La doctora Laura Catena, hija mayor del doctor Nicolás Catena y heredera natural del imperio vínico conocido como Catena Zapata, recibió el prestigioso premio internacional “Old Vine Hero Award” otorgado por su compromiso de promover y preservar antiguos viñedos de Malbec de Argentina y por su trabajo en el Catena Institute of Wine, de preservación y resguardo de selecciones masales y clonales de plantas Malbec prefiloxéricas, con el fin de evitar su extinción.
Su don por la investigación le permitió inaugurar una nueva etapa en la historia de la bodega, junto al enólogo Alejandro Vigil. En 1995 creó el Catena Institute of Wines, para responder a todos sus interrogantes, y empezar a entender qué tienen de especial los suelos de sus viñedos, con el único objetivo de lograr grandes vinos argentinos que pudieran estar a la altura de los mejores exponentes del mundo.
Laura combina la ciencia y el arte de la vitivinicultura a la máxima expresión, y está convencida que el vino es arte bebible y patrimonio de la humanidad.
El “Old Vine Hero Award” (en español Premio a los Héroes y Heroínas de los Viejos Viñedos), que distingue a la dedicación, tenacidad, talento y trabajo de quienes trabajan con viñas antiguas y sus vinos, recibió 85 nominaciones de 15 países diferentes.
Las 85 nominaciones fueron evaluadas por un panel de expertos que redujo la lista a 8 candidatos, destacando a aquellos que más hayan contribuido al proceso de preservación de viñedos antiguas. Los nominados finalistas del “Old Vine Hero Award” fueron:
1. Derek Mossman-Knapp y Pilar Miranda, Garage Wine Co., Chile
2. Katie Jones, propietaria y enóloga, Domaine Jones, Sur de Francia
3. Pierpaolo Sirch, Director de Producción, Feudi di San Gregorio, Irpinia, Italia
4. Gomidas Merjanian, Viñedos Dzon Merjanian, Armenia
5. Tomás Roquette, Quinta do Crasto, Douro, Portugal
6. José Mª Ayuso & Victoria Gonzalez - Gordon: Ángel de Viñas, Gonzalez Byass’, España
7. Dra. Laura Catena, Directora General de Bodega Catena Zapata & Fundadora del Catena Institute of Wine
8. Rebecca Robinson, Directora Ejecutiva, ZAP (Zinfandel Advocates and Producers)
“The Old Vine Conference” anunció los 8 nominados finalistas el pasado 3 de marzo, solicitando la ayuda de la comunidad vitivinícola mundial para votar por el ganador. La votación cerró a la medianoche del 13 de marzo de 2023 con un total de 4.029 votos emitidos, y dos días después se dio a conocer el resultado.
Cuando Laura Catena ingresó a trabajar en la bodega familiar, ya tenían el proyecto de hacer grandes vinos argentinos que pudieran estar entre los mejores del mundo, pero para eso debían entender el terroir. Hoy, gracias al trabajo realizado en todos estos años, pueden hablar de distintos terroirs en la Argentina, no solo a partir de la composición de los suelos (arcillas, calcáreos, piedras, etc.), sino también del clima, y las diferentes alturas y latitudes.
Todos estos micro terruños hay que estudiarlos, para lograr que salga un sabor glorioso de un lugar. Por otro lado, se desconoce el 95% de la razón por la cual un vino de una parcela tiene un sabor distinto al de la parcela contigua. Es decir que todavía nos queda mucho por entender del arte del vino.
Para ella es importante estudiar y preservar, pero también dejar que entre el arte para probar tantos vinos diferentes y predecir que va a pasar. A eso le llama instinto y experiencia, y sostiene que no es muy distinto a la medicina, porque si bien un médico cuenta con análisis de laboratorio, para hacer un diagnóstico tiene que apelar a su experiencia.
