Urbanización descontrolada, una amenaza para la equidad y el medio ambiente

El rápido crecimiento urbano -destaca Time- enfrenta a la humanidad a desafíos críticos, desde el cambio climático hasta la desigualdad

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Para 2050, las ciudades albergarán
Para 2050, las ciudades albergarán 2.400 millones de personas adicionales (Imagen Ilustrativa Infobae)

A medida que el mundo avanza hacia una urbanización acelerada, las ciudades se posicionan como el núcleo del futuro de la humanidad.

Según la revista Time, más de la mitad de la población mundial vive actualmente en áreas urbanas, una cifra que aumentará en 2.400 millones para 2050.

Sin embargo, esta expansión plantea retos monumentales, desde el cambio climático hasta la desigualdad social y la fragilidad económica, que exigen una transformación radical en la planificación urbana.

Crisis urbana

El crecimiento desordenado de las ciudades no es solo una tendencia; se ha convertido en una crisis global. Más de 1.100 millones de personas habitan en asentamientos informales, donde la falta de infraestructura básica no solo perpetúa la pobreza, sino que amplifica los riesgos climáticos.

Según datos de ONU-Hábitat, los edificios y la construcción son responsables de hasta el 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

A esta problemática se suma la reducción de las áreas verdes, que han pasado del 19,5% del suelo urbano en 1990 a apenas el 13,9% en 2020, agravando el impacto de las olas de calor extremo que afectarán a más de 2.000 millones de personas para 2040.

Los desastres relacionados con el clima, como inundaciones y sequías, aumentaron significativamente, representando el 91% de los desastres mayores entre 1998 y 2017.

Las comunidades más vulnerables, especialmente aquellas en asentamientos informales, son las más afectadas, subrayando la urgente necesidad de repensar cómo se diseñan y gestionan las ciudades.

Impactos sociales y económicos

La crisis urbana también tiene un fuerte impacto económico. Según proyecciones de ONU-Hábitat, las pérdidas anuales por desastres naturales podrían superar el billón de dólares para mediados de siglo.

Paralelamente, la crisis global de vivienda afecta a 2.800 millones de personas, mientras que la inversión en vivienda social ha disminuido a menos del 0,5% del PIB en muchas regiones.

Además, los desplazamientos internos por conflictos y desastres naturales, como los 35 millones de desplazados en África en los últimos 15 años, ejercen una presión adicional sobre las ciudades ya saturadas.

Las pérdidas económicas anuales por
Las pérdidas económicas anuales por desastres naturales podrían superar el billón de dólares para 2050, según ONU-Hábitat (Imagen Ilustrativa Infobae)

Hacia un urbanismo transformador

La solución a estos desafíos radica en transformar las ciudades para que sean sostenibles, resilientes y equitativas. Esto implica una combinación de medidas que integren beneficios ecológicos, sociales y económicos:

  1. Optimización del uso del suelo: La integración de asentamientos informales al tejido urbano puede desbloquear el potencial económico de estas áreas y reducir emisiones. En países del Sur Global, donde la economía informal representa un gran porcentaje del PIB, la formalización de estos espacios podría tener un impacto transformador.
  2. Inversión en vivienda sostenible: El uso de materiales como el bambú, el acero reciclado y aislamientos energéticamente eficientes no solo reduce la huella de carbono, sino que crea empleo y estimula las economías locales. Las viviendas sostenibles deben ser vistas como una oportunidad para generar economías de escala y expandir la recaudación fiscal.
  3. Servicios básicos integrados: Energía limpia, acceso al agua potable, saneamiento adecuado y transporte eficiente son esenciales para garantizar el bienestar de los residentes y mitigar los impactos del cambio climático. Una infraestructura adecuada no solo mejora la calidad de vida, sino que fortalece la resiliencia de las ciudades frente a futuras crisis.
Mejorar la infraestructura urbana contribuye
Mejorar la infraestructura urbana contribuye al desarrollo sostenible (Imagen Ilustrativa Infobae)

El rol crucial de los gobiernos locales

Los gobiernos locales y regionales desempeñan un papel central en la implementación de estas estrategias.

Al conectar las metas globales con la acción local, pueden priorizar a las comunidades más vulnerables, diseñar políticas inclusivas y garantizar que las inversiones en infraestructura respondan a las tendencias demográficas y las necesidades de los ciudadanos.

Su capacidad para actuar como catalizadores del cambio convierte a estas instituciones en actores clave para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

La vivienda: pilar del desarrollo sostenible

La vivienda accesible y bien planificada es el eje sobre el cual debe girar el desarrollo urbano. No solo es un derecho humano, sino un catalizador para lograr ciudades equitativas, sostenibles y resilientes.

Según la Asociación Nacional de Constructores de Vivienda de EE. UU., la construcción de 100 viviendas asequibles genera 161 empleos locales en su primer año y 11,7 millones de dólares en ingresos. Inversiones de este tipo tienen el potencial de transformar comunidades enteras.

Cuidar a las personas para cuidar el planeta

El cuidado del medio ambiente
El cuidado del medio ambiente depende de un desarrollo urbano enfocado en las personas (Imagen Ilustrativa Infobae)

El camino hacia un futuro urbano sostenible requiere un enfoque integrado que unifique los objetivos sociales, climáticos y económicos.

En palabras del principio rector que debería guiar esta transformación: “Cuida de las personas, y ellas cuidarán del planeta”. Solo al colocar a las personas en el centro de la planificación urbana podremos construir ciudades que no solo sean habitables, sino también sostenibles y justas para las generaciones futuras.

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