Una experta en viajes reveló las 6 claves que aprendió luego de haber tomado cientos de vuelos

El arte de volar se destaca por ser una experiencia que mezcla grados de asombro y estrés para muchos viajeros (sean experimentados o primerizos), donde contemplar algunos detalles pueden hacer una gran diferencia en la calidad del vuelo. Chris Haslam, editor en jefe del suplemento Viajes del periódico The Times, reveló las claves que adquirió tras sus innumerables vuelos y rutas aéreas recorridas.

Basándose en sus vivencias en travesías y observaciones empíricas, el columnista compartió sus mejores sugerencias para hacer de cada vuelo una experiencia más cómoda y placentera. “A pesar de los cientos de vuelos que he tomado, la sensación de asombro nunca ha disminuido”, apuntó Haslam en su pseudo manual de viajes.

Para cualquier viajero que quiera evitar sorpresas en el aeropuerto, hacer el check-in virtualmente es fundamental. Es importante realizar este proceso desde la aplicación móvil de la aerolínea, ya que es más confiable y eficiente que su versión web. Las apps suelen enviar notificaciones en tiempo real sobre demoras, cambios en las puertas de embarque y horarios de abordaje para reaccionar a tiempo y ajustar los planes si es necesario.

Realizar el check-in con antelación permite asegurar un buen asiento. Haslam afirmó que “entre el 40% y el 60% de los pasajeros de vuelos largos todavía recurren a las máquinas de autoservicio o mostradores de check-in el mismo día del viaje, lo cual reduce posibilidades de elegir un asiento cómodo”.

Asegurar tu lugar con anticipación no solo evita el temido asiento del medio, sino que mejora las probabilidades de recibir el servicio de comida antes que otros pasajeros.

No todos los asientos de la cabina económica son iguales y elegir con criterio puede marcar una gran diferencia en la comodidad del vuelo. Basado en su vasta experiencia, Haslam propuso optar por un asiento de pasillo en la sección delantera de la cabina de clase económica. Esta ubicación le permite al pasajero salir rápidamente del avión tras el aterrizaje, ahorrando tiempo en filas y desplazamientos.

La estrategia para abordar es otro de los consejos ofrecidos. “Si te toca un asiento del medio, lo mejor es abordar al final”, afirma la experta en su columna, lo que permitiría identificar los asientos no ocupados y hacer un cambio estratégico si hay oportunidad. Además, la cortesía es fundamental al reclinar el asiento. “Es amable verificar antes de reclinar que el pasajero detrás esté listo para el impacto”, sugiere el autor.

El espacio dentro de un avión es reducido y un simple movimiento puede incomodar a otros pasajeros, especialmente cuando se trata de reclinar el asiento. Es fundamental actuar con cortesía al disponer de esta función, una advertencia discreta genera comprensión por la otra parte.

Un detalle de etiqueta marca grandes diferencias en vuelos largos, donde cualquier acción que mejore el ambiente compartido es bienvenido. Reclinar el asiento con suavidad y solo cuando sea realmente necesario contribuye a preservar una atmósfera armoniosa y ayuda a prevenir el “air rage” o tensión entre pasajeros.

En los últimos años la calidad y cantidad del ofrecimiento gastronómico en aviones ha disminuido, el escritor recomienda llevar un propio pícnic a bordo. Tratándose de una vianda previamente preparada al viaje o algún snack comprado en el aeropuerto, porque contar con una opción alimenticia personal puede ser un alivio en vuelos largos.

A su vez enfatizó sobre la relevancia de llevar una botella de agua y rellenarla una vez traspasados los controles de seguridad. La deshidratación es común en viajes extensos, y depender del servicio a bordo para obtener suficiente agua puede resultar insuficiente. Mantener la hidratación es clave para sobrellevar mejor los cambios de presión y las largas horas sentado.

Al tocar tierra muchos pasajeros se apresuran a levantarse tan pronto como sea posible, esperando ganar tiempo en la salida del avión. Sin embargo el experto Haslem sugirió que “mantener la calma y esperar a que el flujo de pasajeros comience a moverse”. Este enfoque no solo reduce el estrés al retirarse de la aeronave, sino que también influye en la salida del aeropuerto que depende de otros factores, como el tiempo que tome la recolección de equipajes en la cinta.