“Cuando comencé a trabajar en el mundo del vino en la década de 1990, parecía que los viñedos antiguos se valoraban principalmente en Europa. Luego descubrí que teníamos miles de hectáreas de antiguas viñas de Malbec en Argentina, que estaban por ser arrancadas para replantar. Como médica de Emergencias, puedo reconocer una urgencia apenas la veo. Me propuse entonces elaborar vinos a partir de estos maravillosos viñedos antiguos, para luego preservar sus diversas selecciones masales genéticamente diferentes. La conferencia “Our Old Vines” ha contribuido enormemente a aumentar la conciencia sobre las vides antiguas en todo el mundo, y estoy sumamente agradecida por su trabajo y por recibir el premio de “Old Vine Hero”, afirmó a Infobae la doctora Catena, Fundadora del Catena Institute of Wine y directora general de Catena Zapata, Luca Wines y Domaine Nico.
El ganador de “The Old Vine Hero Award 2023″ será invitado a exponer su trabajo sobre vides antiguas en “The Old Vine Conference 2023″, que tendrá lugar los días jueves 19 y viernes 20 de octubre. También recibirá una membresía honoraria de un año, integrando la comunidad de The Old Vine Conference.
“La participación fue notable, por su rango geográfico - desde Armenia hasta Sudáfrica - y también por la gran diversidad de personas nominadas, desde viticultores de pequeños viñedos hasta directores ejecutivos de grandes propiedades, agricultores y académicos, personas desconocidas e incluso figuras icónicas del mundo del vino. Sin embargo, lo que más me llamó la atención fue la gran pasión de los participantes: las personas que nominaron a sus “héroes” realmente creen en el trabajo que están haciendo los mismos. Noté una profundidad de conciencia y un cuidado genuino que fue muy conmovedor. El solo hecho de leer cada nominación fue muy gratificante e inspirador para mí. ¡Quería darles a todos el premio!”, explicó Tamlyn Currin, jueza del “Old Vine Hero Award”, editora de sustentabilidad y redactora del Journal jancisrobinson.com.
Por su parte, Sarah Abbott MW y cofundadora The Old Vine Conference reconoció que “abrir el premio a una votación ha empoderado a la comunidad del vino para que participe activamente en la discusión acerca del futuro de los viñedos antiguos. Cada voto ha ayudado a aumentar la conciencia, la comprensión y la apreciación de algunos de los trabajos más inspiradores y valiosos que se están realizando para nutrir antiguas vides de todo el mundo. Agradecemos a aquellos que se tomaron el tiempo para nominar a sus héroes, a nuestro estimado panel de jueces que brindaron su tiempo y experiencia de forma voluntaria, y a todos los que emitieron su voto”.
“The Old Vine Conference” es una organización sin fines de lucro cofundada en 2021 por Sarah Abbott MW, Alun Griffiths MW y Leo Austin. Su objetivo es conformar una red global y crear una nueva categoría y patrimonio de viñedos antiguos. “The Old Vine Conference” promueve el resguardo de vides antiguas y en sus primeros 2 años ha contribuido exponencialmente a la concienciación, comprensión y apoyo del movimiento mundial de resguardo de viñedos antiguos. La primera conferencia se llevó a cabo en marzo de 2021.
Hacer vinos argentinos que pudieran estar entre los mejores del mundo fue y sigue siendo la visión del padre de Laura Catena y, según ella, solo le ha agregado 100 años de plazo. Recuerda cuando hicieron la primera selección clonal y masal de Malbec en la Argentina, también los primeros estudios en el mundo sobre el efecto de la intensidad solar en el viñedo. Fernando Buscema viajó la UC Davis (California) para estudiar sobre el terroir, analizando Malbec de 25 lugares diferentes de Argentina y de 15 en California. Por su parte, Roy Urvieta complementó ese estudio para ver como añejaba cada uno de esos vinos de parcela y Daniela Mezzatesta estudió el porqué de las diferencias de dos vinos de un mismo lugar, pero con suelos diferentes.
