Llegan las fiestas y con ellas las ganas de brindar y, si bien el vino más elegido por los argentinos para la ocasión sigue siendo el espumoso, muchas de las ocasiones festivas piden otro tipo de vinos.
Claro que en épocas de fiesta todos tienen ganas de brindar, y es por ello que tanto las reuniones familiares como las juntadas con amigos o de negocios, empiezan y terminar con brindis, y ese brindis es con burbujas.
Muchos en casa (y también en restaurantes) siguen utilizando la copa flauta o la copa abierta y chata, supuestamente inspirada en los pechos de María Antonieta. Y si bien ninguna de las dos es la más apta para apreciar un buen vino espumoso, son íconos de la celebración.
Aunque muchos no lo sepan, la mejor copa para servir un espumante es la de vino blanco. Sí, porque se trata de un vino y vinificado como blanco, más allá de sus burbujas. Este tipo de copas; siempre servida hasta el Ecuador (la parte más ancha), permite apreciar también sus burbujas, es cierto que no tanto por su recorrido, pero sí cuando llegan a la superficie. Además, al ser de boca más ancha, se pueden apreciar mejor los aromas sin que moleste el gas carbónico. Por último, es la manera en la que este tipo de copas permite que el espumoso entre en la boca, permitiendo sentir mejor el equilibrio de texturas entre las burbujas y la acidez.
La cultura local de las burbujas no es nueva, pensar que en 1927 se elaboró el primer vino método tradicional, y desde 1959 una de las casas más importantes de Champagne se estableció en Mendoza para elaborar ese tipo de vinos, por primera vez fuera de Francia. Ya pasaron 60 años de aquel hito que forjó el paladar de los argentinos y dio vida a la categoría más famosa a nivel local (Extra Brut), que ha trascendido las fronteras.
Desde entonces, los vinos espumosos o espumantes nacionales han evolucionado mucho. Porque más allá de los métodos —tradicional (botella por botella) o Charmat (en grandes tanques)—, la clave está en la uva, y en el lugar de donde proviene. Es que el clima continental desértico de la mayoría de las zonas vitivinícolas del país, favorece la buena madurez de las uvas, aunque a su vez esto atente contra su frescura natural, porque a medida que los granos generan azúcar pierden acidez, indispensable para un buen vino espumoso.
Es por ello que, más allá de emplear principalmente las mismas cepas que en la Champagne (Chardonnay y Pinot Noir), los hacedores privilegian los viñedos de altura, ya que bajan las temperaturas medias y se acentúa la amplitud térmica. Gracias a ello, comenzaron a surgir nuevos grandes espumantes nacionales, con tensión y profundidad.
Además, esta nueva calidad de uvas permitió, no solo captar mejor el carácter de un lugar, sino lograr vinos base que puedan desarrollar complejidad durante la segunda fermentación, ya que durante el contacto con lías se mantienen vivaces, adquiriendo atributos propios de los grandes exponentes. El más nítido y disfrutable es el equilibrio, dado por esa textura suave y casi cremosa que conforman las finas burbujas con la acidez natural del vino.
¿Qué vinos conviene tener en casa?
Y si bien en esta época de brindis conviene tener siempre a mano vinos espumosos listos para descorchar, hay ocasiones que piden otro tipo de vinos.
Ideal es disponer de un mínimo stock en casa, con al menos dos exponentes de cada tipo de vinos. Uno para un brindis informal y otro más especial, ya sea para acompañar una comida o bien como regalo.
Empezando por los vinos espumosos, y más allá de los gustos, el primero debería ser fresco y agradable, con el foco en la fruta como suelen ser los métodos Charmat. Mientras que el segundo, debería ser más complejo y equilibrado, con cuerpo y estructura, como los buenos exponentes del método tradicional.
Tener al menos una botella de cada en la heladera, y prever una frapera (con agua y hielo) para servirlo manteniendo la temperatura. O bien, colocarlo en el freezer unos treinta minutos antes del descorche. Otra opción son las botellas individuales (187cc), ideales para disfrutar solo o compartir una copa con alguien; ocupan poco espacio y se enfrían muy rápido.
