¿Qué es el síndrome del intestino irritable? Es un trastorno que es funcional, digestivo y crónico, y es recurrente. Se caracteriza por dolor y distensión abdominal. Es una dolencia común en todo el mundo, que afecta a aproximadamente 1 de cada 10 personas.
Hasta el momento, se desconocen cuáles son las causas de este síndrome, pero se cree que es multifactorial, porque participan alteraciones en la motilidad gastrointestinal, factores psicológicos y emocionales, inflamatorios o alteraciones en la microbiota.
También puede vincularse a ciertos trastornos dietéticos como intolerancias más frecuentes a comidas copiosas o ciertos alimentos específicos (leche, café, cebolla, chocolate). No hay evidencia suficiente sobre por qué estos alimentos producen intolerancia en algunas personas.
El síndrome del intestino irritable es el segundo trastorno funcional gastrointestinal más frecuente, y si bien no es un síndrome grave, afecta la vida cotidiana de las personas que lo padecen, no sólo en la alimentación, es un molestia que impacta en las relaciones personales.
Existen distintas formas en las que se manifiesta el síndrome: diarrea funcional con hinchazón abdominal, constipación funcional con hinchazón abdominal o diarrea y constipación con hinchazón abdominal.
Los expertos concluyen que la alimentación para pacientes con este síndrome debe ser individual y adaptada a cada paciente. Por eso, el tratamiento va a depender del tipo de síndrome de intestino irritable, pero hay ciertas medidas generales que todos los pacientes pueden seguir. Como, por ejemplo, realizar al menos cuatro comidas al día.
Seleccionar correctamente los alimentos y las preparaciones planificadas por el profesional. Intentar comer un poco más lento. Evitar las bebidas con gas y, también, algunos estudios indican que una dieta baja en FODMAP puede aliviar los síntomas.
¿Qué es esto? La dieta baja en FODMAP es una dieta baja en carbohidratos que están presentes en las frutas, en las verduras, en el trigo, en el centeno, en las legumbres, en alimentos que contienen lactosa y también en algunos edulcorantes artificiales.
En los casos más leves de síndrome del intestino irritable, estos cambios en el estilo de vida y el manejo del estrés, pueden ayudar a aliviar los síntomas.
En los casos más graves, pueden indicarse algunos medicamentos para aliviar síntomas junto a psicoterapia. Entre los síntomas más graves, se incluyen: pérdida de peso, diarrea nocturna, sangrado rectal, anemia por deficiencia de hierro, vómitos sin explicación aparente, dolor que no se alivia al expulsar gases o en la evacuación.
La evidencia científica asegura que el síndrome de colon irritable no causa cambios en el tejido intestinal ni aumenta el riesgo de tener cáncer colorrectal.
Lo más importante es que si tenés dudas y algunos de estos síntomas, siempre consultes a un profesional para armar un plan de alimentación adecuado e identificar qué cambios de hábitos son necesarios incorporar.
* Romina Pereiro es licenciada en nutrición MN 7722
* Producción: Dolores Ferrer Novotný / Edición: Rocío Klipphan
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