Receta de cheesecake sin horno

El cheesecake sin horno es uno de esos postres que rápidamente se convierte en el favorito de cualquier ocasión. Su textura suave y cremosa, combinada con la base crujiente de galleta, hace que sea un placer irresistible. Ideal para quienes buscan una receta sencilla y deliciosa, el cheesecake sin horno se puede preparar con antelación, lo que lo convierte en una opción perfecta para reuniones, fiestas y eventos especiales.

Este postre tiene sus raíces en el clásico cheesecake estadounidense, pero ha sido adaptado para ser más fácil y rápido de hacer, ya que no requiere cocción en el horno. Además, se presta a muchas variaciones: se puede decorar con frutas frescas, mermeladas, chocolate o caramelo. Aunque la receta básica se basa en queso crema, galletas y manteca, el resultado final depende de la creatividad de quien lo prepare.

La receta de cheesecake sin horno consiste en una base hecha con galletas trituradas mezcladas con manteca derretida, sobre la cual se coloca una crema de queso dulce y suave. Esta crema suele estar compuesta de queso crema, crema de leche y azúcar, logrando una textura firme y sedosa después de refrigerarse por varias horas.

La preparación total de este cheesecake sin horno lleva aproximadamente 4 horas y 30 minutos:

• Preparación de la base y la crema: 30 minutos
• Tiempo de refrigeración: 4 horas (para que la mezcla de queso cuaje adecuadamente)

1. 200 g de galletas tipo digestive o María
2. 100 g de manteca derretida
3. 500 g de queso crema a temperatura ambiente
4. 200 ml de crema de leche (nata para montar)
5. 150 g de azúcar
6. 1 cucharadita de esencia de vainilla
7. 1 sobre de gelatina sin sabor (7-10 g) o 2 hojas de gelatina
8. Frutas frescas, mermelada o salsa de frutas para decorar (opcional)

1. Prepara la base de galleta: Triturar las galletas hasta obtener una textura fina (puedes usar un procesador de alimentos o un rodillo). Mezclar las galletas trituradas con la manteca derretida hasta formar una pasta.
2. Forma la base del cheesecake: En un molde desmontable de 20-22 cm, verter la mezcla de galletas y presiona bien con el dorso de una cuchara para compactarla. Llevar al refrigerador para que se endurezca mientras preparas el relleno.
3. Hidrata la gelatina: Si se usa gelatina sin sabor en polvo, disolverla en 4 cucharadas de agua fría y dejar reposar 5 minutos. Luego calentar a fuego bajo hasta que se disuelva completamente. Si se usan hojas de gelatina, hidratarlas en agua fría por 5 minutos, luego calentar hasta que se disuelvan.
4. Prepara la crema de queso: En un bol grande, batir el queso crema con el azúcar y la esencia de vainilla hasta obtener una mezcla suave y sin grumos.
5. Añade la crema de leche: En otro recipiente, batir ligeramente la crema de leche (sin montarla por completo) e incorpórala a la mezcla de queso.
6. Incorpora la gelatina: Añadir la gelatina disuelta a la mezcla de queso, batiendo constantemente para integrar bien.
7. Vierte la crema sobre la base de galleta: Sacar el molde del refrigerador y verte la mezcla de queso sobre la base de galleta. Alisar la superficie con una espátula.
8. Refrigera el cheesecake: Llevar el cheesecake al refrigerador por al menos 4 horas, o hasta que la crema cuaje y se sienta firme al tacto.
9. Decora y sirve: Antes de servir, desmoldar con cuidado y decorar con frutas frescas, mermelada o salsa de frutas según la preferencia.

Esta receta de cheesecake sin horno rinde aproximadamente 8-10 porciones de tamaño estándar.

Cada porción de este cheesecake sin horno contiene aproximadamente:

• Calorías: 350
• Grasas: 25 g
• Grasas saturadas: 15 g
• Carbohidratos: 25 g
• Azúcares: 20 g
• Proteínas: 5 g

Cabe señalar que estas son estimaciones, y los valores nutricionales precisos dependen de los ingredientes específicos utilizados en la preparación y las cantidades de cada porción.

El cheesecake sin horno se puede conservar en la heladera por hasta 5 días, siempre y cuando se mantenga bien cubierto para evitar que absorba otros olores y se mantenga fresco.