Somos el espacio que habitamos y ese entorno en el que transcurrimos nuestras horas moldea e impregna nuestra salud mental. La pandemia nos ha dejado innumerables lecciones y la arquitectura no es ajena al antes y después marcado por la emergencia sanitaria que paralizó al mundo. Entre tantas cosas, aprendimos que ese espacio al que llamamos casa, donde vivimos y dormimos, es una de las piedras angulares de nuestro bienestar emocional.
La neurociencia ya había puesto el foco en el rol del diseño de los espacios interiores en el desarrollo del pensamiento positivo y la creatividad, y la pandemia no hizo más que catalizar y potenciar esas investigaciones. En ese campo, la Academia de Neurociencia para Arquitectura de Estados Unidos, es una de las instituciones que está a la vanguardia de los estudios de la neuro arquitectura y el neuro interiorismo.
“El diseño de un espacio puede ayudarnos a relajarnos o apoyar un estado mental creativo, cada aspecto del entorno influye sobre determinados procesos cerebrales, vinculados al estrés, la emoción y la memoria”, define la neurocientífica Eve Edelstein, quien desarrolló el primer programa de cursos de neurociencia para arquitectura en la New School of Architecture and Design de San Diego, EEUU.
Para ahondar en estos conceptos que vinculan la decoración y su impacto en la salud mental, Infobae dialogó con las diseñadoras de interiores María Fernanda Vilanova y Male Eirin, pioneras en Argentina del neuro interiorismo.
“Tu casa es el reflejo de lo que sos. Está comprobado por la ciencia que cuando una persona se encuentra en espacios que fomentan su bienestar genera más oxitocina y serotonina, por lo que se siente más plena y con mejor energía. Y el neuro interiorismo busca potenciar ese bienestar a través de diferentes recursos y herramientas ”, señala Eirin.
“El primer paso es escuchar al otro -dice Vilanova- para evaluar qué podemos aportar a su bienestar desde el diseño, que consiste no sólo en elegir un sillón que combine con la mesa o la alfombra, -aunque esto sea un tema importante- lo que buscamos es que la persona se identifique, que le encante el espacio y no se quiera ir porque se siente muy bien habitándolo”.
“Nuestra casa debe ser el estuche de la vida, para potenciar la felicidad”, coinciden las dos especialistas parafraseando a Le Corbusier, uno de los diseñadores más influyentes del siglo XX.
El neurointeriorismo es una disciplina que recorre un abanico muy grande de herramientas, quizás una de las más conocidas sea el mindfulness, una práctica filosófica que consiste fundamentalmente en el desarrollo de la atención plena y consciente en el presente, vivir y estar (habitar) en el aquí y ahora.
“A veces, por la rutina de la vida y la vorágine en que vivimos, uno no se cuestiona cosas como por qué tengo un cuadro en mi living hace 15 años si ya no me gusta. El mindfulness -comenta Eirin- es volver consciente las cosas, indagar en qué es lo que necesitas, porque no hay una receta única o estandarizada para todos, sino que cada uno tiene que hacer un trabajo de autoconocimiento que lleva su tiempo”.
Cinco claves del neuro interiorismo
1 - Materiales naturales
Las texturas y la nobleza de los materiales, tanto para el mobiliario como para la decoración y la iluminación, son un aspecto clave del neuro interiorismo. “Lo natural es un factor que ayuda a conectar con los sentidos, la madera, el algodón puro, la cerámica, todo aquello que proviene de la naturaleza hace que uno ´baje´ a tierra”, subraya Vilanova.
La idea es apuntar a un entramado en la decoración que equilibre el diseño, el bienestar y la funcionalidad. En esa búsqueda, el neuro interiorismo prioriza el diseño sensorial que active y haga desplegar todos los sentidos: la vista, el tacto, el olfato, el oído, etc.
“Los materiales sintéticos repelen, por eso cuanto más natural sea la textura de los géneros al tacto, mayor será el bienestar”, agrega Eirin. La clave es habitar espacios ordenados, no impolutos pero sí en armonía. Con ese objetivo, al momento de planificar el diseño, reservar lugares de almacenamiento para cada objeto es un recurso imprescindible.
2 - Luz solar
La arquitectura puede influir en nuestra vigilia o cansancio al gestionar la exposición a la luz natural diurna y nocturna. El sol es el estándar de oro de lo que el cuerpo busca y, en la medida de lo posible, deberíamos imitar ese tipo de patrón en nuestra casa y en el ambiente de trabajo, según define la neurocientífica Edelstein.
