Qué es el Método Wim Hof y por qué puede cambiar la vida de quiénes lo practican

La técnica se basa en la exposición al frío y promete una transformación física y mental. Franco Recht, uno de los primeros instructores argentinos, contó a La Fórmula Podcast su propia experiencia de constancia, disciplina y compromiso

Guardar
Wim Hof logró demostrar que podemos incidir e influenciar nuestro sistema inmunológico. Su método tiene tres pilares: respiración, exposición gradual y consciente, y compromiso. En 2012, tras realizarse una prueba para medir su capacidad de respuesta inmunológica, aseguró que aquellos que prueben su método por 4 días tienen resultados similares. Una afirmación que logro confirmar luego de que un grupo de voluntarios se sometieron al mismo proceso, con un 80% de ellos con similitud de resultados. De ahí nace el método y la evidencia científica de que podemos incidir en nuestro cuerpo.

Franco Recht asegura que ha experimentado una gran transformación en su vida. Las razones las explicará él mismo en esta nota. Es uno de los pocos argentinos que enseña el Método Wim Hof, una técnica conocida globalmente, que combina la exposición al frío con la respiración y la concentración.

Con 29 años, ha superado sus propios problemas de salud de la infancia con esta práctica que estimula el sistema inmunológico, fortalece la disciplina. Su historia inspiradora refleja cómo el compromiso y el esfuerzo pueden llevar a superar obstáculos y alcanzar las metas. Recht fue el segundo argentino en difundir esta práctica en Argentina, donde cada día genera mayor interés.

En diálogo con La Fórmula Podcast dio detalles sobre el origen del método que practica y los cambios que ejerce sobre el cuerpo y la mente. Rechaza que pueda ser efectivo para bajar de peso y asegura que trata de transmitir a las personas que instruye que el objetivo fundamental es la constancia y la disciplina para “estar preparados para lo imponderable” de la vida.

Para Franco Recht, una buena
Para Franco Recht, una buena vida se construye sobre la base de pequeños buenos hábitos y metas claras, donde la ambición juega un papel positivo en la búsqueda constante de la mejora personal.

— ¿Qué es el Método Wim Hof?

— El método Wim Hof , como lo dice la palabra, es un método que creó un señor que se llama Wim Hof, que es un holandés que tiene 65 años. Logró demostrar que podemos incidir e influenciar nuestro sistema inmunológico. Tiene tres pilares: Uno es un protocolo de respiración particular; el segundo es la exposición gradual y consciente al frío, —yo le agrego coherente—; y el tercero es el compromiso. Y si bien el tercero es el más subjetivo, sin él no sucederían los primeros dos. Ha roto 27 récords mundiales relacionados al frío y al uso de la mente como algo que está más allá de su parte física, porque el tipo empezó a romper récords a los 42 años y no era alguien que había ido al CeNARD [Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo] o era un deportista olímpico.

—¿Cuáles eran esos récords?

— Por ejemplo uno de los récords es que estuvo 1 hora y 58 minutos con hielo sin que le baje la temperatura corporal. Después, otro récord, fue que subió los 7.800 metros del Everest en pantalones cortos y en antiparras y sin remera. Corrió una maratón en el desierto de Namibia sin tomar agua y después descalzo corrió media maratón en el círculo polar Ártico, en Finlandia. Hoy día no sostiene ninguno de esos récords, siempre hay alguien que empuja un poco más la vara, un minuto más y así, pero él fue el camino.

En 2012 él se enteró que en Holanda, el doctor [Peter] Pickkers, le inyectaba Escherichia coli a voluntarios para medir la capacidad de respuesta. Lo había hecho con 100 voluntarios, Wim sería el 101. Cuando se la inyectaron a él, demostró que podemos incidir e influenciar nuestro sistema inmunológico, vale decir que no reaccionó ante la endodoxemia [presencia de endotoxinas bacterianas en la sangre que se caracteriza por una exagerada respuesta inflamatoria]. Ahí el médico le dijo: “Hay evidencias, pero vos podes ser uno en un millón”. Y él le dijo: “No soy yo, es el método”.

