Para conocer y comprender la importancia del vino emblemático de la Argentina, lo mejor es degustar. Y si bien son miles de opciones las que ha disponibles, el Malbec es tan expresivo y elocuente que fácilmente transmite sus atributos, ya sean sus características varietales como las del lugar. Es decir que no hace falta conocer cientos de exponentes para tener una clara idea de lo que puede dar un Malbec en sus diferentes segmentos, con disfrutar unos pocos ya será suficiente, incluso para entender hasta dónde puede llegar.
Claro que, como la cepa más elaborada, también es la que mejor muestra las tendencias en materia de modas y estilos. Y como para los hacedores es la mejor uva para “mostrar lugares”, entendiendo que el terruño es lo más especial que tiene un vino, es además el protagonista de las etiquetas más consagradas.
Como la uva protagonista de la mayor cantidad de vinos producidos en el país, está presente en todos los segmentos y estilos. Además, es el único capaz de llamar la atención de los profesionales del mundo gracias a las cualidades únicas que adquiere en las diferentes regiones vitivinícolas.
Celebrar su día internacional significa darle la importancia que se merece. Esto se hace desde 2011, cada 17 de Abril. Fecha elegida para fijar el Día Mundial del Malbec por iniciativa de Wines of Argentina, la entidad encargada de promover el vino nacional en el mundo. Ya logró posicionarse como un hito histórico, y marcó un punto de inflexión en la promoción del Vino Argentino en el mundo. El éxito alcanzado llevó a que esta experiencia se replique también puertas adentro de nuestro país, con celebraciones en distintos puntos del territorio nacional.
El concepto en esta edición se encuentra en línea con la sostenibilidad, que constituye uno de los pilares de la estrategia de comunicación de WofA. Malbec Argentino “Better for the world” (mejor para el mundo), y condensa el espíritu de la industria hacia una vitivinicultura más sostenible, más consciente de la necesidad de preservar el entorno, generar un impacto positivo en el medio ambiente, en las sociedades y las economías. Ahora que la expresión y consistencia del Malbec es sostenida, la mirada de la industria está puesta hacia el futuro, haciendo su aporte por un mundo mejor.
Pocos saben que el 17 de abril de 1853, por iniciativa de Domingo Sarmiento, se creó la Quinta Normal y la primer Escuela de Agricultura de Mendoza. O que fuera Michel Aime Pouget, un agrónomo francés, el responsable de introducir al Malbec en el país, oriundo del Sudoeste francés, con el propósito de mejorar la vitivinicultura local. Cada año esta celebración pone en copa de todos al Malbec, el mejor vino que se elabora en la Argentina; donde está la mayor cantidad de hectáreas plantadas (casi 47.000). Y si bien sus virtudes están fuera de discusión, el desafío es que deje de ser un cepaje original a nivel global, y pase a ser considerado a la altura de los mejores exponentes tintos como son el Cabernet Sauvignon y el Pinot Noir.
Para ello la comunicación y difusión internacional es fundamental. Se sabe que en el Viejo Mundo no se preocupan por conquistar otros mercados de la mano de sus varietales, sino que son las zonas las que importan.
Pero en el nuevo mundo, sus regiones aún no son tan reconocidas como las uvas. Fueron los americanos, a fines de los sesenta, quienes introdujeron la importancia del nombre de las cepas en las etiquetas, simplemente porque no podían competir con los terruños europeos. Resultando una estrategia muy efectiva para todos los nuevos productores, incluida la Argentina. Sin embargo, el varietalismo como concepto, no tiene tanta profundidad como los vinos de lugar. No obstante, para lograr grandes vinos de terruño se necesita una gran uva que logre expresar esos lugares en las copas, y el Malbec es una de ellas.
Malbec argentino, un gran vino de terruño
Sin dudas, más allá de la cantidad de exponentes y de los altos puntajes logrados a manos de la crítica internacional, el hito más importante que ha logrado el Malbec argentino fue poder demostrar científicamente que reflejaba el terruño. Todo quedó documentado en un estudio publicado en la revista Scientific Reports, que explica por qué los Malbec no son todos iguales, desterrando cualquier polémica.
A partir de la investigación de terruño más extensa jamás realizada para cualquier variedad de vino, el Catena Institute of Wine comprobó científicamente la capacidad que tiene el Malbec de transmitir el lugar, tal como sucede con las uvas más famosas en las regiones más prestigiosas del Viejo Mundo. Así, por primera vez un estudio demostró que el efecto del terroir puede ser explicado químicamente a través de diferentes cosechas, desde pequeñas parcelas hasta grandes regiones, y con un 100% de efectividad en las predicciones.
