El ataque de pánico es uno de los llamados trastornos de ansiedad, una categoría que también incluye la ansiedad generalizada, las fobias y la ansiedad social.
Un ataque de pánico se caracteriza por aparecer de forma repentina e inesperada. En un momento estás bien, sin problemas, y de repente ocurre el ataque.
¿Cuáles son los síntomas del ataque de pánico?
Los síntomas del ataque de pánico son intensos y variados, entre los más frecuentes se encuentran:
- Falta de aire
- Palpitaciones
- Dolor en el pecho
- Mareos o inestabilidad al caminar
- Sudoración profusa
En algunos casos, las palpitaciones y el dolor en el pecho pueden hacer que la persona sienta que está teniendo un ataque cardíaco. Además, pueden presentarse malestar general, zumbidos en los oídos, y la sensación de que la cabeza “se va”.
A esto se suman dos sensaciones subjetivas muy poderosas: la desrealización, en la que la persona siente que lo que está viviendo no es real, como si se alejara de lo cotidiano; y la despersonalización, en la que siente que en ese momento no es ella misma.
¿Cuánto dura un ataque de pánico?
Afortunadamente, el episodio se extiende por poco tiempo. Los síntomas alcanzan su máximo en los primeros 3 a 10 minutos y luego comienzan a disminuir. Sin embargo, durante el pico de la sintomatología, muchos pacientes experimentan una intensa sensación de muerte inminente. Esto demuestra lo importante y violento que puede ser un ataque de pánico, que forma parte de los trastornos de ansiedad.
Existe también el trastorno de pánico, que se da cuando los ataques de pánico se repiten en una persona. Este es un tema serio, pero tiene tratamiento y es altamente efectivo, combinando psicoterapia y farmacología. Si has experimentado algo similar, consulta a un profesional de inmediato, ya que el tratamiento suele ser muy eficaz.
Qué son los trastornos de ansiedad
Como hemos explicado en Infobae, los trastornos de ansiedad son una manifestación común del miedo, una emoción que todos experimentamos en algún momento. En nuestro cerebro, existe un complejo circuito biológico dedicado a registrar y procesar el miedo, el cual incluye una estructura llamada la amígdala cerebral, situada en lo profundo de nuestro cerebro.
Este circuito, a menudo comparado con un cableado, se activa cuando sentimos miedo, desencadenando una serie de respuestas tanto físicas como emocionales.
El miedo es una reacción intensa que surge en respuesta a una amenaza inmediata, y aunque esta emoción puede ser abrumadora, generalmente es de corta duración. Por otro lado, la ansiedad comparte similitudes con el miedo, pero se diferencia en su naturaleza y duración. Mientras que el miedo responde a un peligro concreto y presente, la ansiedad es más difusa, no está necesariamente vinculada a una amenaza específica, y suele prolongarse en el tiempo.
La ansiedad se origina en el mismo circuito neuronal que el miedo, sin embargo, en lugar de una reacción intensa y momentánea, la ansiedad es como un miedo “atenuado” pero constante, que persiste incluso cuando no hay una amenaza inmediata. Este miedo prolongado y de menor intensidad es lo que caracteriza a los trastornos de ansiedad, donde el sistema de alerta del cerebro permanece activado, lo que genera un estado de preocupación y tensión continua.
* El doctor Daniel López Rosetti es médico (MN 62540) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Presidente de la Sección de Estrés de la World Federation for Mental Health (WFMH). Y es autor de libros como: “Emoción y sentimientos” (Ed. Planeta, 2017), “Equilibrio. Cómo pensamos, cómo sentimos, cómo decidimos. Manual del usuario.” (Ed. Planeta, 2019), entre otros.