El aprendizaje de un segundo idioma ha capturado el interés de la sociedad, especialmente porque abre puertas tanto laborales como culturales. Durante la primera etapa de vida, los niños tienen una notable capacidad para absorber información a un ritmo acelerado, lo que convierte a esta fase en una oportunidad óptima para introducir una lengua adicional.
La docente especialista en inglés y especialista senior en adquisición de talento Publicis Global Delivery (PGD), Elizabeth Contreras, afirma: “Aprender un segundo idioma desde una edad temprana es beneficioso porque, durante esta etapa de vida, los niños tienen una mayor plasticidad cerebral, lo que facilita la adquisición de nuevas lenguas”. Y agrega: “La relación entre el aprendizaje temprano de un idioma extranjero y su integración es más sencilla en la estructura cognitiva del niño”.
Mónica Chávez Martinench, psicóloga especialista en psicopedagogía y presidenta del comité de psicología educativa del Colegio de Psicólogos del Perú, indica que aprender una segunda lengua en la infancia puede mejorar habilidades cognitivas como la memoria, atención, planificación y resolución de problemas, así como desarrollar la capacidad de multitarea y el pensamiento crítico. En el ámbito social, ser bilingüe permite comunicarse con una mayor diversidad de personas, lo que fomenta la empatía y la comprensión intercultural.
Los beneficios emocionales, según Chávez Martinench: “Se centran en fortalecer la autoestima y aumentar la confianza en sí mismos”. Además, el proceso ayuda a desarrollar la capacidad de adaptación y resiliencia, lo que prepara a los niños para enfrentar diversos desafíos. Este conocimiento también influye positivamente en el rendimiento académico, mejorando la concentración, las habilidades de lectura y comprensión, lo que conduce a un mejor desempeño en otras áreas.
La edad ideal para comenzar a aprender un segundo idioma, según Contreras, es entre los 3 y los 7 años. En este periodo, los niños son especialmente receptivos a nuevos sonidos y estructuras lingüísticas, lo que facilita la adquisición de una lengua de forma natural. “Diversas investigaciones sugieren que es más efectivo comenzar a enseñar un segundo idioma desde una edad temprana, debido a la alta plasticidad del cerebro”, añadió.
Elizabeth Contreras señaló las diferencias en el aprendizaje de idiomas entre niños y adultos. “Los adultos tienen desarrolladas ciertas habilidades cognitivas que pueden acelerar su aprendizaje, pero enfrentan más dificultades para alcanzar una pronunciación nativa y fluidez completa. En cambio, los niños suelen lograrlo más fácilmente debido a su alta plasticidad cerebral”.
Desafíos
Los desafíos más comunes para los niños incluyen la falta de práctica constante, desmotivación y la dificultad para encontrar contextos naturales de uso del idioma. Estos obstáculos se pueden superar con la creación de un entorno rico en estímulos lingüísticos y el uso de tecnologías y aplicaciones interactivas.
Contreras también enfatiza la importancia de la exposición regular al idioma y el uso de recursos educativos adecuados. Modernas opciones tecnológicas como Duolingo, Babbel y Rosetta Stone se presentan como herramientas útiles para complementar el aprendizaje formal.
Desde una perspectiva práctica, Mónica Chávez Martinench sostiene que los programas de inmersión son uno de los métodos más efectivos. “Estos programas permiten a los niños aprender el idioma de manera natural, similar a cómo aprenden su lengua materna”, afirmó. El enfoque comunicativo y el empleo de juegos y actividades interactivas también son recomendados como métodos de enseñanza eficaces.
Los padres también juegan un papel crucial, que proporcionan un entorno positivo y alentador y ofrecen oportunidades adicionales de práctica fuera del aula. Contreras sugiere a los padres empezar desde una edad temprana y hacer que el aprendizaje de un segundo idioma sea una parte regular y divertida de la vida diaria del niño.
La psicopedagoga explicó: “Es fundamental reconocer y celebrar los logros de los pequeños, alentándolos constantemente y proporcionándoles un ambiente de apoyo y motivación”. Incluso pequeñas victorias en el aprendizaje deben ser reconocidas para mantener a los niños motivados.
Sobre el idioma más recomendado para los niños, Contreras menciona que el inglés es una opción muy viable debido a su uso global en negocios, ciencia y tecnología. “El dominio del inglés abre muchas oportunidades educativas y profesionales a nivel internacional. Otros idiomas como el mandarín o el español también son valiosos”, aseguró.
Tanto el papel de los padres como el de las escuelas es fundamental para el éxito en el aprendizaje de un segundo idioma. Los sistemas educativos deben comenzar la enseñanza a una edad temprana y usar métodos interactivos y basados en la inmersión. Además, no hay que subestimar el rol de la tecnología y las aplicaciones interactivas.