La salsa blanca, también conocida como bechamel, es uno de los pilares básicos de la cocina. Se utiliza en una variedad de platos, desde gratinados hasta croquetas, y es tan versátil como deliciosa. Esta salsa de origen francés, creada por el chef Louis de Béchameil en el siglo XVII, ha sido adoptada y adaptada por cocinas de todo el mundo. Es la base de muchas recetas tradicionales y puede acompañar desde carnes hasta verduras o pastas, dando un toque cremoso y suave a cualquier preparación.
En la cocina cotidiana, la salsa blanca es un recurso infalible cuando se necesita un complemento rápido y fácil para elevar el sabor de un plato. Se puede enriquecer con queso para crear una salsa mornay, o simplemente aromatizarla con nuez moscada para darle un toque especial. Preparar esta salsa en casa es sorprendentemente sencillo y, con unos pocos ingredientes básicos, se puede tener lista en cuestión de minutos.
Receta de salsa blanca
La salsa blanca o bechamel elabora a partir de una base de manteca, harina y leche. Se cocina la mezcla hasta que espese y se obtenga una consistencia suave y cremosa. Dependiendo de la cantidad de leche que se agregue, la salsa puede ser más espesa o más líquida, según el uso que se le vaya a dar.
La clave para una salsa blanca perfecta es cocinar bien la harina en la manteca para evitar que la salsa tenga un sabor crudo, y remover constantemente mientras se agrega la leche para evitar grumos. Es una receta muy flexible que se puede adaptar fácilmente según las preferencias o las necesidades del plato.
Tiempo de preparación
La salsa blanca es una receta rápida que toma unos 10 minutos en total. Este tiempo incluye:
- 5 minutos para derretir la manteca y cocinar la harina.
- 5 minutos adicionales para añadir la leche y cocinar hasta que espese.
Ingredientes
- 50 gramos de manteca.
- 50 gramos de harina de trigo.
- 500 ml de leche (puede ser entera o descremada).
- Sal a gusto.
- Pimienta blanca a gusto.
- Nuez moscada a gusto (opcional).
Cómo hacer salsa blanca, paso a paso
- Derretir la manteca: colocar una cacerola a fuego medio y derretir los 50 gramos de manteca.
- Cocinar la harina: una vez derretida la manteca, añadir los 50 gramos de harina y mezclar bien con una cuchara de madera o batidor de mano. Cocinar durante 2-3 minutos, removiendo constantemente para evitar que se queme, hasta que la mezcla tome un color ligeramente dorado (esto se llama “roux”).
- Añadir la leche: retirar la cacerola del fuego y comenzar a agregar la leche poco a poco, batiendo constantemente para evitar que se formen grumos. Es importante agregarla en varias tandas.
- Cocinar la salsa: una vez integrada toda la leche, devolver la cacerola al fuego medio-bajo y seguir removiendo mientras la salsa hierve suavemente. Cocinar durante unos 5 minutos más o hasta que espese a gusto.
- Ajustar condimentos: añadir sal, pimienta blanca y una pizca de nuez moscada (opcional) al final, removiendo bien para que los condimentos se distribuyan por toda la salsa.
¿Cuántas porciones rinde esta receta?
Con estos ingredientes, esta receta de salsa blanca rinde aproximadamente 4 porciones, ideal para acompañar una lasaña, gratinar verduras o como base para croquetas.
¿Cuál es el valor nutricional de cada porción de esta receta?
Cada porción de salsa blanca contiene aproximadamente:
- Calorías: 150
- Grasas: 10 g
- Grasas saturadas: 6 g
- Carbohidratos: 11 g
- Azúcares: 6 g
- Proteínas: 4 g
Cabe señalar que estas son estimaciones, y los valores nutricionales precisos dependen de los ingredientes específicos utilizados en la preparación y las cantidades de cada porción.
¿Cuánto tiempo se puede conservar esta preparación?
La salsa blanca se puede conservar en la heladera por hasta 3 días, siempre y cuando se guarde en un recipiente hermético. Si al recalentarla está demasiado espesa, se puede agregar un poco de leche para recuperar la consistencia deseada.