El renacer sexual después de los 50: cómo encarar esta etapa en pareja

La transición vincular es una nuevo período en la vida afectiva marcado por los cambios hormonales pero también por más libertad para el placer

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 La vida sexual no
La vida sexual no decrece necesariamente con la edad, se reformula (Getty)

La disociación entre el cuerpo y el sentir sería cada vez más profunda si no hiciéramos nada para compensar la pérdida de funciones entrada la madurez. Desde hace décadas existe la cultura del cuidado físico y mental, la prevención de enfermedades y la promoción de la vida social, tanto que si no lo hacés, la recomendación externa te lo recordará.

Hacer ejercicio, yoga, meditación, reunirse con amistades, salir en pareja, hacer consultas médicas periódicas, etc., rompe con la imagen de la madurez de generaciones pasadas.

Las parejas que ingresan en este período lo hacen como algo natural, sin embargo, es una etapa que merece atención por los cambios físicos relacionados con la baja de hormonas, y, fundamentalmente, por cómo se afecta la vida afectiva y sexual.

Se denomina etapa de transición vincular a este momento especial en la vida de la pareja apenas aparecen los cambios hormonales en mujeres (menopausia) y en hombres (Hipogonadismo tardío o Andropausia).

¿Qué es la transición vincular?

Explorar nuevas prácticas sexuales puede
Explorar nuevas prácticas sexuales puede enriquecer la relación y mejorar el ánimo (Getty)

La transición vincular se considera una etapa en sí misma y no un mero paso a la madurez signada por creencias, por ideas previas de lo que tiene que pasar. Las mujeres atribuyen sus cambios de ánimo, la falta de deseo y la sequedad vaginal a la baja de estrógenos y los hombres suponen que han entrado en la andropausia cuando sus penes no logran buenas erecciones.

Sin embargo, existen diferencias: las mujeres esperan y saben de antemano las modificaciones menopáusicas, en cambio, los hombres desconocen los síntomas de la andropausia y solo un porcentaje de ellos la sufren o pueden tener niveles bajos de testosterona y cursar en forma subclínica.

Si bien los cambios hormonales están y pueden afectar el estado de ánimo y las funciones sexuales, hay mucho de creencia, de mito impostado, que limita a las personas más allá de lo físico. Un estudio publicado en The Journal of Sexual Medicine de octubre de 2023 reveló que los años de convivencia, la falta de nuevos estímulos y la adaptación a sufrir disfunciones sexuales sin buscar ayuda profesional superan a los factores físicos esperables a esa edad.

Una encuesta informó que las mujeres de 50 años en una nueva relación tienen relaciones sexuales con más frecuencia que las mujeres de 30 años que tienen una relación establecida durante más de 10 años. Como tal, la nueva relación puede condicionar un cambio que supere el déficit hormonal asociado a la menopausia.

Hacer ejercicio, yoga, meditación, reunirse
Hacer ejercicio, yoga, meditación, reunirse con amistades, salir en pareja, hacer consultas médicas periódicas, etc., rompe con la imagen de la madurez de generaciones pasadas (Getty)

Los cambios en la salud mental no dependen únicamente de las hormonas; sin embargo, la ausencia de hormonas afecta directamente el estado de ánimo y la evolución de las condiciones psiquiátricas.

¿Qué hacer? Para las parejas convivientes o no, romper con el mito de que las funciones sexuales decrecen por la edad, es el primer paso para promover cambios en la relación. Es frecuente que las parejas repitan el mismo modelo de estimulación que les ha resultado eficaz durante toda la adultez joven.

El erotismo y el sexo se acomodan fácilmente a lo conocido, no sea cosa de probar algo nuevo y “fallar”. Sin embargo, en la transición vincular animarse a nuevas prácticas ayuda y mucho a enriquecer las funciones sexuales con la consiguiente mejoría en el ánimo y en la estima.

Mujeres de 50 años en
Mujeres de 50 años en nuevas relaciones pueden llegar a tener más actividad sexual que las de 30 (Imagen Ilustrativa Infobae)
  1. Recuperar el contacto corporal, la comunicación, las salidas juntos, es un primer paso, es decir, darle prioridad a la pareja.
  2. No dar por sentado que los cambios físicos de la menopausia o la andropausia (hipogonadismo tardío) son la causa de los problemas sexuales.
  3. Si parecen problemas físicos como sequedad vaginal, dispareunia (dolor durante el coito), bajo deseo sexual, pérdida de erección, eyaculaciones débiles, no adaptarse al problema pensando que no tiene solución.
  4. Es frecuente que los problemas sexuales se naturalicen, provocando conflictos que no se resuelven.
  5. Si bien el problema puede aparecer en un integrante de la pareja, esto afecta al vínculo y del vínculo entre dos debe surgir la comprensión y la solución.
  6. La transición no es para dejar todo como está, se denomina así porque alude a modificaciones que debe realizar la pareja para mejorar la relación y la satisfacción anímica y sexual.
  7. La transición es un “volver a empezar”, una inflexión que tiene la riqueza de lo vivido y las ganas de aventurarse a lo nuevo.
  8. Cada pareja construye su propio estilo de relación, mucho más en este momento, sin dejarse llevar por los estereotipos sociales y culturales.
  9. El cuerpo no debe estar sujeto a prejuicios, pudores, comparaciones, nada que impida el libre ejercicio de la sexualidad.
  10. El uso de fármacos, de geles lubricantes, de óvulos, de medicación para la erección, son todos recursos que actúan sobre el síntoma puntual, el resto (y es mucho) le corresponde a la pareja.

*Walter Ghedin, (MN 74.794), es médico psiquiatra y sexólogo

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