Para hablar de beneficios se requiere de una conducta y practicamos el método Wim Hof para estar preparados para lo imponderable. A todos nos pasan cosas tanto buenas como malas, positivas como negativas, pero lo gánico dura nada. A veces tenés ganas y después se te fueron, pero la disciplina va por otro lado.

A partir de ahí llamaron a voluntarios. Y le preguntó al médico “¿cuántos días una persona “normal”, que no se mete al agua fría desde los 17 años, tardaría en obtener los mismo resultados que vos?”. Y él le dijo “cuatro días”. Se llevó cuatro días a un grupo de 18 personas a Polonia y dos semanas más tarde, en Holanda, a este grupo de 18 personas, con otros 12 voluntarios —o sea un grupo de 30 personas—, les inyectaron la misma endodoxemia que a los primeros 100 voluntarios y los que entrenaron con Wim tuvieron un 80% de similitud con los resultados de él. A partir de ahí nace el método como tal, ya que hay evidencia científica de que podemos incidir en nuestro cuerpo.

— Hay algunos beneficios del método que hoy recorren internet que parecieran ser los más buscados: Adelgazar, bajar la inflamación, generar dopamina

— En lo personal trato de abordar la práctica de otra manera y desde otro ángulo. Creo que si vas a abordar la práctica con el plan de adelgazar estás haciendo todo mal y no va a ser sostenible en el tiempo. Creo en la constancia y creo en que para hablar de beneficios se requiere de una conducta. Entonces yo abordo la actividad, y cuando la enseño, con los protocolos, no te vendo magia.

Si esa es la manera de abordar esta práctica, hay ahí un factor bastante problemático, que puede traer consecuencias no positivas y además va a ser una práctica que no va a ser sostenida en el tiempo, porque esa persona se va a meter al agua para aguantar, por ejemplo, hasta temblar, porque piensa que si tiembla entonces activa metabólicamente la grasa parda y ahí podes tener una buenas contracturas, una buena migraña, un sinfín de situaciones negativas.

Franco Recht, el argentino que
Franco Recht, el argentino que a sus 29 años promueve el Método Wim Hof en el país, encontró en la práctica una solución a sus problemas de salud de la infancia, demostrando la fuerza de la disciplina y el compromiso personal.

— ¿Cuánto tiempo te llevó empezar a disfrutarlo?

— No sé si fue un tiempo, si fue el click, si fue un día que me encontré en paz, si fue una propuesta, no sé si fue el huevo o la gallina, pero lo seguí haciendo. Hay gente que le toma más tiempo, gente que le toma menos tiempo. A mí me encanta nadar en la pileta, decía “¿cómo puede ser que no le encuentre todavía el regocijo en el mar?”, y estuve lejos de forzarlo. Eso es otra cosa que también Wim Hof plantea mucho con el agua fría: nunca hay que forzarlo. Si el abordaje viene de querer bajar de peso hay algo que querés forzar.

— Pero la única manera de que yo pueda meterme todos los días al agua fría es forzándome, porque ganas no voy a tener nunca.

— A eso voy, lo gánico dura nada, a veces tenés ganas, después se te fueron, vienen y van, como un pensamiento, la disciplina va por otro lado, no lo haces porque tenés ganas. Tengo una teoría de que hay más beneficios cuando uno se expone a la ducha, porque cuando vas a la ducha tenés dos canillas y hay una sinapsis que se genera de elegir algo que no te gusta pero no es fatal, no es lo más grave del mundo. Es la realidad, ganas nunca vas a tener, yo tampoco tengo ganas de ducharme a la mañana.

Estamos todos, casi todos los días, frente a situaciones de imponderables que están fuera de tu alcance y que hay que saber manejarlas y transitarlas. Si vos decís algo que al final no haces, en tu cerebro ya está el circuito. Por ejemplo, si dije: “Voy a ir gimnasio” y no fui, ya no me lo creo. Entonces, si ya no te crees vos, nadie te va a creer. Mi lema es “todos los días un poco” porque no busco resultados y me prepara para imponderables.

