Con la llegada del invierno, las bajas temperaturas se convierten en un desafío constante para muchas personas. Mantener el cuerpo caliente no solo es crucial para el bienestar y la comodidad diaria, sino también para prevenir enfermedades relacionadas con el frío, como resfriados o hipotermia.
Con las temperaturas invernales, el frío tiene una forma de asentarse en nuestro interior, sin importar cuánto tratemos de abrigarnos. El impacto en el cuerpo humano es considerable, particularmente en días donde la humedad juega un rol crucial. Estar expuesto a estas condiciones hace que el frío sea difícil de combatir, penetrando hasta los huesos aun cuando uno se viste adecuadamente para hacerle frente. Este tipo de clima hace imprescindible el uso de ropa adecuada que esté diseñada para preservar el calor corporal y proteger contra la humedad ambiental.
Los efectos del frío no solo se limitan a una incomodidad superficial. El cuerpo humano reacciona a estas bajas temperaturas de múltiples maneras para intentar preservar su calor interno.
No cabe duda que el clima polar y la elevada humedad generan retos adicionales para aquellos que deben enfrentarse a estas condiciones diariamente. La sensación térmica, un término que describe cómo el cuerpo percibe la temperatura, puede ser agravada por estos factores, llevando a una incomodidad considerable. “El frío parece penetrar hasta los huesos”, un sentimiento común en aquellos días donde las variables meteorológicas conspiran para hacernos sentir a un grado más intensificado estas temperaturas.
Para muchas personas, abrigarse adecuadamente es una forma de enfrentar el día a día en climas fríos. Sin embargo, hay momentos en los que ninguna cantidad de capas parece suficiente para combatir el rigor del invierno...
Trucos caseros para combatir el frío
- Alimentación adecuada: La dieta juega un papel fundamental para mantener el cuerpo caliente. La nutricionista Julia Farré sugiere optar por preparaciones caldosas, platos de cuchara caliente y esenciales ricos en grasas saludables. En lugar de frutas crudas, se recomienda consumirlas asadas al horno o al microondas, lo que ayuda a aportar calorías de forma más agradable. Comer cada 2-3 horas asegura un suministro constante de energía, lo que es crucial ya que el cuerpo necesita más “combustible” durante el invierno. Priorizar alimentos energéticos en la lista de compra puede hacer una gran diferencia.
- Indumentaria apropiada: Vestirse en capas, siguiendo la técnica de la “cebolla”, es fundamental para mantenerse seco y caliente. El uso de varias capas permite regular la temperatura corporal de manera más efectiva. Además, utilizar pijamas abrigados y calcetines gruesos puede ayudar significativamente a entrar en calor más rápidamente en casa, especialmente durante las noches frías.
- Ubicación estratégica en casa: Identificar y pasar tiempo en los puntos más cálidos del hogar puede ayudar a combatir el frío. La cocina, por ejemplo, suele ser un lugar más cálido debido al uso constante de electrodomésticos como la estufa y el horno.
- Ejercicio en casa: Realizar ejercicio físico, incluso en espacios reducidos, es una manera eficaz de aumentar la temperatura corporal. Ejercicios simples como sentadillas, abdominales o incluso subir escaleras en lugar de usar el ascensor pueden ayudar a incrementar las pulsaciones y el calor corporal, haciendo que uno entre en casa ya con una sensación de mayor calidez.
- Bebidas calientes antes de dormir: Beber un vaso de leche caliente o una infusión antes de dormir puede no solo promover la relajación y el sueño, sino también ayudar a elevar la temperatura corporal rápidamente. Estas bebidas calientes tienen un efecto reconfortante que facilita la adaptación del cuerpo a las temperaturas más bajas.
- Baños calientes: Optar por un baño caliente en lugar de una ducha rápida puede ser una excelente forma de combatir el frío, aunque no siempre es viable debido al tiempo y al gasto de agua. Dedicar, por ejemplo, un día del fin de semana para relajarse en un baño caliente y disfrutar del vapor que desprende el agua es una forma perfecta de combatir las bajas temperaturas y aliviar el estrés.
- Masajes en manos y pies: Masajear las manos y los pies no solo promueve una mejor circulación sanguínea, sino que también ayuda a aumentar la temperatura corporal. Frotarse las manos es un gesto común y eficaz para entrar en calor, y dedicar unos minutos a masajear los pies puede ofrecer un alivio inmediato del frío.
- Mantener defensas altas: Es fundamental mantener el sistema inmunológico fuerte para lidiar mejor con el frío. Buenas prácticas de higiene, una dieta equilibrada y evitar cambios bruscos de temperatura dentro del hogar pueden ayudar a no debilitar las defensas del cuerpo. Un organismo fuerte es más resistente a las inclemencias del tiempo.
- Dormir acompañado: La compañía durante el sueño puede ser un recurso eficaz para combatir el frío. Un abrazo o una caricia bajo las sábanas puede proporcionar calor adicional, muchas veces más efectivo que ponerse múltiples capas de ropa. La proximidad y el contacto físico ayudan a mantener una sensación de calidez y confort durante la noche.