El (ahora) Dr. Roy Urvieta; responsable enológico de la entidad creada por Laura Catena hace más de 25 años; es uno de los autores principales del estudio. Dichos resultados, prueba irrefutable de la existencia del terruño y su persistencia a través de las añadas, ya están disponibles para todos.
Dentro de la comunidad científica se suele decir que si no se publica no existe. Por lo tanto, publicar el resultado de un trabajo de muchos años es un hito, porque más allá que todos puedan acceder y usar en beneficio propio la información, para otros investigadores puede significar el punto de partida para nuevos hallazgos. Y si bien esto no cambió ni mejoró los Malbec, significó un paso más en la demostración que el cepaje emblema de la Argentina tiene personalidad propia y puede integrar la elite de las variedades clásicas del mundo junto al Pinot Noir, el Cabernet Sauvignon y la Chardonnay.
Mientras tanto, el Malbec sigue avanzando a paso firme y reflejando un crecimiento sostenido. Con 46.941 hectáreas plantadas en Argentina, la variedad representa el 24.9% del total destinado para elaboración en el país y el 41.5% de la superficie de uvas tintas, siendo un año más la variedad más extensamente cultivada.
De este modo, el Malbec Argentino refuerza su liderazgo, habiendo incrementado su superficie en un 195% desde el año 2010. En términos de distribución por provincia, nuevamente, Mendoza encabeza el ranking con mayor superficie del varietal, con el 84.4% (39.635 ha), seguida de San Juan con el 6.19% (2.905 ha), y Salta con el 3.82% (1.793 ha). Asimismo, continúa siendo la variedad con mayor producción. En materia de exportaciones, el 2023 cerró con 1.212.645 hl de Malbec comercializados en el mercado externo, representando el 69.3% del volumen total de varietales exportados, y el equivalente a USD 410.5 millones, según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura.
El destino (y la naturaleza) le jugó una buena pasada a la Argentina, porque le brindó una uva tinta que casi nadie tiene. Además, creció de su mano y se posicionó en el mundo, ya no solo como gran productor de vinos sino como gran productor de muy buenos vinos. Claro que las personas siempre tuvieron un rol fundamental, primero con los inmigrantes y luego con las nuevas generaciones que, en muchos casos, mejoraron lo hecho. Y entre todos forjaron un gran presente. Pero en realidad, si no fuese por ese cepaje no habría futuro promisorio.
El Malbec abrió las puertas de los principales mercados de consumo, y le permite (como ningún otro) al vino nacional, codearse con los mejores exponentes internacionales.
Su versatilidad y capacidad de adaptación permitieron descubrir nuevos terruños, con una diversidad de estilos como pocas uvas pueden ofrecer.
Más allá de Francia con varios vinos, de Italia con el Sangiovese, de España con el Tempranillo y de Alemania con el Riesling, no se asocia a un país con una uva. Quizás en su momento Australia con el Syrah (o Shiraz), pero ya sin tanta fuerza.
Hoy, Malbec es sinónimo de Argentina por más que la variedad sea francesa, y eso es una gran ventaja competitiva. Además de su destacada y reconocida relación calidad-precio; donde entra el Malbec, se queda. Porque es un vino expresivo, amable y fresco, con cuerpo para acompañar un sin fin de comidas, y siempre con texturas dóciles. Para los hacedores, el Malbec sigue siendo la variedad que mejor expresa cada lugar y la interpretación de esos lugares.
Por eso es el mayor protagonista de las novedades y el más diverso en estilos. Los winemakers siempre aseguran que el mejor vino será el próximo. Esto se debe a que el conocimiento acumulado posibilita mejores decisiones en viñedo y en bodega, y así lograr mejores vinos. Pero para ser cada vez más sólido y consistente, el estudio y la ciencia son fundamentales, aunque el arte sea más importante para muchos.
1. Antigal One La Dolores Single Vineyard Malbec 2020
Antigal Winery & Estates, Mendoza, Valle de Uco, Gualtallary
Sin dudas, hay una interpretación más clásica de Gualtallary en este vino de aromas equilibrados a frutas rojas maduras, con dejos ahumados y hasta cárnicos, propios de una larga crianza. Sus taninos firmes resaltan esas notas sobre el final de boca y lo convierten en un Malbec ideal para acompañar platos de cocina de olla. Beber entre 2024 y 2026.
90 puntos
2. El Esteco Blend de Extremos Malbec 2022
Bodega El Esteco, Salta, Altos Valles Calchaquíes
Alejandro Pepa es uno de los enólogos que ha revolucionado los vinos salteños, fruto de su pasión y búsqueda, desafiando muchas veces los límites naturales. Es así que logra este Malbec combinando uvas de Cafayate y Chañar Punco. Dos enclaves icónicos de los Altas Valles Calchaquíes.
