La tradición de las 12 uvas durante a las 12 de la noche del Año Nuevo se transforma en un ritual en numerosos países hispanohablantes. La tradición llegó a América Latina desde España como una forma de atraer la buena suerte y la prosperidad durante los 12 meses del año. Cada uva se consume al sonido de las campanadas de medianoche.
Según el periodista estadounidense Jeff Koehler en su libro “España”, existen dos teorías sobre el origen de esta costumbre. La primera se remonta a la década de 1880, cuando la clase burguesa española comenzó a celebrar la Nochevieja de manera similar a la francesa, consumiendo uvas y vino espumante. Esta tradición eventualmente se extendió a ciertos madrileños que se reunían en la Puerta del Sol para escuchar las campanadas de medianoche y, quizás de manera irónica o como una burla hacia la clase alta, también empezaron a comer uvas.
Esta costumbre no solo busca atraer la buena suerte, sino que, además, el consumo de estas frutas trae consigo beneficios para la salud, de acuerdo con diversas investigaciones. Según información provista por la Fundación Española de la Nutrición, este fruto contiene azúcares de rápida absorción, tales como glucosa, fructosa, sacarosa, dextrosa y levulosa, lo que contribuye a su perfil energético. Además, su riqueza en minerales es notoria, ya que se destaca la presencia de magnesio, potasio, fósforo y calcio, entre otros elementos esenciales para el organismo.
Las uvas benefician a la salud ocular
Un estudio realizado en Singapur, que se publicó en la revista Food and Function evaluó el impacto del consumo diario de uvas en adultos mayores, mediante un ensayo controlado y aleatorio de 16 semanas. La conclusión especificó que la ingesta regular de esta fruta podría tener efectos positivos en la visión de los participantes, posiblemente debido a un aumento en la densidad del pigmento macular y una mejora en los niveles de antioxidantes y fenoles en el plasma.
Control de la presión arterial
La Fundación Española del Corazón ha destacado que consumir un racimo de uvas contribuye a más del 15 % del requerimiento cotidiano de potasio, mineral clave en la reducción del sodio y, consecuentemente, en el control de la presión arterial. Por lo que, estas frutas se convierten en un aliado importante para quienes padecen hipertensión y necesitan regular sus niveles.
Mejor control del colesterol
Un estudio piloto, que se difundió en Nutrients, investigó cómo afecta la ingesta de 46 g diarios de polvo de uva en la salud intestinal y el manejo de lípidos en personas saludables. Durante ocho semanas, los participantes siguieron una dieta baja en polifenoles, añadiendo el polvo de este fruto en la segunda mitad del experimento.
Los resultados señalaron un enriquecimiento de la diversidad y ciertas especies microbianas beneficiosas en el intestino. Paralelamente, se constató que este consumo tuvo efectos positivos en el control de lípidos en sangre; redujo el colesterol total y el ‘bueno’ HDL, así como mostró una tendencia a bajar el colesterol ‘malo’ LDL y disminuyó notablemente los ácidos biliares.
En la misma línea, una revisión de estudios, que se publicó en la revista Molecules, resaltó los efectos positivos de los polifenoles presentes en la uva y el vino en enfermedades cardiovasculares (ECV), pues destacan su capacidad para inhibir la agregación plaquetaria, minimizar la oxidación de colesterol malo (LDL) y disminuir el estrés oxidativo. Se sugiere que las uvas mejoran el perfil lipídico y modulan la presión arterial y la inflamación.
No obstante, los datos sobre su rol en el manejo de la diabetes tipo 2 son menos concluyentes. Por esa razón, los autores recalcan que se requieren de estudios más amplios y mejor diseñados antes de poder hacer recomendaciones sobre la cantidad de ingesta, el período y el tipo de producto de uva.
Su consumo está relacionado con una mejora en el desarrollo cognitivo
Un estudio reciente con un grupo reducido de adultos jóvenes y sanos, que fue publicado en European Journal of Nutrition, ha revelado que el consumo de jugo de uva morada podría propiciar mejoras en ciertas funciones cognitivas y el estado anímico. Sin embargo, no se apreciaron cambios significativos en la memoria, lo que insinúa que este aspecto cognitivo podría no verse afectado de forma inmediata tras la ingesta de este tipo de suplemento en individuos jóvenes y saludables.
Los posibles mecanismos que podrían explicar estos beneficios incluyen una mejora en la circulación cerebral y un mejor control de los niveles de azúcar en sangre, aunque los autores detallaron que todos aspectos que ameritan una investigación más detallada.
Asimismo, un estudio publicado por Neurochemistry International ha identificado el potencial de compuestos polifenólicos presentes en la uva, que muestran efectos beneficiosos como la inhibición de la formación de placas amiloides, propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y neurotróficas, proponiéndose como nuevas alternativas para abordar los mecanismos patológicos del Alzheimer.
Los autores señalan que, si bien los polifenoles muestran efectos beneficiosos al atacar varios mecanismos de la enfermedad, es crucial desarrollar un conocimiento más profundo sobre su funcionamiento para informar los esfuerzos futuros en la búsqueda de terapias. La investigación continúa siendo esencial para traducir estos hallazgos preclínicos en intervenciones clínicas exitosas.
¿De qué trata la costumbre de las 12 uvas?
Es un ritual de origen español que se lleva a cabo durante las campanadas del reloj a medianoche del 31 de diciembre, en la víspera del Año Nuevo.
La gente consume un fruto con cada golpe del sonido ceremonial, completando una docena, que está destinada a representar los deseos o la buena fortuna para cada mes del nuevo ciclo que inicia.
Dicha tradición se ha propagado por diversas naciones de lengua española y forma una parte de las tradiciones más extendidas para recibir el nuevo año.