En blancos, rosados y hasta naranjos (blancos vinificados como tintos), se puede jugar también con estilos diferentes. Por un lado, los más jóvenes y vivaces, suelen ser más simples y van bien para beber solos por copa, o acompañar comidas informales como ensaladas, pizzas y sushi. Mientras que los exponentes con más cuerpo son ideales para mesas más elaboradas. Una picada con quesos y fiambres seleccionados, un pescado al grill o un arroz, serán la mejor compañía.
También, este tipo de vinos son ideales para regalar, ya que los blancos y naranjos más pretenciosos, suelen venir en botellas más pesadas y mejor presentadas. Y muchos rosados de buena categoría se lucen con sus botellas que se asemejan más a frascos gigantes de perfume que a botellas de vino.
También en esta época, más allá del calor y de las fiestas, el tinto sigue siendo el vino más elegido, tanto sea por costumbre como por diversidad de propuestas. Lo cierto es que siempre conviene tener a mano un par de vinos tintos listos para descorchar. Una más joven y fresco, y otro más importante. Ya que, si bien ambos irán bien con carnes a la parrilla, se lucen en momentos diferentes. El primero, más ligero, puede servirse refrescado y al principio, acompañando la picada, el chorizo y la morcilla. Mientras que los que tienen más cuerpo, son ideales para los cortes principales. Claro que si hace calor también se pueden refrescar, aunque hay que tener más cuidado acá porque el frío potencia los taninos.
En todos los casos, los vinos deben ser refrescantes y acompañar el momento de la mejor manera, ya que, si bien no son las grandes protagonistas, pueden aportar mucho para que la celebración se inolvidable.
10 vinos recomendados para las fiestas
1- Terrazas de los Andes Malbec Rosé 2023
Terrazas de los Andes, El Peral, Valle de Uco $4500
En este vino la simpleza es contundente, por donde se lo mire y se lo tome. Su botella transparente y su etiqueta innovadora dejan apreciar sus tonos asalmonados brillantes. Y sus aromas y sabores son bien expresivos, a frutas rojas. Paladar refrescante y casi tenso que invita a seguir disfrutando de su gracia.
Puntos: 90
2- Criolla Argentina Torrontés Naranjo 2023
Niven Wines, Gualtallary, Valle de Uco $4600
El joven enólogo Lucas Niven divide su tiempo enológico entre vinos modernos de diversas zonas y el rescate de variedades tradicionales, pero siempre con una impronta muy original, como este naranjo de Torrontés, la uva criolla argentina más famosa. De aspecto turbio, pero etiqueta colorida. Sus aromas son evidentes, con cierta intensidad y toques florales. Paladar con texturas y dejos de oxidación que resaltan los amargos, texturas finas y final floral intenso.
Puntos: 90
3- Chandon Extra Brut
Bodegas Chandon, Mendoza $8700
Hay mucho equilibrio en este espumoso, el más consumido y disfrutado de la Argentina desde su creación en 1960. La clave de su evolución está́ en el origen de las uvas y en que cada vez se cosechan antes para mantener una acidez sostenida y una frescura más tensa, que aportan vivacidad a su paso por boca, resaltando su carácter frutal. Recientemente, fue elegido como el mejor espumoso argentino 2023 en la entrega de premios del Champagne & Sparkling Wine World Championships.
Puntos: 91
4- Bianco D’Uco Malvasía 2023
BIRA Wines, Valle de Uco $9.200
Hay un gran trabajo a partir de una búsqueda clara detrás de este vino blanco que está pensado para disfrutar sin vueltas. Que en su segunda edición ganó en boca, no solo en volumen sino también en definición de su expresión. Así Fede Isgro vuelve a sorprender con este vino austero a pesar de partir de una cepa aromática. De aromas frescos a frutas blancas y con una acidez sostenida. Un buen cuerpo que lo integra todo un final mordiente con leves dejos herbales secos. Muy claro en su mensaje. Beber entre 2023 y 2025.
