Con el descenso de las temperaturas previsto en Buenos Aires, mantener el hogar cálido se vuelve indispensable. Las ventanas suelen ser un punto vulnerable a la entrada de frío, por lo que aislarlas adecuadamente puede marcar una gran diferencia en el confort térmico del hogar.
¿Por qué mi casa es tan fría?
Llegar a casa y sentirla fría puede ser realmente desagradable. Las causas de una casa fría pueden ser varias, y en muchos casos se combinan para crear un ambiente poco acogedor. A veces, la respuesta no está en encender la calefacción al máximo, sino en identificar y solucionar los puntos débiles por donde se escapa el calor.
- Ventanas y puertas mal aisladas: las ventanas son uno de los principales puntos por donde se escapa el calor en una vivienda. Si no cierran bien, tienen vidrios finos o los marcos están deteriorados, el frío del exterior se colará fácilmente. Lo mismo ocurre con las puertas, especialmente si no tienen burletes o si la estructura presenta huecos.
- Falta de aislamiento en paredes y techos: una casa con paredes y techos sin aislamiento adecuado es como una taza sin paredes, incapaz de retener el calor. Si la construcción es antigua y no cuenta con aislación térmica, es probable que el frío penetre fácilmente.
- Corrientes de aire: pequeñas rendijas en ventanas, puertas, conductos de ventilación o incluso enchufes pueden generar corrientes de aire frío que recorran la casa, dando una sensación térmica más baja que la real.
- Humedad: la humedad no solo genera una sensación desagradable, sino que también aumenta la percepción de frío. Paredes húmedas o con condensación intensifican la pérdida de calor, haciendo que la casa se sienta más fría.
¿Cómo aislar las ventanas y evitar el frío?
Si las ventanas son el principal problema de que sea un hogar frío, estas son algunas soluciones:
- Instalar burletes: los burletes son una solución económica y fácil de colocar. Estas tiras adhesivas de goma, espuma o silicona se adhieren al marco de la ventana, creando un sello hermético que impide el paso del aire frío.
- Sellar grietas y huecos: revisar con atención los marcos de las ventanas en busca de grietas, agujeros o desperfectos. Se pueden sellar con masilla, silicona o espuma de poliuretano, que crea una barrera que impida el paso del aire.
- Instalar cortinas gruesas o térmicas: las cortinas actúan como un escudo térmico, ya que evita que el calor se escape por las ventanas. Optar por telas gruesas como el terciopelo, la lana o las cortinas con forro térmico para un mejor aislamiento.
- Considerar doble acristalamiento: si es necesario cambiar las ventanas, el doble acristalamiento es la mejor opción para el aislamiento térmico. Estas ventanas tienen dos vidrios separados por una cámara de aire, lo que crea una barrera que reduce significativamente la pérdida de calor.
- Instalar persianas: las persianas, además de controlar la luz, también pueden ayudar a aislar del frío. Elegir persianas de materiales aislantes como el PVC o el aluminio con relleno térmico para un mejor resultado.
¿Qué parte de la casa absorbe más frío?
Si bien todas las partes de una casa pueden verse afectadas por el frío, algunas zonas tienden a ser más vulnerables:
- El techo: el calor tiende a subir, por lo que un techo mal aislado permitirá que el calor escape fácilmente. Se estima que hasta un 35% del calor se puede perder por el techo.
- Las ventanas: como se mencionó anteriormente, las ventanas son uno de los puntos débiles del aislamiento en una vivienda, pueden ser responsables de hasta un 40% de la pérdida de calor.
- Las paredes: las paredes sin un buen aislamiento térmico permitirán que el frío del exterior penetre fácilmente, generando una sensación de frío en el interior de la vivienda.
- El suelo: si bien no es tan crítico como el techo o las ventanas, un suelo mal aislado, especialmente en plantas bajas, puede generar pérdida de calor y sensación de frío en los pies.