La gente ha utilizado el agua de rosas como remedio popular natural durante miles de años. Desde tiempos inmemoriales, las fragantes flores y las vainas de semillas, han sido valoradas por sus propiedades. Las descripciones de concentrados y aceites elaborados a partir de estas flores se remontan a la antigua Mesopotamia. Se han encontrado menciones en tablillas que datan de la década del 2630 a. C. Tanto egipcios como persas, griegos y hasta romanos han utilizado este tipo de agua.
El personaje histórico con mayor asociación con el agua de rosas es Ibn-i Sina, conocido en Occidente como Avicena. Este médico innovador, una figura destacada en las cortes persas durante el siglo X a.C., recomendaba el agua de rosas para una amplia gama de dolencias. Escribió sobre los beneficios en su libro “El Canon de Medicina”.
Para él ayudaba desde resacas hasta problemas de memoria, enfermedades oculares y dolores de cabeza. Se le atribuye ser el primero en usar vapor para destilar la esencia de rosas en una mezcla más efectiva, lo que marcó un hito en la historia de este remedio natural, según National Geographic.
Desde entonces, el agua de rosas ha sido un remedio popular omnipresente que ha perdurado hasta la actualidad. En el siglo XIX, las mujeres utilizaban mascarillas caseras y productos como el “Bloom of Roses”, una mezcla de agua de rosas, amoníaco líquido, carmín y alcohol.
A pesar de su larga historia y popularidad, aún no se ha llegado a un consenso sobre los beneficios del agua de rosas. La mayoría de las investigaciones se han llevado a cabo en el ámbito de la medicina alternativa o complementaria, enfoques que siguen siendo controvertidos dentro de la comunidad científica.
Qué beneficios tiene el agua de rosas
Un estudio, de 2021, habló sobre los posibles beneficios para la salud del agua de rosas. En el trabajo se analizaron revistas científicas que tratan sobre medicina alternativa.
Se demostró que este tipo de agua posee propiedades antivirales, antimicrobianas y antiinflamatorias. Pero sus efectos que varían según la producción y la concentración del aceite de rosas.
A pesar de estos resultados, el estudio indicó que la mayoría de los registros analizados no se centraron en células humanas. Por lo que no se puede terminar de afirmar que el agua de rosas, y productos derivados, actúen de manera efectiva en el cuerpo humano. Otro estudio, realizado en 2019, demostró que el agua de rosas protegía contra el daño del ADN en ratas, más no en seres humanos.
“Si bien los estudios con animales son útiles para decirnos si algo es o no completamente tóxico, las dosis utilizadas en los estudios con animales y los métodos empleados no son transferibles a la vida real”, dijo Lauren Plogh, dermatóloga y miembro de la Academia Estadounidense de Dermatología, a National Geographic.
Por otra parte, muchos de los componentes químicos individuales que contienen las rosas, como el citronelol y el tricosano, son bien estudiados por sus propiedades antibacterianas y conservantes. “Muchos de los productos químicos tienen cierta actividad antibacteriana”, afirmó Plogh.
Otro estudio, del 2020, descubrió que el agua de rosas “evoca actividad blanqueadora de la piel y antiarrugas”. También demostró que actuó como antioxidante en sujetos humanos.
Más allá de los posibles beneficios, es fundamental considerar ciertas precauciones al utilizar agua de rosas. Las alergias a las rosas son una posibilidad, por lo que se aconseja hacer una prueba de alergia antes de usar productos que contengan este ingrediente. También es esencial leer las etiquetas de los productos para verificar su seguridad.
Plogh alertó sobre los riesgos de las preparaciones caseras de agua de rosas debido a la falta de control en la concentración de sustancias químicas. “Es más seguro buscar una formulación con un porcentaje conocido del ingrediente activo que necesitamos, en lugar de improvisar con una preparación casera”, sentenció.