Resulta un tinto expresivo, con un carácter entre frutado y vegetal profundo y taninos amables. Beber entre 2024 y 2026.
90,5 puntos
3. Casa Boher Agrelo Malbec 2021
Rosell Boher, Mendoza, Luján de Cuyo
El nuevo integrante de la línea Casa Boher Fincas es un vino moderno y expresivo con más cuerpo que su par de San Pablo. La diferencia también está en su paso más consistente por boca y sus expresiones más de frutas negras. Voluptuoso y con una potencia agradable, refleja muy bien el carácter de lugar y la fuerza de las plantas jóvenes. Beber entre 2024 y 2026.
91 puntos
4. Trapiche Gran Medalla Malbec 2019
Trapiche, Mendoza, Valle de Uco, Los Árboles
Para elaborar este Malbec se eligen uvas de parcelas seleccionadas en Finca Las Piedras, Valle de Uco, y con los años el vino va sumando carácter de lugar a su tipicidad varietal. De aromas intensos y buen cuerpo, con notas de frutas negras maduras y la madera muy bien integrada.
Los taninos se mantienen firmes y resaltan las notas de especias y de crianza en el final de boca. Beber entre 2024 y 2027.
91 puntos
5. Disruptivo Malbec 2021
Anaia Wines, Mendoza, Luján de Cuyo, Agrelo
El joven enólogo Gonzalo Serrano Alou le está agarrando la mano a los mates (las vasijas de concreto en las que se fermenta la mayoría de los vinos de la casa). Aquí logra un Malbec de aromas equilibrados, trago mordiente y moderno, con agarre y cierta frescura. No es tan profundo, pero sí muy vivaz, y ostenta un buen potencial. Beber entre 2024 y 2028.
91,5 Puntos
6. Flechas de los Andes Gran Malbec 2020
Flechas de los Andes, Mendoza, Valle de Uco, Tunuyán
Mucha historia hay detrás de este Malbec argentino de la era moderna. Elaborado desde siempre con uvas propias y por las mismas manos de Pablo Richardi, que en cada vendimia se supera al ritmo del equilibrio del viñedo y el carácter de lugar, más allá de los efectos de cada cosecha.
De paladar amable y con buen agarre, bien apoyado en la fruta, con leves toques vegetales. De paso tenso, con la madera bien integrada. Y si bien no es tan profundo en su trago, propio de la cosecha, mantiene su estirpe de lugar. Beber entre 2024 y 2027.
91,5 Puntos
7. Luigi Bosca de Sangre DOC Malbec 2021
Luigi Bosca, Mendoza, Luján de Cuyo
Es uno de los primeros vinos argentinos con Denominación de Origen Controlada, con su primera cosecha en 1991. Las uvas provienen de antiguos viñedos ubicados en los distritos de Vistalba, Las Compuertas y Agrelo, entre los 960 y los 1100 msnm. De aromas compactos a fruta roja, “classy” con carácter. Paladar franco y amable, con la madera muy bien integrada. Beber entre 2024 y 2028.
91,5 Puntos
8. Renacer Malbec 2019
Renacer, Mendoza
Combinación de uvas de Paraje Altamira, Gualtallary y El Cepillo en el Valle de Uco, y una parte aportada por Perdriel (Luján de Cuyo, donde está la bodega). Así se logra este Malbec de paladar fluido, pero que llena la boca con sus texturas finas, que a su vez resaltan el carácter típico de frutas de baya con dejos ahumados suaves de la crianza (24 meses en barricas). Es un vino que aún tiene mucho camino por recorrer. Beber entre 2024 y 2028.
91,5 puntos
9. Enzo Bianchi Gran Malbec 2020
Bianchi, Mendoza, Valle de Uco, Los Chacayes
Este Single Vineyard & Single Parcel no solo es un nuevo homenaje a don Enzo Bianchi, sino que marca un hito en la historia de la bodega, porque es el primer “Enzo” del Valle de Uco.
Un imponente Malbec de Los Chacayes, de aromas equilibrados y completos. Con buen cuerpo, algo más “classy” en esta cosecha, pero con frescura y volumen. También, paso mordiente que resalta su buen potencial. Beber entre 2024 y 2028.
93 puntos
10. Gran Pulenta Estate X Malbec 2019
Pulenta Estate, Mendoza, Valle de Uco
Para lograr este Malbec se seleccionan uvas de Los Árboles y Gualtallary, y se realiza una elaboración muy cuidada con una compleja crianza en barricas de roble francés.
Sus aromas son delicados e integrados, con suaves notas de roble. Taninos granulosos finos, con tensión y buen potencial. En su refrescante profundidad se aprecia la delicadeza de su carácter frutado. Beber entre 2025 y 2029.
93 puntos