En ese mismo sentido, Eirin señala que lo que busca el neuro interiorismo es “controlar la luz para respetar el ritmo de de nuestro cuerpo -que es el ritmo circadiano- para que podamos generar melatonina y aprovechar las horas de descanso al máximo”.
Esto implica no exponerse todo el día a la luz artificial que interrumpa el ciclo de sueño y vigilia de nuestro ritmo circadiano. Lo ideal es que las luces de los ambientes vayan disminuyendo su intensidad a medida que baja el sol, por ejemplo.
3 - Verde, mucho verde
Ubicar en distintas zonas de la casa plantas naturales con diferentes tonalidades de verdes es un recurso clave para evocar a la naturaleza en espacios urbanos.
Para relajarnos y restaurar la energía es fundamental incorporar mucho verde en los ambientes. Tanto para purificar el aire, como para potenciar la creatividad. “El ser humano no nació para estar encerrado, nació para estar al aire libre. El grounding, la terapia que nos conecta con la Tierra nos recarga de energía, está comprobado que estar descalzo y pisar el césped reduce la la inflamación y está asociado a un proceso de envejecimiento más lento, tiene un montón de beneficios”, detalla Eirin, quien además de diseñadora de interiores también es instructora de mindfulness, se está formando como coach ontológica y participa en talleres de respiración consciente.
Por su parte, Vilanova recomienda sumar plantas en todos los espacios porque “incorporar la naturaleza tiene un impacto enorme en el bienestar”.
4 - Espacios delimitados
“La casa es el lugar donde transcurrimos la mayor parte del día, donde estamos con nuestros afectos, recargamos energía -dice Eirin- por eso tiene que existir un espacio que habilite al descanso, y también otro a la concentración, la creación o la productividad, pero a la vez deben estar delimitados”.
Respecto a la ubicación, se deben organizar los espacios para que coincidan con la función que el dueño de casa le quiera dar a cada habitación. Por ejemplo, si desea que una zona sea inspiradora y relajante, se debe alejar los espacios de tecnología o trabajo.
“Puede ser un monoambiente o una mansión, lo importante es encontrarle el sentido a cada lugar. Se trata de develar y encontrar cuál es el espacio para cada integrante de la familia, cada uno con sus necesidades, y obviamente escuchar al que busca asesoramiento, saber qué le gusta, qué expectativas tiene, es vital conocerse con el cliente para entender cómo vive su espacio”, remarca Vilanova.
5 - El poder del color
Los tonos claros aportan una mayor armonía, dan sensación de amplitud y de orden. La idea del neuro interiorismo es encontrar qué color se necesita en cada espacio para potenciar la creatividad, la concentración o el descanso.
La selección de colores neutros o suaves, como el gris claro, el beige y los verdes o azules pálidos en lugar del blanco omnipresente, es otra alternativa para dar serenidad al espacio y convertirlo en un entorno que aleje el estrés y la ansiedad.
Sin embargo, las especialistas insisten en que, al momento de diseñar un espacio es fundamental escuchar a quien lo habita, “algunas personas prefieren colores power o vibrantes en sus dormitorios, otros buscan una paleta de color que fomente el descanso y la relajación”.
Las dos coinciden en que se debe evitar el concepto casa-museo, que consiste en tener espacios reservados para momentos ocasionales y que, en definitiva, se terminan usando poco y nada.
“La casa es para vivir y se va definiendo según las etapas de la vida, tiene que ver con las edades de los chicos, con cómo cada familia disfruta los espacios. Ya no es como antes, que podía estar de moda tener un living o comedor separado para las visitas - comenta Vilanova- después de la pandemia se revalorizó los espacios interiores, estuvimos tanto tiempo encerrados que revalorizamos nuestra experiencia”.
Además de todas estas recomendaciones para una casa, tanto Eirin como Vilanova coinciden en que estos conceptos son aplicables no solo a las casas, sino también a los ambientes de trabajo.
“En las empresas, el neuro interiorismo tiene un impacto que se traduce en resultados -dice Eirin- en una compañía con ambientes que impulsen la armonía desde la incorporación de la naturaleza, con buena luz natural y con espacios de descanso, también se promueve el bienestar de los equipos de trabajo”. Y la neuro arquitectura en los locales o tiendas, también comunica lo que una marca quiere expresar, la imagen que brinda a sus clientes, agrega Vilanova.
[Fotos: Adrián Escandar]