Pocos días internacionales del vino son tan polémicos como el del rosado, ya que si bien no es una efeméride (acontecimiento notable que se recuerda en cualquier aniversario), es una fecha en la que algo se celebra. Pero ese algo tiene varias ocasiones.
Por un lado, el Día Internacional del Rosado se celebra el 28 de junio de este año, por ser el cuarto viernes de junio. Ese día se rendirá homenaje al placer del Arte de Vivir de Provenza, ya que dicha región francesa fue reconocida como el lugar de nacimiento del rosado hace unos 2.600 años.
Si bien es un vino muy elaborado en España, Estados Unidos, Italia y Argentina, entre otros países, los franceses del sur son algunos de los mayores productores. Es por ello que los rosados de Provenza han sido líderes y referentes en su fama alrededor del mundo, a tal punto que muchas figuras de Hollywood han invertido en bodegas de la región para tener su propio rosé, como por ejemplo, Brad Pitt y Angelina Jolie; Drew Barrymore, etcétera.
Una efeméride idéntica a esta se celebró el 2 de junio, y muchos calendarios insisten en que el 14 de agosto sea el Día Internacional del Rosado, aunque es difícil encontrar pruebas. Pero tanto los Estados Unidos, donde se originan casi todos los aniversarios del vino -como el del Cabernet Franc- y España, tienen su propio día nacional del rosado en junio.
Sea el segundo sábado o el cuarto viernes del mes, lo importante es que todos estén hablando de la categoría. En Argentina, no es el mejor momento del rosado porque, más allá de ser invierno, aún no llegan los del año. Pero los rosados nacionales 2024, y de los demás países productores del Hemisferio Sur, ya están en Europa y los Estados Unidos, listos para ser disfrutados en pleno verano.
De todas formas, hay muy buenos rosé nacionales pensados para la mesa, con algo más de cuerpo, y que, por consiguiente, perduran más en botella. Está claro que su gran objetivo es salir joven al mercado y lucirse tanto en primavera como en el verano. Y, de ser posible, agotarse antes que lleguen los primeros fríos otoñales. Eso está bien para los más livianos y fragantes. Pero muchos de ellos hoy están concebidos como buenos vinos blandos.
Es cierto que la maceración es corta y en frío, para no teñir tanto el mosto, y así lograr esas tonalidades suaves y brillantes que van del rosa pálido a la piel de cebolla intenso. Y luego, una vez obtenido el color deseado, se comienza la fermentación como vino blanco; sin los hollejos. El punto de cosecha, las variedades elegidas, el método y la precisión en la elaboración determinarán la calidad del vino.
Pero los rosados no solo se pueden lucir por dentro, sino que suelen ser los más llamativos por fuera. No solo por lo atractivo de su color, que se puede apreciar a través de las botellas transparentes, sino por marcas y etiquetas sugestivas. Las formas de las botellas son también diversas y a la vez originales. Su gran objetivo es llamar la atención. Por eso, siempre que se ofrezca una comida en casa o bien se vaya de visita, un rosado atractivo en todos sus aspectos puede ser la mejor elección.
Los rosados para la mesa
Justamente por ser vinos que suelen salir rápido al mercado, es decir, que no llevan mucho tiempo elaborándose, no se los considera tan bien. Sin embargo, un rosado puede convertirse en el mejor vino del mundo, si se lo sirve en el momento indicado y acompañando platos que mariden muy bien con él.
Nunca hay que subestimar a los rosés, ya que son vinos con mucha historia. Se sabe que, en la antigüedad, las técnicas de elaboración para crear vinos tintos de tonos intensos mediante un prensado fuerte no eran tan frecuentes. En particular, en la antigua Grecia.
El arte de elaborar rosado dio pasos importantes cuando los griegos y romanos descubrieron métodos para separar sus vinos tintos y blancos. Sin embargo, fue durante la Edad Media cuando los habitantes de Focea, una ciudad de la actual Turquía, trasplantaron vides a la antigua ciudad de Marsella. Este fue un punto de inflexión, ya que el rosado comenzó a capturar la imaginación de los entusiastas del vino. Eso explica el glamour detrás de este tipo de vino, que tiene su epicentro en La Provenza, alrededor de la Costa Azul.
Claro que el rosado puede ser un buen aperitivo si se lo sirve solo, pero puede lucirse más en la mesa. Cuando se trata de maridar vinos rosados con comida, hay que considerar el cuerpo y el estilo del vino. Así, los más ligeros, caracterizados por sus sabores delicados, combinan excelentemente con ensaladas frescas y embutidos.
Algunos con más cuerpo van muy bien con cualquier tipo de arroz y paellas, sobre todo. Pero también con cazuelas y risottos, más si son con frutos de mar o vegetales. Otra alternativa muy atractiva es combinarlos con la cocina de fusión asiática, con toques picantes. Por otro lado, los rosados voluptuosos, con fruta más madura y más estructura, pueden acompañar platos más sustanciosos como pescados, carnes blancas y hasta carnes rojas a la parrilla. Pero hay más: si el rosado es el comodín en la mesa, mucho más lo es el vino espumoso rosé, que puede lucirse con todas estas propuestas gastronómicas.
Terrazas de los Andes Rosé Malbec 2023
Terrazas de los Andes, Mendoza, Valle de Uco, El Peral $10.280
En este vino la simpleza es contundente, por donde se lo mire y se lo tome. Su botella transparente y su etiqueta innovadora dejan apreciar sus tonos asalmonados brillantes. Y sus aromas y sabores son bien expresivos, a frutas rojas. Paladar refrescante y casi tenso que invita a seguir disfrutando de su gracia.
Puntos: 90
Casa Boher Rosé 2022
Rosell Boher, Mendoza $12.000
Para lograr este rosé de aspecto piel de cebolla intenso y brillante, con aromas frutados y una agradable frescura, los enólogos de la casa recurren a un blend de Malbec de Alto Agrelo (34%), Merlot (33%) y Pinot Noir (33%) del Valle de Uco. Hay algo maduro y buscado en su carácter frutal, con algo de membrillo y una rica acidez marcada sobre el final.
Puntos: 89
Finca Iral Single Vineyard Los Sauces Rosado 2023
Finca Iral, Mendoza, Valle de Uco, Los Sauces $13.000
En este rosado el foco está puesto en el estilo y el terruño más que en la cepa. Claro, Lucas Giménez (uno de los socios y enólogos de la casa), es el único en la Argentina que elabora rosés en La Provence (Francia). Y acá hay mucho de ese expertise. Es un rosé fresco, voluptuoso y refrescante, con buen carácter.
Puntos: 90