El fenómeno ASMR llamó la atención de millones de personas en todo el mundo, generando un sinnúmero de contenido en plataformas como YouTube. Sin embargo, su aceptación no es universal y aún existen desafíos científicos en la comprensión de este fenómeno.
La Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma (ASMR) se refiere a las sensaciones de hormigueo y relajación profunda que algunas personas experimentan ante estímulos auditivos y visuales como susurros, crujidos, movimientos lentos y soplidos. National Geographic describe en su artículo la creciente popularidad de estos videos, que van desde masajes relajantes hasta el susurro en micrófonos. “Las respuestas eufóricas pero relajantes a imágenes suaves y sonidos texturales extravagantes dieron lugar a un fenómeno de bienestar en Internet”, afirma.
La ciencia también se interesó en este fenómeno. Craig Richard, profesor de ciencias biofarmacéuticas en la Universidad Shenandoah de Virginia, señala que “el ASMR es una sensación profundamente relajante que suele ir acompañada de ligeros y placenteros cosquilleos cerebrales”. Él y sus colegas utilizaron escáneres cerebrales para investigar el ASMR, demostrando que ciertas áreas del cerebro se activan, implicando la dopamina y la oxitocina, conocidas por inducir sentimientos de relajación y confort. “La oxitocina, también conocida como la ‘hormona del amor’, puede ser fundamental para el ASMR,” declaró el profesional en conversación con Nat Geo.
Giulia Poerio, profesora de psicología de la Universidad de Essex en Inglaterra, subrayó los retos que enfrenta la comunidad científica en el estudio del ASMR. “Sólo se realizaron unos pocos estudios sobre las bases neurológicas y fisiológicas del ASMR”, comentó a Nat Geo. La profesora menciona que las activaciones cerebrales observadas durante el ASMR están asociadas con el procesamiento somatosensorial, la activación de la recompensa y la excitación emocional.
Amado u odiado
Según Richard, “el ASMR puede no ser diferente al cilantro y la música jazz — a la gente parece encantarle o detestarlo”, afirmó. Esto puede deberse a influencias genéticas o a la familiaridad positiva con los estímulos. Sin embargo, no todos disfrutan del ASMR. El profesor citó un estudio en el Journal of Clinical Psychology que sugiere que algunas personas pueden experimentar misofonía, una condición en la que ciertos sonidos generan molestias extremas, al contrario de placer.
Dentro de la comunidad médica, se discute si el ASMR puede utilizado como terapia. Michelle Barnes, una profesional de relaciones públicas, opinó en el artículo de Nat Geo que el ASMR la ayuda a “centrarse y a despejar su energía negativa”. Mientras tanto, Richard destacó que “los comportamientos que desencadenan la liberación de oxitocina son similares a los comportamientos que desencadenan el ASMR”, sugiriendo una posible utilidad terapéutica.
Aunque YouTube se convirtió en el epicentro para los ASMRtistas, también dio pie a una serie de experimentos y debates científicos sobre sus efectos. Stephen Smith, profesor de psicología en la Universidad de Winnipeg, enfatizó en que “las personas con ASMR tienden a ser más abiertas a experiencias sensoriales en general”. Smith y su equipo están analizando datos de escáneres cerebrales en busca de más pistas biológicas.
En la opinión de Louise Pepper, presentadora de radio, el ASMR es “un pequeño capricho” que ayuda a combatir el insomnio y el estrés. Esta experiencia, aunque subjetiva, demostró tener un impacto importante en la vida de sus seguidores, quienes buscan alivio de sus preocupaciones diarias a través de estos vídeos.
A pesar de los avances, la aceptación científica del ASMR está en una etapa temprana y el escepticismo sigue presente. “Hay muchas experiencias que no son universales y que ahora son aceptadas por la comunidad científica”, señaló Poerio a Nat Geo. Menciona fenómenos como la sinestesia y la parálisis del sueño como ejemplos de sensaciones inicialmente incomprendidas que encontraron validación científica con el tiempo.
El futuro del ASMR en la investigación parece promisorio. “La respuesta de la comunidad científica y de ASMR fue fantástica y estamos trabajando con investigadores de todo el mundo”, indica Poerio. Sin embargo, aún se necesita más investigación para comprender completamente las bases biológicas y neurológicas de este fenómeno que, para muchos, se convirtió en una práctica diaria de autocuidado y bienestar emocional.