Eso es lo que trato de transmitirle a las personas a las que les enseño el método: Practicamos el método Wim Hof para estar preparados para lo imponderable, nadie está exento de lo imponderable, a todos nos pasan cosas tanto buenas como malas, positivas como negativas, y creo que lo único que aprendemos, por ejemplo en el frío, es un patrón de respiración para bajar las pulsaciones en una situación de estrés. O sea el frío hace que las pulsaciones y el corazón se disparen, la adrenalina, y uno puede interpretar el dolor y ahí es cuando uno, en minuto y medio, dos minutos que estamos en el agua fría, inhalamos por nariz y exhalamos por boca y bajamos las pulsaciones. Ahí hago hincapié con la enseñanza.

Estoy seguro que las decisiones que tomes van a ser más acertadas porque vas a estar más calma, yo no creo que por hacer el método vas a ser mejor persona, vas a tomar las decisiones correctas, pero si estás calmo y tus pulsaciones están bajas vas a tomar una decisión más acertada, eso creo yo.

— Es decir, que lo practicás más por un beneficio de generar en vos una resiliencia y un carácter más duro que por los beneficios de bajar la inflamación, elevar tu dopamina.

El neerlandés Wim Hof, creador
El neerlandés Wim Hof, creador del método, ha batido varios record y mostró la fortaleza que aportó esta práctica a su sistema inmunológico (@iceman_hof)

— Somos todos distintos y parto de la base de la bio individualidad, de que somos todos realmente distintos, hay que confiar en los procesos, ser pacientes. El agua fría no es una pastilla, con esto quiero decir cómo abordo yo esta práctica y por qué me cambió la vida, porque no es que me quiero convertir en más duro y ante una situación digo “soy refuerte, me la rebanco”, sino que tengo perspectiva, estoy un poco más calmo. Genera la paciencia y en la constancia está este beneficio de que podés proponerte algo y hacerlo.

— ¿Qué es una buena vida para vos?

— Es una sumatoria de buenos micro hábitos. Creo que tener metas. Creo que somos todos diferentes, para mí es clave tener ambiciones y ser ambicioso, se suele pensar que la ambición es algo peyorativo y siempre está asociado a lo económico. No creo que haya una ambición correcta o incorrecta, pero sí abrazar esa ambición y mandarle mecha y después si no fue, proponer otra, porque claramente como lo lograste en esa, dudo que no puedas proponerte otra y cumplirla.

La exposición al frío incide
La exposición al frío incide en el sistema inmunológico del organismo, según un trabajo científico del que participó Wim Hof (Getty Images)

Por eso creo en la bio individualidad y para mí lejos de ser un militar y decirte “hacelo todo, corré diez kilómetros a la mañana”, todos los días un poco, cada uno sabe qué es un poco en su rutina. Tal vez un poco fue llegar cinco minutos antes del trabajo ese día. Para mí una buena vida es que vos seas tu mejor amigo, porque al final el resto no te importa, al final a la noche estás sola o solo, te vas a acostar con tus propios pensamientos y si tu cabeza es una montaña rusa que no podes parar nunca, nada de lo que hagas va a servir. Insisto con esto, el punto de partida sería confiar en que si haces todos los días un poco vas a estar mejor.

El otro día dijiste “nunca tengo ganas, pero nunca me arrepiento”, y me encantó.

— Sí, sin lugar a dudas. A eso voy cuando hablo de qué es una buena vida, mezclando un poco de todo, qué es una buena vida, nunca tuve ganas pero tampoco me arrepiento de someter al cuerpo, porque estoy al aire libre, por ejemplo al mar, nunca dije “che, me muero de ganas”, pero nunca me arrepentí.

La Fórmula con Franco Recht
Guardar