidad que atiende a pacientes con Desorden de Stress Post-traumático (PTSD) en Israel.
"Tuve que aprender a escuchar a mis pacientes", sostiene. "Ellos me contaban que usaban el cannabis como auto tratamiento y yo tuve que ser lo suficientemente paciente y cuidadoso como para entenderlo".
Así fue como empezó a investigar una sustancia, que no estaba en sus libros de la facultad, pero que en la clínica era concluyente: lograba reducir los síntomas de sus pacientes y les permitía gozar de una mejor calidad de vida.
"Tuve que aprender a escuchar sin prejuicios y a entender que mis pacientes no eran adictos, ni abusadores de sustancias ilícitas, ni narcotraficantes. Eran solo personas que necesitaban ayudan y que habían encontrado su medicina. Ellos me llevaron desde la psiquiatría convencional al cannabis medicinal", describió.
Desde entonces, Reznik ha publicado muchos documentos originales (incluyendo ensayos controlados), revisiones y reportes de casos en las principales revistas en el campo de la Psiquiatría Clínica y la Neuropsicofarmacología. Su interés principal sigue puesto en el campo del uso médico de los cannabinoides en varias enfermedades neuropsiquiátricas, tales como el Síndrome del Dolor Crónico, Fibromialgia, Desorden de Stress Post-traumático (PTSD), OCD, ADHD, Síndrome de Tourette, Parkinson y enfermedades de Alzheimer, entre otras dolencias.
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En su paso por Uruguay como disertante invitado del Cannabis Conference que se realizó en Punta del Este, Reznik habló con Infobae.
¿Qué puede hacer el cannabis por nuestra salud?
Puede hacer cosas muy buenas cosas y muy malas, depende de cómo lo uses. Hay pacientes a quienes se les puede suministrar, pero hay otros a los que no. Como en todo. Pero sí hay que comenzar a ser menos suspicaces con el cannabis porque es una de las sustancias más seguras del mundo. Nunca ocurrió ninguna fatalidad por su uso, aunque sí corresponde tener algunas precauciones. Hay que saber qué podemos esperar del cannabis y qué no, porque difiere de paciente en paciente. Y quiero aclarar que estoy hablando solo del uso medicinal del cannabis, no del recreativo, ni del social, ni del industrial. Yo solo hablo de cannabis medicinal; y el uso del cannabis en medicina es algo muy importante.
¿Podría darnos algunos ejemplos de su aplicación en medicina?
Tenemos muchas experiencias vinculadas al uso medicinal del cannabis. Hemos estudiado su aplicación en 35 tipos de dolencias distintas y analizamos los resultados de su tratamiento. Son proyectos realizados con aprobación gubernamental. Sabemos que es aplicable a una gran variedad de enfermedades, como el cáncer, la esclerosis múltiple, HIV, etc. Sin embargo, los llamados "usos aprobados oficialmente" son muy limitados y restringidos. Nosotros pertenecemos a la Asociación Internacional por el Cannabis como Medicamento y tenemos un fórum en Israel sobre la aplicación del cannabis en medicina cuya coordinación está a mi cargo. Soy asesor senior del gobierno y, como especialistas, les reclamamos a los entes reguladores que extiendan la lista de aplicaciones aprobadas que, desafortunadamente, se amplia muy lentamente. En los últimos dos años solo se abrió a dos indicaciones más, una de ellas es en pacientes con Parkinson (sólo en casos muy severos) y niños con epilepsia. Pero esto claramente no es suficiente y nosotros estamos pidiendo incluir su uso en el tratamiento de otras dolencias.
¿Es complicado encontrar fondos para desarrollar proyectos y productos medicinales en base a cannabis?
Es una industria promisoria pero que aún está en una etapa muy incipiente. No creo que sea muy rentable en este momento. Debería serlo el día en que el cannabis sea incluido como una sustancia provista por los seguros médicos oficiales. Sería importante poder encontrar financiamiento para los tratamientos médicos con cannabis, hoy solo se cubren casos muy específicos. Por ejemplo, el ministerio de Defensa de Israel tiene una unidad de rehabilitación que es la que paga todos los gastos para la atención de nuestros veteranos. Ellos financian el pago de tratamientos con cannabis, también su uso con vaporizadores, el envío, etc., etc. pero se trata solo de un grupo muy selecto de pacientes que recibe un producto de alta calidad, con regularidad y control, cubiertos totalmente por el Estado.