Puntos: 91,5
5- Renacer Merlot Rosé 2022
Bodega Renacer, Gualtallary, Valle de Uco $11.750
Atractivo y elegante por fuera con aspecto intenso color piel de cebolla. Carácter algo maduro propio del cepaje, delicado y con frescura por dentro. De buen volumen y paladar franco, en el medio de boca se siente la fruta fresca y llena la boca con amabilidad y gracia. Ideal para lucirse en la mesa con entradas livianas. Beber entre 2023 y 2024.
Puntos: 90,5
6- Apuntes Naranjo 2022
Luigi Bosca, El Paraíso, Maipú $15.000
Cada año, el enólogo Pablo Cúneo sorprende con vinos alternativos de partidas limitadas. Elaborado con uvas Gewürztraminer y Viognier, posee un aspecto cobrizo intenso y a la vez opalescente, ya que no se filtra. Esto a su vez aporta intensidad a sus aromas florales y cítricos, y más profundidad en sus texturas. De paladar amplio, refrescante y sumamente expresivo. Ideal para servir como aperitivo o acompañando frutos de mar.
Puntos: 91,5
7- Proyecto Las Compuertas Criolla Gobelet 2022
Durigutti Family Winemakers, Las Compuertas, Mendoza $15,200
Héctor y Pablo Durigutti están revolucionando esta zona tradicional mendocina, no solo con sus vinos sino con las propuestas que ofrecen en su bodega, y más con las que se vendrán en breve. Es que es una zona con mucha historia, pero también con mucho carácter. Y eso se ve en este Criolla plantado de manera distinta (Gobelet), para respetar más la conformación del suelo. Fresco y con buen volumen, de trago mordiente fino, paladar franco y equilibrado. Es agradable y con texturas delicadas, los perfumes justos y final con leves dejos vegetales. Beber entre 2023 y 2024.
Puntos: 91
8- Achaval Ferrer Quimera Blanco 2022
Achaval Ferrer, Tupungato, Valle de Uco $17.000
El enólogo Gustavo Rearte sorprende con este flamante blend blanco, elaborado a partir de 63% Chardonnay, 23% Semillón, 10% Viognier y un 4% Sauvignon Blanc. De buen cuerpo y frescura, con un carácter de fruta blanca austera, limpio y amplio. Hay notas de lías, pero gana la fuerza del vino, generoso y elegante a la vez, de trago denso pero tenso, y eso da un equilibrio consistente y aporta persistencia. Beber entre 2023 y 2028.
Puntos: 92,5
9- DJ Mastrantonio Cabernet Franc 2018
Familia Mastrantonio, Valle de Uco, Mendoza $19.400
Es lo más nuevo de la línea joven de esta joven bodega que irrumpió en el mercado hace algunos años con la cosecha 2015. Las modas y la calidad de las uvas, llevaron a Sebastián Bisole (enólogo) y a Diego Mastrantonio (propietario) a elaborar este varietal por primera vez. Cómo los otros vinos de la línea (Malbec y Red Blend), es un tinto moderno y expresivo, de paladar fresco, con buena fluidez y cierto agarre. En su paso por boca hay una tipicidad y jugosidad. Es un tinto que se mantiene muy bien y cada vez con la madera mejor integrada. Beber entre 2023 y 2025.
Puntos: 92
10- Rosell Boher Grande Cuvée Millésimée 2018
Rosell Boher, Valle de Uco $44.000
Desde 1999 el enólogo Alejandro “Pepe” Martínez está detrás de la elaboración de este blend de Pinot Noir (85%) con toque de Chardonnay (15%), y más de 40 meses sobre sus lías, elaborado por el método tradicional. El paso del tiempo le aportó equilibrio a las viñas y experiencia al hacedor para lograr un vino con estilo propio más allá de la influencia de la añada. De paladar fresco y de buen volumen, con burbujas finas que resaltan su carácter herbal. De trago lago y amable. Beber entre 2023 y 2026.
Puntos: 93,5