Elaborar fertilizante casero es una manera sencilla y económica de mejorar la calidad del suelo y fortalecer el crecimiento de las plantas, aprovechando los desechos orgánicos que generamos diariamente. Esta práctica no solo contribuye al cuidado del medioambiente al reducir residuos, sino que también produce un abono natural rico en nutrientes.
Con ingredientes básicos como restos de frutas y verduras, hojas secas y agua, es posible preparar un compost que revitaliza cualquier jardín o huerta. Además, esta alternativa sostenible demanda poco tiempo y ofrece resultados significativos en la salud de las plantas.
Cuáles son las ventajas y desventajas del fertilizante casero
Si bien el fertilizante casero ofrece algunos beneficios, también puede tener algunas desventajas.
Ventajas del fertilizante casero:
- Económico y accesible: utiliza desechos orgánicos generados en el hogar, evitando la necesidad de comprar productos químicos.
- Sostenible: reduce la cantidad de residuos enviados al vertedero, promoviendo el cuidado del medioambiente.
- Aumento de la salud del suelo: mejora la estructura del suelo, favoreciendo la retención de nutrientes y agua.
- Fomento de la actividad microbiana: estimula la presencia de microorganismos beneficiosos que enriquecen el suelo.
- Adaptable: permite personalizar las mezclas según las necesidades específicas de las plantas.
Desventajas del fertilizante casero:
- Riesgo de contaminación: si no se trata adecuadamente, puede ser fuente de patógenos que afecten las plantas o la salud humana.
- Requiere tiempo y espacio: el proceso de compostaje puede tardar entre 3 y 5 meses y necesita un lugar adecuado para su preparación.
- Necesidad de monitoreo: es importante controlar la humedad, ventilación y proporción de residuos húmedos y secos para evitar malos olores o pudrición.
- Eficacia limitada: a diferencia de los fertilizantes químicos, la liberación de nutrientes es más lenta y no siempre es suficiente para cultivos de alto rendimiento.
Qué es el compost
El compost es un fertilizante orgánico que se obtiene a través del análisis controlado de materiales de origen vegetal y animal, como restos de frutas, verduras, hojas secas y otros desechos biodegradables. Este proceso, conocido como compostaje, transforma los residuos en una sustancia rica en nutrientes, con una textura similar a la tierra, que mejora la calidad del suelo.
El compost facilita la retención de agua y nutrientes, promueve el crecimiento de microorganismos beneficiosos y contribuye a la fertilidad natural del suelo. Su uso es una alternativa sostenible y económica que reduce los desechos y apoya el desarrollo saludable de las plantas.
Cómo hacer compost, paso a paso
- Volcar en un recipiente la materia orgánica.
- Separar los desechos orgánicos que se van generando y colocarlos por capas en la compostera.
- Agregar las hojas secas, trozos de plantas, tierra y ramitas cuidando de alternar capas de residuos húmedos y secos para lograr el equilibrio necesario para un compost de calidad.
- Para que el abono eólico mantenga cierto grado de humedad se lo debe regar de vez en cuando en pequeñas cantidades de manera tal que el agua penetre en las distintas capas que se van agregando.
- El fertilizante estará listo para usar luego de 3 a 5 meses.
Los ingredientes que sirven para hacer fertilizante casero
Los mejores siete ingredientes para hacer un buen fertilizante casero son los siguientes:
- Té de banana: rico en potasio, ideal para plantas en floración. Se prepara hirviendo cáscaras de plátano en agua y utilizándola para observar las plantas.
- Estiércol: es uno de los fertilizantes más económicos. Se puede comprar u obtenerlo de animales. Aseguran que las heces tienen una alta tasa de nitrógeno y pueden ser utilizadas directamente en la tierra.
- Humus de lombriz: obtenido a partir de lombrices californianas, es un abono muy nutritivo que mejora la estructura del suelo y su capacidad de retención de agua.
- Fertilización con pasto cortado: el pasto recién cortado se descompone rápidamente y enriquece el suelo. También puede fermentarse en agua durante un día y usarse como fertilizante líquido.
- Granos o pozos de café: fuente de nitrógeno y antioxidantes, se pueden añadir al compost o aplicar directamente al suelo.
- Cáscaras de huevo: proveen calcio y pueden utilizarse trituradas alrededor de las plantas para fertilizarlas y repeler plagas como caracoles.
- Cenizas de madera: contienen potasio y fósforo. Se pueden mezclar con agua para observar las plantas o aplicar directamente al suelo, siempre en cantidades moderadas.
Estos fertilizantes orgánicos son naturales, económicos y ayudan a mejorar la calidad del suelo mientras promueven el crecimiento saludable de las plantas.