Otros organismos ofrecen estos tratamientos, a veces pagados por otros sectores, pero son casos excepcionales. Hasta que no esté incluido en la canasta de medicamentos no creo que pueda haber un gran crecimiento del uso del cannabis medicinal, que pueda impactar en el tamaño de la industria.
¿Cuáles son las ventajas de usar el cannabis medicinal frente a otro tipo de tratamientos?
El cannabis tiene ventajas y desventajas. Debe ser calculado. En Israel tenemos un estudio muy grande realizado por la mayor proveedora de salud, Maccabi Health Care, que calculó el impacto del uso de tratamientos a base de cannabis en el costo total del tratamiento de determinadas enfermedades. Hoy los pacientes que usan tratamientos con cannabis pagan alrededor de 100 dólares por mes de su bolsillo y esto debería ser reembolsado por las obras sociales y las prepagas.
Porque ellos notaron que usar tratamientos con cannabis deriva en una importante reducción del consumo de sedantes, relajantes musculares, analgésicos, medicamentos para la hipertensión, servicios de fisioterapia, etc. Entonces debería poder calcularse este costo y ser reconocido por las obras sociales y prepagas. Pero hay muchos sectores que parecen no estar interesados en que se de a conocer información confiable y contrastable sobre el impacto de los tratamientos en base a cannabis. Deberíamos tener este tipo de estudios realizados por entes oficiales o por el parlamento. Yo soy asesor parlamentario en estos temas y siempre pongo de relieve la importancia de generar este tipo de información oficial y confiable que sirva de base a pacientes y proveedores de salud. Hay variables que a veces no son tan facilidades de medir, como el bienestar o sentirse mejor, pero debemos encarar el desafío de medir esos aspectos y de buscar la manera de tenerlos en cuenta a la hora de evaluar los tratamientos y la obligatoriedad de su cobertura.
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¿Cuál es la actitud de la industria farmacéutica tradicional frente al cannabis?
La industria farmacéutica tradicional tiene una actitud muy activa en lo que hace a los medicamentos basados en cannabis. Son los actores principales de este juego. Todos los grandes laboratorios – de manera abierta o en secreto – están apostando muy fuerte a la investigación de los cannabinoides y están aumentando los grupos de investigadores dedicados a estudiar estos compuestos. Algunos laboratorios ya lograron fabricar moléculas basadas en cannabis y están a la espera de ser patentadas. Sin embargo, mantienen un perfil bajo porque están esperando que surjan las regulaciones apropiadas, para luego poder empezar a jugar fuerte en este campo.
¿Por qué si tiene beneficios para mejorar la salud y la calidad de vida de los pacientes, hay tantos países y/o sectores de la sociedad que muestran una reacción de oposición tan fuerte – a veces radical – hacia esta planta?
El cannabis genera una fuerte reacción que es de tipo emocional – no racional ni científica – que está sustentada en décadas de campañas y más de 80 años de lavado de cerebros, y las clasificación del cannabis hecha por la ONU varios años atrás. Muchos países se alinearon en esta posición pero con ceguera y adoptaron estas políticas que derivan en una desinformación de la sociedad. Hay una rotulación errónea del cannabis como droga peligrosa, pero no lo es. Es una sustancia con efectos secundarios, de las cuales hay muchísimas. Pero la diferencia es que el cannabis está estigmatizado y ese estigma se aplica también a los pacientes, médicos, laboratorios y prestadores de salud que se abren a comprender los beneficios del cannabis, con bases científicas.
Al final se criminaliza a los pacientes; esto causa efectos devastadores y levanta muchas suspicacias. Por ejemplo, llevó a que 4 generaciones de doctores fueran educadas para evitar considerar el uso del cannabis en beneficio de sus pacientes; a calificar a los pacientes que intentaban buscar sus tratamientos en el cannabis y a registrarlos como "adictos". Es una posición errónea, incorrecta, pero que todavía tiene una gran influencia en muchos sectores que no están bien informados.
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