(Enviada especial a Miami) Especialistas de distintos países latinoamericanos se reunieron en el evento denominado Roche Press Day 2024 donde presentaron estudios enfocados en las brechas sanitarias que afectan a las mujeres. Diagnósticos tardíos, escasos roles de liderazgo en investigación y aspectos culturales son algunos de los indicadores de desigualdad.
Stephanie Sassman de Genentech advirtió que las mujeres “se encargan del cuidado de otros y anteponen a sus familias a la salud de ellas mismas”; de hecho, cuando acuden al sistema de salud, las mujeres reciben un diagnóstico tardío en más de 700 tipos de enfermedades comparado con los hombres.
Dentro de las problemáticas globales, Sassman advirtió sobre la desigualdad que existe en la inclusión de mujeres en estudios clínicos. “No hay suficientes datos de cómo los medicamentos afectan específicamente a las mujeres”, remarcó.
“Necesitamos repensar la equidad en la salud y para ello necesitamos más expertas, paneles de investigación y consejería, además de más mujeres en la medicina y en el liderazgo de salud y medicina, pues nosotras hacemos las preguntas diferentes, nos comunicamos diferente y pensamos en la investigación diferente”, remarcó la profesional.
Por su parte, Claudia Restrepo, de Deloitte Health Equity Institute, presentó un estudio sobre los costos ocultos de no priorizar la salud de las mujeres. En Latinoamérica se demostró que las mujeres pagan 18% más que los hombres en gastos de bolsillo anual, de hecho las “mujeres entre 19 y 64 años en promedio pagan más de su bolsillo que hombres de la misma edad, incluso cuando se excluyen las reclamaciones de maternidad”.
A su vez, el estudio demostró que por cada dólar que un hombre recibe como salario una mujer obtiene 0,82; por tal motivo, la brecha salarial lleva a que las mujeres tengan mayores costos en la atención médica.
La profesional también advirtió en Roche Press Day que en Latinoamérica el cáncer de mama, el de cuello uterino y cervical requieren tratamiento más prolongados y costosos, sumado a que no hay exceso a tratamientos de última generación y eso genera un tratamiento más prolongado para las mujeres.
Frente a la demostración de desigualdades presentadas, el estudio sugirió que para cortar las brechas es necesario que aseguradoras y empleadores rediseñen la cobertura de beneficios para aliviar la carga financiera para mujeres y promover la equidad y el bienestar de ambos géneros.
Valentina Sartori, del Instituto de Salud McKinsey y del Foro Económico Mundial, presentó el informe denominado “Cerrando la brecha en salud de las mujeres” y derribó algunos mitos. Al respecto, planteó que si bien las mujeres viven más que los hombres, ellas experimentan una carga de enfermedad de un 25% mayor que los hombres. De hecho, se planteó que tienen una peor salud en particular durante sus últimos años de vida.
La brecha sanitaria entre hombres y mujeres, si se elimina, podría tener un impacto económico significativo. Según estimaciones recientes, cada dólar invertido en cerrar esta brecha podría traducirse en un crecimiento económico de tres dólares.
Este potencial aumento se debe a una mayor participación laboral, menos horas perdidas y un incremento en la productividad, lo que podría sumar al menos 1 billón de dólares al PIB mundial anualmente hasta el año 2040, explicó Sartori. Para la misma fecha se estima que, en caso de abordar la brecha sanitaria existente, se podría lograr un impacto equivalente a que 137 millones de mujeres acceden a un puesto de trabajo de tiempo completo.
Al igual que otros profesionales, Sartori coincidió en las desigualdades y problemáticas que generan un diagnóstico tardío para las mujeres. El síndrome de ovario poliquístico (SOP), una afección exclusiva de las mujeres, a menudo es mal diagnosticado debido a la falta de pruebas adecuadas. Esta enfermedad, que afecta a un número significativo de mujeres, suele ser interpretada erróneamente como un simple aumento de peso relacionado con el estilo de vida.
Por otra parte, se planteó que las mujeres enfrentan un riesgo significativamente mayor de recibir diagnósticos incorrectos en casos de ataques cardíacos. Según el mismo informe, las mujeres tienen un 50% más de probabilidades de ser mal diagnosticadas en comparación con los hombres. Mientras que en enfermedades autoinmunes, como el lupus, también presentan un desafío particular para las mujeres. La complejidad de estas enfermedades y la falta de estudios suficientes han llevado a que las mujeres enfrenten tasas de mortalidad más altas en comparación con los hombres. De manera que dicha situación resulta una brecha crítica en la atención médica.
Por tal motivo, los especialistas coincidieron en la necesidad urgente de avanzar en la investigación médica centrada en las mujeres. La falta de pruebas adecuadas y la tendencia a minimizar los síntomas femeninos como problemas de estilo de vida contribuyen a un sistema de salud que no siempre responde a las necesidades específicas de las mujeres.