Confiar en el entrenador y respetarlo, las dos claves para el progreso de todo corredor

El potencial para mejorar está en nosotros, pero se necesita un rumbo para lograrlo. Aquí, una serie de pautas para mejorar el rendimiento

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Confiar en el entrenador - Santiago García

Dos máximas que ayudarán a todo corredor: confiar en el entrenador y hacerle caso a todo lo que nos dice.

Son dos ideas muy sencillas que van unidas y, sin embargo, muchos no las entienden y terminan perdiendo la mejor oportunidad que tienen para alcanzar el verdadero progreso. Gran cantidad de corredores entrenan solos, pero un número muy grande lo hace con la guía de un entrenador. Desde acá recomendamos esto último, porque no tiene precio el tener un plan armado por alguien que sabe y nos indica el camino.

La confianza en el entrenador es muy importante. Sin esa confianza se hace muy difícil entregarse a cumplir con un plan de entrenamiento. Los conocimientos que esa persona aplica para entrenarnos, nos llevarán por el buen camino, nos ahorrarán dolores de cabeza y nos permitirán, con el tiempo, obtener los mejores resultados posibles.

Seguir las instrucciones completas del
Seguir las instrucciones completas del entrenador es esencial para validar la efectividad del plan de entrenamiento. (Getty)

No siempre uno encuentra al entrenador en un primer intento. A veces esa relación de confianza no se da y hay que buscar en otro lado. No todos los entrenadores, incluso los buenos, funcionan con todos los corredores. Pero la confianza es el punto, sin eso, el entrenamiento no va a ser bueno y las ganas de progresar se van a ver entorpecidas por esa desconfianza.

Una vez establecido esto, queda claro que hay que hacerle caso en todo lo que nos dice. Si le hacemos caso en la mitad de las cosas y en la otra mitad no, nunca sabremos a ciencia cierta si nuestro camino es el correcto.

La confianza sirve para darnos la paciencia necesaria para respetar el proceso de aprendizaje cuyos resultados no siempre se ven rápidamente.

La guía de un buen
La guía de un buen entrenador es invaluable al proporcionar dirección y planes de entrenamiento personalizados (Getty)

Si nuestro entrenador nos da un plan y nosotros lo mezclamos con cosas que leímos en libros o en un tutorial o charlamos con otros corredores, nos arriesgamos a que estos planes se contradigan y, en consecuencia, no tengamos ni una cosa ni la otra. Dos planes de entrenamiento al mismo tiempo equivalen a ninguno.

Si vemos algo interesante fuera de lo que nos dice nuestro entrenador, hay que ser francos y planteárselo. O bien puede ser que lo integre o bien que nos explique porque está mal hacerlo.

Hay casos en los cuales los entrenadores arman planes de entrenamiento para corredores de elite y se lo aplican a los aficionados. Esto produce un progreso rápido pero peligroso. Se gana mucho al inicio y se lo pierde todo después. Hay que elegir entrenadores serios, responsables y capaces de adaptar sus ideas para todos y cada uno de los niveles.

También están los entrenadores que caen fácilmente en la rutina y en la complacencia, estancando a sus corredores. Hay que estar atentos a eso. Siempre hay que hablar, comunicarse, estar atentos. Por eso decimos que hay que confiar, porque si el plan no nos convence, debemos plantearlo o irnos a buscar a otro entrenador.

Dialogar constantemente con el entrenador
Dialogar constantemente con el entrenador sobre inquietudes y progresos es fundamental para ajustar el entrenamiento a las necesidades personales (Getty)

Pero atención corredores, ojo con proyectar nuestros errores en el entrenador. Es mucho más común de lo que se cree, que los corredores se frustren porque las cosas no les salen e inmediatamente culpan a alguien más, muchas veces al entrenador. Antes de caer en ese error hay que preguntarse todo lo que venimos analizando acá. ¿Le hicimos caso al entrenador? ¿Respetamos el plan de entrenamiento? ¿Confiamos en su criterio y hablamos frente a las dudas que surgieron? No hay que esconder lo que nos preocupa, hay que decirlo. Si no nos salen las cosas, contárselo, para buscar soluciones alternativas.

La confianza y el respeto deben ser mutuos. El entrenador debe ser respetuoso y confiar también en sus atletas. Manteniendo un vínculo positivo, más tarde o más temprano, los resultados llegarán. Hay muchos factores que no están en la sesión de entrenamiento, sino afuera, y muchas de esas cosas el entrenador no las ve.

Por eso hay que hablar si no podemos descansar bien, si la alimentación falla o si tenemos algo que altera nuestra agenda. Un buen entrenador y un buen corredor son una gran combinación.

No seremos corredores profesionales, pero sí vamos a buscar la mejor versión de nosotros mismos en cada momento de nuestra vida. Ese es el verdadero éxito de un corredor y su entrenador.

*Santiago García es maratonista, autor de los libros “Correr para vivir, vivir para correr” y “Volver a correr”. Completó la Six World Marathon Majors dos veces. En Instagram: @sangarciacorre.

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