Cómo multiplicar la lavanda: el método definitivo para reproducirla en casa

Los esquejes pueden ser utilizados para crear nuevas plantas a partir de una madre saludable, sin necesidad de adquirir más macetas

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Las propiedades medicinales y aromáticas hacen de la lavanda una planta codiciada en productos de cosmética y como repelente natural (Imagen Ilustrativa Infobae)
Las propiedades medicinales y aromáticas hacen de la lavanda una planta codiciada en productos de cosmética y como repelente natural (Imagen Ilustrativa Infobae)

La lavanda es una planta cuya popularidad no ha dejado de crecer debido a sus múltiples beneficios y su encantador aroma. Originaria del Mediterráneo, esta especie botánica es apreciada tanto por su valor estético como por sus propiedades medicinales. La lavanda ha sido apreciada durante siglos por sus propiedades aromáticas y curativas. Además, lo que mucha gente suele preguntarse es: ¿cuál método para reproducir esta planta sin necesidad de comprar más macetas, utilizando esquejes y agua?

Propiedades de la lavanda

Conocida por su versatilidad, la lavanda puede utilizarse en diversos ámbitos que van desde la aromaterapia hasta la cocina. Incluso, la leyenda sugiere que Cleopatra utilizaba aceite de lavanda para seducir a Marco Antonio. Este dato refleja la duradera fascinación por las propiedades seductoras y calmantes de esta planta. Los aceites esenciales presentes en sus flores son altamente efectivos para aliviar el estrés, promover la relajación y mejorar la calidad del sueño. Además, se emplea con frecuencia en productos de cosmética y como repelente natural contra los mosquitos.

Los esquejes de lavanda deben provenir de una planta madre saludable con al menos dos hojas en la parte superior del tallo (Imagen Ilustrativa Infobae)
Los esquejes de lavanda deben provenir de una planta madre saludable con al menos dos hojas en la parte superior del tallo (Imagen Ilustrativa Infobae)

Cuál es la técnica para poder reproducir lavanda en casa

La reproducción de la lavanda por esquejes es un método sencillo y económico. El proceso comienza con la selección de una planta madre sana. En cuanto la misma entra por primera vez por las puertas de tu casa, te enamoras de ella. La idea es tomar esquejes de esta planta para crear nuevas.

Los pasos fundamentales a seguir son:

  • Selección de esquejes: Es esencial contar con una planta madre saludable de la cual se puedan cortar esquejes de unos 10-15 centímetros de longitud. Las herramientas deben estar limpias y bien afiladas para evitar daños a la planta. Además, las tijeras deben utilizarse para cortar los esquejes de su tallo que, al menos, tengan un par de hojas en su parte superior.
  • Preparación del recipiente: Luego de tener los esquejes, el siguiente paso es colocar los tallos en un recipiente con agua limpia. Es importante retirar las hojas inferiores para permitir el crecimiento de las raíces. Por otra parte, las raíces deben tener espacio suficiente para nacer libremente.
  • Ubicación adecuada: El recipiente debe colocarse en un lugar brillante pero sin luz solar directa y alejado de corrientes de aire. Esto asegura que los esquejes reciban la luz necesaria sin riesgo de desecación.
  • Cambio de agua: Es de suma importancia cambiar el agua del recipiente cada pocos días con el fin de mantenerla limpia y oxigenada. También se recomienda observar regularmente los esquejes para detectar signos de deterioro o formación de moho.
  • Crecimiento de las raíces: En unas pocas semanas, comenzarán a verse raíces en los esquejes, momento en el cual estarán listos para ser trasplantados a macetas con tierra adecuada para su crecimiento continuo.

Cuidados adicionales a tener en cuenta

La lavanda es susceptible al encharcamiento; el riego debe hacerse solo cuando el suelo esté seco al tacto (Imagen Ilustrativa Infobae)
La lavanda es susceptible al encharcamiento; el riego debe hacerse solo cuando el suelo esté seco al tacto (Imagen Ilustrativa Infobae)
  • Riego adecuado: La lavanda no requiere excesiva agua y es susceptible al encharcamiento. Se recomienda regar la planta solo cuando el suelo esté seco al tacto. Evitar el exceso de agua es crucial para prevenir enfermedades fúngicas y pudrición de raíces.
  • Poda regular: La poda es esencial para mantener la lavanda sana y con un buen crecimiento. Se debe realizar una poda ligera en primavera y una poda más severa en otoño, eliminando las flores marchitas y los tallos viejos para estimular la producción de nuevos brotes.
  • Fertilización: Aunque la lavanda no es muy exigente en cuanto a fertilización, un aporte ligero de abono orgánico durante la primavera puede mejorar su vitalidad y floración. Utilizar fertilizantes específicos para plantas aromáticas ayudará a mantener un crecimiento vigoroso sin saturar de nutrientes.
  • Protección contra plagas: Las plagas comunes incluyen pulgones y araña roja. Es recomendable revisar las plantas de forma regular e intervenir con tratamientos naturales (como jabón insecticida) o químicos si es necesario. Además, se puede plantar lavanda junto a otras plantas que repelan insectos para un control biológico.
  • Transplante y renovación del suelo: Cada dos o tres años, es beneficioso renovar el suelo de la lavanda o trasplantarla para rejuvenecer la planta y proporcionar nutrientes frescos. Asegurarse de que la maceta tenga un buen sistema de drenaje para evitar problemas de encharcamiento.
  • Cuidado específico en invierno: Para las variedades que se cultivan en exteriores, es esencial protegerlas durante el invierno, especialmente en climas fríos. Cubrir la base con mantillo o trasladar las plantas en maceta a un lugar protegido puede ayudar a sobrevivir las bajas temperaturas.
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