Laura es consciente que aún no sabemos todo lo que queremos saber, pero sí que al menos se puede aumentar el conocimiento, y que el esfuerzo vale la pena.
Los secretos del viñedo Angélica
Un área tradicionalmente apreciada por la calidad de sus vinos, el Valle de Lunlunta en Mendoza toma su nombre del Huarpe nativo, y denota el ‘sonido de aguas subterráneas’, de ‘agua corriendo sobre piedras’ – una alusión, quizás, a las grandes piedras aluviales que se encuentran en el subsuelo de esta región. A 920 m de altura, las 70 hectáreas del viñedo se extienden hacia el oeste, desde la ruta principal hasta el río, abriéndose a una extensa vista de los Andes.
Próximas a cumplir su centenario, las vides de Angélica no son nada menos que maravillosas. Sus bayas pequeñas, de un azul profundo y medieval, aún dan vinos extraordinarios: delicados y perfumados, con notas de ciruela madura, taninos dulces y abundantes. Los troncos engrosados, retorcidos por el peso de la planta, invitan a acercarse. El suelo es arcilloso y pedregoso, con buen drenaje. Sus raíces profundas, algunas de más de dos metros, relatan el pasar del tiempo.
Aquí, el pasado se encuentra con el presente y el futuro – como respuesta natural a un estrés hídrico, aparecieron miles y miles de raíces finas. Buscan el agua que solía desbordar las riberas del río. La primera referencia al viñedo aparece en el censo vitivinícola de 1924, dejándonos suponer que las primeras parcelas fueron cultivadas al menos unos años antes. Las vides cuentan el resto de la historia. Comenzaron plantando junto a la ruta, convenientemente cerca de la estación de ferrocarril, que habría revolucionado la región e industria unas décadas antes. Con el tiempo, la viña se fue ampliando por selección masal – sumando algunas hileras más cada par de años – avanzando así hacia el río Mendoza, donde los últimos cuarteles llegan a bordear el agua. La calidad de los cuarteles 18 y 20 atestigua el minucioso proceso de selección gradual, el trabajo y la sabiduría de sus primeros custodios. La población de vides también es ampliamente diversa – un tesoro genético.
En este sentido, Lunlunta es una zona excepcional: alberga 2.500 hectáreas de viñas centenarias, plantadas como Angélica, durante el apogeo del cultivo de Malbec. Cuando la bodega se propuso elaborar vinos de calidad a partir de una cepa antigua pero olvidada, resultó evidente la necesidad de acompañar este proceso con estudios rigurosos y controlados. Fue entonces cuando ingresa Laura Catena y bajo su dirección, la bodega se embarcó en un camino de investigación científica conducida por el Catena Institute of Wine (CIW). Comenzaron con una selección de plantas del viñedo Angélica, aisladas en función de características valiosas como bajo rendimiento, óptimo balance, bayas pequeñas y concentradas.
Estas 135 plantas iniciales fueron reproducidas mediante selección masal y clonal en nuestros viñedos de altura, a fin de preservar la población madre, “esto quiere decir que Angélica persiste”, afirma Laura. Las vides de Angélica son fantásticamente diferentes. Algunas plantas son de muy bajo rendimiento, otras muy productivas. Como población, su poder de adaptación es increíble. Trabajan juntas, conversan entre sí. Plantas que, cultivadas por separado, madurarían con dos semanas de diferencia, maduran al mismo tiempo. Quizás por esto son tan resistentes.
“Una población de vides – explica Laura– socializa a través de hormonas que segregan sus raíces; las plantas se advierten unas a otras sobre el peligro inminente de insectos. Además, nutren a ciertas poblaciones microbianas –sus parejas simbióticas– para poder resistir a la sequía y absorber escasos nutrientes. Son increíbles. Hoy en día, enfrentan temperaturas más altas y menos agua”.
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