Los expertos revelan los sonidos naturales que relajan y los que pueden disparar los niveles de estrés

Nuevas investigaciones sugieren que ciertas melodías pueden mejorar el bienestar emocional. Cómo los entornos influyen en la mente y transforman la rutina diaria

El ruido del tráfico incrementa significativamente los niveles de estrés, especialmente a velocidades más altas, según el estudio publicado en PLOS ONE (Imagen Ilustrativa Infobae)

Un grupo de científicos de la Universidad del Oeste de Inglaterra confirma lo que muchos sospechaban: los sonidos de la naturaleza pueden reducir la ansiedad y el estrés. Su reciente investigación no solo lo demuestra, sino que invita a repensar cómo el entorno sonoro impacta directamente en la salud mental.

El estudio, publicado en la revista PLOS ONE, involucró a 68 voluntarios que escucharon diferentes paisajes sonoros con la finalidad de evaluar sus efectos en el estado de ánimo y los niveles de ansiedad. Los participantes se sometieron a tres experiencias distintas durante tres minutos: uno completamente natural, otro con tráfico a 32 km/h y uno más con tráfico a 64 km/h.

Los resultados indicaron que los sonidos de la naturaleza, como el canto de los pájaros, fueron efectivos para reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. Por otro lado, el tráfico aumentó notablemente los niveles de estrés, sobre todo cuando los sonidos eran más intensos.

¿Cómo se evaluaron los efectos de los sonidos?

Los sonidos naturales como el canto de los pájaros reducen el estrés y mejoran el estado de ánimo, revela un estudio de la Universidad del Oeste de Inglaterra (Imagen ilustrativa Infobae)

Para entender cómo los sonidos afectan el bienestar, el equipo de investigación diseñó un experimento controlado con voluntarios que fueron evaluados antes y después de escuchar tres paisajes sonoros. Los investigadores utilizaron escalas de autoevaluación para medir el estado de ánimo general y la ansiedad de los participantes, lo que les permitió comparar cómo las variaciones en los sonidos influían en su bienestar psicológico.

El paisaje sonoro natural, grabado en un ambiente tranquilo de West Sussex, se asoció con una reducción significativa en la ansiedad y una mejora del estado de ánimo. Sin embargo, cuando se añadieron sonidos de tráfico, incluso a baja velocidad, los beneficios se redujeron, y el tráfico a mayor velocidad (64 km/h) resultó en un aumento del estrés.

Este estudio refuerza la creciente evidencia científica sobre los beneficios de los sonidos naturales para la salud mental. Investigaciones previas demostraron que escuchar sonidos como el canto de los pájaros puede tener efectos positivos en diversas medidas de la salud, incluyendo una reducción en la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la respiración.

Los sonidos naturales están asociados con una reducción en la ansiedad y una mejora del estado de ánimo, incluso a baja velocidad de tráfico (Imagen Ilustrativa Infobae)

Además, otro estudio encontró que caminar por entornos naturales, en comparación con marcos urbanos, puede mejorar el estado de ánimo y reducir la rumia mental, un factor que contribuye a la ansiedad.

El impacto negativo del ruido del tráfico

Por el contrario, los sonidos antropogénicos, como el ruido del tráfico, tienen efectos negativos bien documentados en la salud y están relacionados con una serie de problemas de salud, desde el estrés hasta enfermedades cardiovasculares.

Investigaciones realizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) han demostrado que el ruido crónico en las áreas urbanas contribuye al aumento de los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Además, el tráfico afecta la calidad del sueño, lo que puede llevar a trastornos psicológicos como la depresión o la ansiedad.

Un informe de la EPA (Agencia de Protección Ambiental de EE.UU.) señala que el ruido del tráfico es uno de los mayores contribuyentes a la contaminación acústica en las ciudades, con impactos negativos a largo plazo en la salud mental y física de los residentes.

La exposición a sonidos de la naturaleza ayuda a inducir una relajación profunda en el sistema nervioso autónomo, disminuyendo el estrés (Imagen Ilustrativa Infobae)

Implicaciones para el diseño urbano y las políticas públicas

Este estudio abre la puerta a nuevas políticas públicas que promuevan entornos urbanos más saludables. Los investigadores sugieren que una posible solución para mitigar los efectos negativos del ruido del tráfico sería reducir la velocidad de los vehículos en áreas urbanas.

De acuerdo con la OMS y la Agencia de Seguridad Vial Europea, reducir la velocidad del tráfico no solo disminuiría la tasa de accidentes y muertes por colisiones, sino que también tendría un impacto positivo en la salud pública al reducir la exposición al ruido. La baja de la velocidad a 30 km/h en ciertas áreas urbanas ha mostrado una disminución en los niveles de ruido y una mejora en la calidad de vida de los residentes, especialmente en las zonas residenciales.

Además, el estudio destaca la importancia de los espacios verdes en las ciudades, que pueden actuar como barreras acústicas para proteger a los ciudadanos del ruido del tráfico. La creación de parques urbanos y jardines no solo mejora la calidad del aire, sino que también contribuye a crear un entorno acústico más saludable.

Los vehículos eléctricos representan una solución potencial para la reducción de la contaminación acústica en las ciudades, sostiene la IUCN (Imagen Ilustrativa Infobae)

El papel de los vehículos eléctricos

El estrés que provoca el ruido urbano tiene un enemigo inesperado: los vehículos eléctricos. Más discretos que sus primos de combustión, estos silenciosos aliados tecnológicos están siendo aclamados como la solución al bullicio constante de las ciudades. Según un informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), la expansión de esta tecnología no solo promete calles más tranquilas, sino también un impacto positivo en la salud de quienes viven en medio del caos.

Además, este cambio podría apoyar los esfuerzos para cumplir con los objetivos climáticos globales, reduciendo al mismo tiempo el impacto negativo del ruido del tráfico en el bienestar psicológico de las personas.