Comprar una bolsa de papas y que después de unos días estén blandas, con brotes o incluso verdes es un problema más común de lo que parece, y suele deberse a que la mayoría de las personas no saben cómo almacenar correctamente este tubérculo. Aunque pueden durar semanas si se guardan adecuadamente, su vida útil se acorta considerablemente cuando no se siguen los pasos correctos para su conservación.
Uno de los errores más frecuentes es almacenar las papas en la heladera o dejarlas en la mesada. Aunque podría parecer que el frío de la heladera ayuda a conservarlas por más tiempo, este ambiente húmedo puede hacer que las papas broten más rápido o se pudran debido al exceso de humedad. Además, la baja temperatura convierte el almidón de las papas en azúcar, lo que afecta su sabor y textura. Del mismo modo, dejarlas en la mesada las expone a la luz y al calor, lo que acelera su deterioro.
La chef Sarah Thomas, fundadora de Healthyish, aconseja mantener las papas en un lugar seco, frío y oscuro, lejos de fuentes de calor y humedad. Un armario oscuro y fresco es ideal, ya que evita que se expongan a la luz y a la humedad del ambiente, lo que retrasa la aparición de brotes y la descomposición. La clave es mantenerlas alejadas de cualquier lugar húmedo o cálido de la cocina, como cerca del horno o sobre la encimera, ya que estos lugares aceleran su deterioro.
Además, ese tipo de espacio también las protege del vapor generado al cocinar, lo que evita que se formen ambientes húmedos a su alrededor. Mantenerlas en un ambiente seco y fresco es esencial para retrasar la aparición de brotes o la pudrición.
Las papas tienen un alto contenido de agua, lo que las convierte en un blanco perfecto para el moho, las bacterias y los hongos si se almacenan en lugares incorrectos. La exposición prolongada a la luz puede hacer que las papas fotosinteticen y se vuelvan verdes, lo que las hace amargas al gusto. Además, cuando están en un ambiente húmedo o caliente, no solo brotan rápidamente, sino que también se pudren, lo que obliga a tirarlas antes de tiempo.
Cómo evitar el exceso de humedad
Un aspecto crucial para conservar las papas es evitar la acumulación de humedad. Un error común es dejarlas en la bolsa de plástico en la que vienen del supermercado. Según Sarah Thomas, el plástico atrapa la humedad y provoca un ambiente húmedo que acelera el proceso de descomposición de las papas, haciendo que se pudran o broten más rápido. Por esta razón, es importante sacar las papas del plástico y almacenarlas en recipientes que permitan la circulación de aire, como un cesto, una bolsa de papel o incluso un saco de tela.
Estos materiales permiten que el aire circule libremente, ayudando a que la humedad escape en lugar de acumularse. Al mantener un ambiente seco alrededor de las papas, se evita que comiencen a pudrirse y se prolonga su frescura.
Alimentos que aceleran el deterioro de las papas
Al organizar los alimentos en la cocina, podría parecer lógico almacenar todas las verduras juntas, pero este no es el caso con las papas. Hay ciertos alimentos, como las cebollas y el ajo, que deben mantenerse lejos de ellas. Las cebollas, en particular, liberan un gas llamado etileno, una hormona vegetal que acelera el proceso de maduración en otros vegetales. Al almacenar las papas junto con cebollas o ajos, este gas hará que las papas se deterioren más rápido de lo normal.
La chef Thomas señala que es mejor guardar las papas junto a vegetales que no produzcan este gas, como zanahorias, calabazas, nabos o batatas, ya que estos no afectarán su frescura. Siguiendo este consejo, es posible evitar que las papas se estropeen antes de tiempo, permitiendo que se mantengan frescas para preparar platos deliciosos cuando se necesiten.