Un pequeño dispositivo portátil, similar a una prueba casera de COVID-19, podría revolucionar el análisis de bebidas alcohólicas al ofrecer una solución rápida y eficiente para verificar su calidad y seguridad.
Desarrollado por un equipo de investigadores de la Universidad de Nanjing, en China -informa New Scientist- este avance utiliza la tecnología de nanoporo biológico, un método inicialmente diseñado para la secuenciación de ADN, que ahora se adapta para detectar toxinas, aditivos y falsificaciones en bebidas con apenas unas gotas de muestra.
El dispositivo es apodado “lengua artificial” debido a su capacidad para identificar, a nivel molecular, características como la dulzura, los componentes de sabor y la presencia de sustancias no deseadas.
Según Shuo Huang, líder del proyecto, esta primera generación del sensor todavía no puede identificar drogas de sumisión química o detectar metanol, un contaminante que ha causado muertes en eventos recientes, como la de seis mochileros en Laos.
Sin embargo, las futuras versiones podrían ampliar su capacidad de análisis, ofreciendo mayor seguridad a consumidores y fabricantes.
Cómo funciona la “lengua artificial”
El sensor se basa en el uso de organismos modificados, como bacterias con nanoporos —pequeñas aberturas de solo unos pocos nanómetros de diámetro— insertados en sus membranas celulares.
Al aplicar una corriente eléctrica, las moléculas presentes en la bebida son atraídas hacia los poros, atravesándolos y generando firmas eléctricas únicas. Estas señales son analizadas por un algoritmo de inteligencia artificial que determina la composición química de la muestra.
La tecnología empleada en este sensor ya había sido clave en el desarrollo de dispositivos portátiles de secuenciación de ADN, utilizados para identificar material genético de forma rápida y precisa.
En este caso, los investigadores adaptaron nanoporos derivados de la bacteria Mycobacterium smegmatis, ampliamente conocida en estudios científicos.
Huang explica que el sistema no solo identifica la clase de bebida alcohólica analizada, sino que también puede establecer estándares cuantitativos de calidad y detectar con facilidad productos falsificados.
Ventajas frente a los métodos tradicionales
Actualmente, los métodos para analizar bebidas alcohólicas, como la cromatografía líquida, son complejos, costosos y requieren equipos de laboratorio operados por técnicos especializados.
En contraste, la “lengua artificial” se presenta como una herramienta portátil, accesible y de bajo costo que puede utilizarse en cualquier lugar con una simple fuente de electricidad.
“Este ensayo de detección se puede llevar a cabo en casa, en la oficina o en cualquier lugar, tan fácilmente como una prueba de COVID-19″, afirma Huang. “Solo se necesita añadir una gota de la bebida al sensor y esperar el resultado. El algoritmo de aprendizaje automático se encarga del resto del trabajo”.
Implicaciones y aplicaciones futuras
La industria de bebidas alcohólicas podría verse profundamente beneficiada con esta innovación, ya que permitirá realizar controles de calidad rápidos y efectivos a lo largo de toda la cadena de producción y distribución.
Además, los consumidores tendrían acceso a una herramienta sencilla para verificar si una bebida es segura antes de consumirla, lo que reduciría los riesgos asociados a la adulteración y falsificación.
Si bien el dispositivo aún no cuenta con la capacidad de detectar metanol ni drogas utilizadas para cometer agresiones sexuales, los investigadores confían en que futuras mejoras tecnológicas lo harán posible.
Este tipo de innovaciones serían especialmente relevantes en contextos donde las bebidas adulteradas representan un riesgo para la salud pública, como ocurre en algunos mercados informales.
La “lengua artificial” se suma así a una serie de avances que buscan democratizar el acceso a herramientas de análisis precisas, un proceso que ya comenzó con los dispositivos portátiles para secuenciación de ADN y ahora se expande hacia nuevas aplicaciones.
Un futuro prometedor
Este dispositivo, además de representar un salto tecnológico para la industria, también refleja la capacidad de la ciencia para adaptarse a problemas cotidianos.
Al igual que sucedió con la secuenciación de ADN, la tecnología de nanoporo biológico podría transformar la manera en que se evalúan las bebidas alcohólicas, garantizando productos más seguros y auténticos para los consumidores de todo el mundo.
En palabras de Shuo Huang, el potencial de esta tecnología apenas comienza a explorarse: “Esta herramienta cambiará la forma en que verificamos lo que bebemos. Lo único que tenés que hacer es confiar en la ciencia y dejar que la inteligencia artificial haga su trabajo”.