La comunicación es una herramienta fundamental en la vida cotidiana y profesional. Sin embargo, muchas de las personas caen en patrones poco saludables que pueden dificultar las interacciones. Aunque es común que queramos mejorar en diversas áreas, desde deportes hasta habilidades artísticas, rara vez se considera tomar clases o recibir orientación para comunicarnos mejor.
La falta de educación formal en habilidades comunicativas, según expertos, deja espacio para que persistan malos hábitos que pueden complicar las relaciones entre las personas. En un artículo de la revista Time, diferentes expertos opinaron y aconsejaron sobre cómo evitar 8 de los hábitos más tóxicos en la comunicación.
1. Hablar siempre de uno mismo
Es natural intentar conectar con los demás a través de experiencias propias, pero convertir cada conversación en una oportunidad para hablar de uno mismo puede ser percibido como egocéntrico. La coach de comunicación Raele Altano explica que “constantemente traer a colación tu experiencia cuando alguien está hablando, y decir ‘oh, sí, a mí también me pasó eso’, puede llegar a ser frustrante para la otra persona”.
Para evitarlo, Altano sugiere enfocarse en la escucha activa, que incluye parafrasear y hacer preguntas sobre el tema que el otro comparte.
2. Cerrar la conversación
Bloquearse emocionalmente al evitar responder o retirarse de la conversación cuando surge un conflicto es una estrategia defensiva que puede dejar a la otra persona sintiéndose excluida o rechazada. Roma Williams, terapeuta y autora de “Unload It: An Effective Guide for Leveling Up Your Communication”, aconseja a quienes caen en este hábito que expresen la necesidad de un momento para calmarse antes de continuar, en lugar de retirarse sin explicación. Esto permite manejar las emociones sin cortar la comunicación abruptamente.
3. Interrumpir constantemente
Interrumpir al interlocutor puede hacer que este se sienta subestimado o ignorado. La profesora Anne Willkomm de la Universidad de Drexel, recomienda que quienes suelen interrumpir analicen las razones de este comportamiento, ya sea por impaciencia o deseo de ser escuchados. Un ejercicio útil es disculparse cada vez que se detecta la interrupción y permitir que el otro termine su punto: “Perdona, te interrumpí. Por favor, continúa”.
4. Hablar en exceso
Convertir una conversación en un monólogo puede desmotivar a los oyentes. Para Alex Lyon, profesor de comunicación en la Universidad Estatal de Nueva York en Brockport, muchos creen que “tener el don de la palabra” es una virtud, pero, en realidad, puede ser agotador para los demás. Lyon sugiere pedir retroalimentación a amigos o colegas para mejorar, permitiendo que intervengan si uno se extiende demasiado.
5. Escuchar con distracción
El acto de revisar el teléfono o pensar en la respuesta mientras el otro habla puede afectar seriamente la percepción de interés. Willkomm advierte que “la incapacidad de escuchar activamente puede disminuir el sentido de valor de una persona.” Para mejorar la escucha activa, recomienda eliminar distracciones físicas, como guardar el teléfono, y concentrarse en gestos de atención como el contacto visual.
6. Competir en la conversación
Algunos individuos convierten cada intercambio en una competencia, lo que puede crear una atmósfera tensa. Para Alex Lyon, la mejor manera de lidiar con este tipo de interlocutor es con una respuesta breve y amigable, como: “Qué bien, me alegro por ti.” Esta estrategia evita que la conversación se convierta en una disputa de egos y contribuye a una interacción más fluida.
7. Apropiarse de las ideas de otros
En ambientes laborales, es común que alguien tome una idea expresada por otro y la presente como propia, fenómeno conocido como “hepeating”. Willkomm destaca la importancia de señalar estos casos de manera respetuosa para dar crédito al autor original. Una frase como “Gracias, Bill, por resumir lo que Janet dijo” puede ayudar a corregir la situación sin generar tensión.
8. Ofrecer consejos no solicitados
Dar consejos sin que se pidan puede parecer presuntuoso, y es mejor preguntar antes de hacerlo. Altano sugiere una simple pregunta para evitar incomodidades: “¿Estás abierto a algunas sugerencias o prefieres que solo te escuche?” Esta frase permite al interlocutor establecer un límite y evitar un intercambio incómodo.
Mejorar la comunicación es mucho más que simplemente hablar; implica desarrollar una conciencia sobre el impacto de las palabras y actitudes en los demás. Erradicar hábitos tóxicos como monopolizar las conversaciones, interrumpir o competir en cada intercambio, permite construir conexiones más auténticas y respetuosas.