
El lavado de ropa es una tarea cotidiana que, si no se realiza correctamente, puede arruinar prendas en cuestión de minutos. Uno de los problemas más frustrantes es el encogimiento de la ropa, que a menudo ocurre por errores evitables.
Cuáles son las principales causas del encogimiento de la ropa y cómo se pueden evitar para prolongar la vida útil de las prendas.
1. No leer la etiqueta de cuidado de la prenda

Uno de los errores más comunes es ignorar la etiqueta de cuidado de la ropa. Cada prenda viene con instrucciones específicas que indican la mejor manera de lavarla y secarla sin dañarla.
Según Frej Lewenhaupt, cofundador y director de productos de Steamery, “la clave para evitar que la prenda se encoja es consultar siempre la etiqueta de cuidados y seguir las instrucciones de lavado recomendadas”.
Estas etiquetas detallan la temperatura ideal del agua, el tipo de detergente recomendado y si la prenda puede o no secarse en secadora.
2. Lavado con agua caliente

El agua caliente es una de las principales razones por las que la ropa se encoge. Aunque algunas prendas pueden lavarse de esa manera, muchas fibras naturales, como el algodón, la lana y el lino, tienden a contraerse cuando se exponen a altas temperaturas.
Lindsay Droz, cofundadora de L’Avant Collective, explica en un comunicado que “el encogimiento suele ocurrir en fibras naturales debido a la estructura de sus fibras y su capacidad para absorber agua. Cuando estas fibras se exponen al agua caliente, se contraen”.
Incluso algunos tejidos sintéticos como el poliéster pueden reducirse si se lavan con agua demasiado caliente. Además del encogimiento, puede hacer que los colores de la ropa se desvanezcan más rápido y que las fibras se deterioren.
La mejor alternativa es optar por agua fría, que no solo protege las prendas del encogimiento, sino que también ayuda a conservar su color y textura.
Kristi Lord, también cofundadora de L’Avant Collective, afirma en un comunicado que “el agua fría es mucho más suave y ayuda a mantener la forma, la textura y el color de la ropa”. Además, su uso reduce el consumo de energía, lo que la convierte en una opción más ecológica.
3. Uso del ciclo de lavado incorrecto

No todos los ciclos de lavado son iguales. Elegir la configuración incorrecta puede exponer la ropa a movimientos bruscos que alteran su forma y tamaño.
Para evitar problemas, Lord recomienda el ciclo delicado, ya que “es suave, con menos agitación y velocidades de centrifugado más lentas, por lo que es más amable con las telas delicadas”.
Este ciclo es ideal para tejidos frágiles como la seda, la cachemira y la lana, que pueden dañarse con facilidad.
4. Uso de detergentes agresivos

El detergente juega un papel crucial en el cuidado de la ropa. Muchos productos convencionales están formulados para eliminar manchas difíciles, pero pueden contener químicos agresivos que deterioran las fibras y afectan la textura de las prendas.
Lord recomienda optar por detergentes ecológicos o de origen vegetal, ya que “no contienen productos químicos agresivos que acaban despojando a la ropa de su color y suavidad”.
Además, Lewenhaupt sugiere tener diferentes tipos de detergentes para distintos tejidos. “Para tejidos delicados como la lana o la seda, es importante utilizar un detergente específicamente formulado para esos materiales”, explica.
5. Secado a temperatura alta

El calor es uno de los peores enemigos de la ropa. Aunque la secadora es una solución rápida y conveniente, su uso inadecuado puede hacer que la ropa se encoja de manera irreversible.
Lewenhaupt advierte que “el calor de las secadoras es una causa común de encogimiento de las prendas, por lo que colgar la ropa para que seque de forma natural no solo es más seguro, sino que también extiende su vida útil”.
Siempre que sea posible, lo mejor es dejar que la ropa se seque al aire en un tendedero o en una percha. En caso de necesitar la secadora, Droz recomienda usar una temperatura baja y retirar las prendas antes de que sequen por completo. “Si eso no es posible, saca la ropa cuando todavía esté un poco húmedo y deja que termine de secarse de forma natural”, sugiere.
Si bien algunos materiales como las toallas y la ropa de cama pueden tolerar la secadora sin problema, es importante evitar exponer a altas temperaturas las prendas susceptibles al encogimiento.
6. Uso de vaporizador

Es una excelente alternativa para refrescar la ropa y evitar el encogimiento. Lewenhaupt explica en un comunicado que “es más suave con las telas, ayuda a mantener su forma e incluso reduce las arrugas sin exponerlas al agua o a temperaturas extremas”.
El vapor puede relajar ligeramente las fibras de las prendas que se han encogido, permitiendo que recuperen su forma original. Además, es una opción ideal para eliminar olores y arrugas sin necesidad de lavar la ropa con tanta frecuencia.
Incorporar el uso de vapor en el cuidado de la ropa puede hacer una gran diferencia en su durabilidad. No solo ayuda a evitar el encogimiento, sino que también mantiene las prendas con un aspecto impecable por más tiempo.
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