Correr por las calles de una ciudad o el asfalto de una ruta es muy diferente a realizar una carrera por la naturaleza, atravesando todo tipo de suelos naturales. No es un misterio que no son lo mismo, aunque a veces hay algunas competencias que mezclan un poco de ambas cosas. Pero las sensaciones no pasan sólo por la superficie que se pisa, sino por todo lo que significa correr estos dos tipos de disciplinas.
Se necesitan diferentes cuidados y preparaciones, incluso el calzado cambia, pero además el cuerpo recibe un desafío distinto cuyas consecuencias se perciben también en los días posteriores. Hay que tener en cuenta diferentes factores.
En una carrera de calle la técnica es siempre la misma. Desde que un corredor sale de la largada hasta que completa el recorrido siempre va a pisar de la misma manera, siempre va a ser el mismo paso, van a trabajar los mismos músculos y siempre se va a repetir el mismo trabajo. Hay pocas excepciones a esta regla, cómo las competencias con mucho desnivel o mayormente con mucha cuesta abajo. Pero en promedio, la casi totalidad de las carreras de calle no requieren un aprendizaje para cada pisada de los kilómetros a recorrer.
En las carreras de trail por supuesto trabajan más músculos, se compromete más el cuerpo, porque no solamente se corre hacia adelante sino que hay movimientos laterales, los músculos se extienden y se contraen de un paso a otro de una manera mucho más violenta.
Se requiere un conocimiento técnico que debe entrenarse y también que requiere de una experiencia que se acumula paso a paso. Nunca sabemos que nos vamos a encontrar en una carrera de trail. A veces hay que saltar, pisar en una dirección e inmediatamente después en la contraria. Es divertido y requiere concentración. También es más peligroso, por lo que hay que ser prudente a la hora de anotarse en diferentes carreras de trail.
Asimismo, es necesario saber que la mayoría de las carreras de trail ofrecen un suelo más blando que el asfalto y ni hablar que el cemento, algo que solemos encontrarnos en las carreras de calle.
Es decir, aunque son más violentas las carreras de trail, con el correr de los kilómetros el impacto de las articulaciones puede ser mucho más duro en las carreras de calle. Una vez lograda la técnica correcta en calle, siempre se correrá igual, por eso es tan importante hacer entrenamientos variados, con velocidades diferentes, algo que en las carreras no siempre se puede aprovechar.
La fuerza es necesaria en ambas competencias, pero el trabajo para de potencia para el trail es mucho más exigente. Aún así, siempre se necesita fuerza y quien corra calle deberá practicar esos trabajos, aunque de forma distinta.
Finalmente en las carreras de trail, la cabeza no está obsesionada por el reloj como en la calle. En una carrera de calle, cuando vamos más lento ya sabemos que el tiempo que estábamos buscando no lo vamos a hacer. En una carrera de trail, para los aficionados esto no es tan relevante.
En las carreras de trail, el paisaje, la naturaleza nos lleva, nos limpia, nos permite distraernos y entretenernos de una manera diferente a lo que pasa en la calle donde es todo más rutinario. Para muchos, esa rutina es divertida y desafiante, un trabajo de estrategia que produce un enorme placer cuando es bien ejecutado.
Por otro lado, en las carreras de calle suele haber público alentando y las carreras de trail no. En un maratón hay hasta cientos de miles a los costados del recorrido dando ánimos a los participantes. En el trail sólo al comienzo y al final, y en algunos puntos aislados.
Estas son algunas de las diferencias básicas entre el trail y la calle que lleva a que los corredores elijan una u otra cosa o, como la mayoría de nosotros, alternar ambas para disfrutar de ambos mundos.
*Santiago García es maratonista, autor de los libros “Correr para vivir, vivir para correr” y “Volver a correr”. Completó la Six World Marathon Majors dos veces. En Instagram: @sangarciacorre.